No se olvide de sus pies
CUANDO uno está acostumbrado a viajar siempre en auto, caminar puede ser un placer renovado. Las ruedas pueden llevarlo a su destino más rápidamente, pero, en lo que toca al mero placer de viajar, ¿qué puede reemplazar a sus pies... cuando éstos están en buenas condiciones? Solamente andando a pie puede uno gozar plenamente de la Tierra. La belleza de las majestuosas colinas, la fragancia del bosque deleitoso y el canto de los pájaros se disfrutan más cuando uno camina.
No obstante, sus pies hacen más que permitirle moverse por sí mismo. Responden automáticamente a sus sentidos y a sus emociones internas. Golpean en el suelo con furia, saltan de gozo y se pasean inquietos durante momentos de ansiedad.
Los más ancianos que todavía están capacitados para salir y caminar, dan a su corazón, sus pulmones y sus músculos el ejercicio que necesitan, lo que redunda en una circulación sanguínea más intensa, mejor apetito y la posibilidad de dormir bien.
¡Qué regocijo puede uno experimentar al correr, bailar, patinar o simplemente dar una caminata casual! Indudablemente nuestros pies fueron diseñados para cooperar con todos los otros miembros para el bienestar de todo el cuerpo. ¿No debería tratárseles como algo de gran valor?
Diseñados maravillosamente
La evaluación que usted hace de sus pies aumentará cuando usted los vea desde el punto de vista de un especialista de pies o aun de un ingeniero. A pesar de ser simples en estructura, son poderosos en fuerza. Probablemente caminen cerca de 120.000 kilómetros en una vida promedio de setenta u ochenta años. Para amortiguar la presión que esto representa, cada pie está compuesto por un arreglo intrincado de 26 huesos y 214 ligamentos.
Todas estas partes están hermosamente adaptadas para formar un arco o bóveda desde el talón hasta la parte anterior del pie. Al caminar, el talón es el primero en recibir el peso del cuerpo. Luego éste se desplaza a lo largo de los huesos de forma irregular del tarso o del tobillo, los cinco largos metatarsos o huesos del empeine y luego a los catorce huesos de los dedos, los cuales proporcionan el empuje hacia adelante.
Cuidado de los pies y calzado adecuado
Al igual que otras partes importantes de su cuerpo, sus pies necesitan cuidado apropiado. Un poco de atención paga sus dividendos a modo de mejor salud y felicidad; porque, como se ha dicho a menudo: “Cuando los pies duelen, todo el cuerpo duele.” Y esto puede ser cierto. Sus pies pueden hacer que usted se sienta nervioso e irritado. Pueden producirle dolores de cabeza, hacer que le duelan las piernas y la espalda, provocarle náuseas, estropear su apetito y, por lo general, hacer que todo su cuerpo se sienta indispuesto. Ciertamente, éstas son buenas razones para cuidarlos bien.
Probablemente lo primero que se debe tomar en cuenta al considerar el cuidado de sus pies es la selección de zapatos. El Dr. Simon Wikler, en su libro Take Off Your Shoes and Walk, dice: “Creo ahora sin la menor duda de que la principal causa de los problemas de los pies yace en la clase de zapatos que usamos.”
He aquí unas cuantas cosas que debemos tener presentes al escoger zapatos: Los zapatos hechos enteramente de cuero dan a la transpiración una mejor oportunidad de evaporarse. (Si la transpiración es un problema en el tiempo caluroso, las sandalias serán útiles.) Se recomiendan los tacones de goma para los zapatos porque hacen más suave el andar. La hora más apropiada para probarse zapatos es al caer la tarde porque los pies tienden a hincharse a medida que transcurre el día. Mídase ambos pies porque a menudo uno es más largo que el otro, y pruébese el pie más largo. Permita que quede un espacio de más o menos un centímetro y medio de amplitud para que sus dedos puedan moverse con libertad. No es prudente tratar de “forzar el pie” dentro de zapatos incómodos.
La moda no respeta la comodidad del pie ni la salud, y esto es particularmente cierto en el calzado para mujeres. Los tacones altos, las puntas estrechas y afiladas, son contrarios a la estructura de los pies, y son factores importantes que determinan el que las mujeres tengan cuatro veces más problemas en los pies que los hombres.
Por el bien de los niños es sabio no tratar de ahorrar comprando zapatos que duren demasiado tiempo. Quizás necesiten zapatos nuevos tan a menudo como cada cuatro u ocho semanas entre los dos y seis años de edad.
Tratándose de niños pequeños, los calcetines ajustados pueden causar deformidades, por lo tanto, se debe dar atención a esto. En el caso de los muy pequeñitos debe ejercerse cuidado para no remeter demasiado las sábanas de la cuna alrededor de los huesos tiernos de sus pies.
Desórdenes comunes
Si usted se olvida de sus pies, ellos pueden hacer que los recuerde de muchas maneras. Callos, uñeros, o uña encarnada, aplanamiento del arco, juanetes, mala circulación y pie de atleta son algunos de los recordatorios más comunes.
Los callos se forman por la presión de sus zapatos en los dedos. Se forma un crecimiento grueso de tejido. Este, a su vez, presiona sobre la capa más profunda de la piel, haciendo que se torne tierna. Por lo general los callos crecen sobre las coyunturas de los dedos de los pies de personas cuyos zapatos no les quedan bien. Cuando se produce la inflamación y se forma pus debajo del callo, usted se sentirá impulsado a tratar algún remedio. Es mejor dejar cualquier intento de cirugía a un médico competente. El uso torpe de hojas de afeitar y medicaciones para los pies puede complicar un mal sencillo. Un emplasto de fustán puede calmar el dolor, pero lo que se necesita para lograr una solución más permanente es usar un par de zapatos que queden bien.
Un uñero puede producirse como consecuencia de zapatos que no calzan bien. También puede ser el resultado de medias ajustadas que ejercen presión sobre las uñas que no están bien cortadas. El tratamiento hará necesario que se limpie la parte lateral y que se coloque algodón medicado debajo de la uña. Los casos severos quizás hagan imperioso el extraer la uña por medio de cirugía. Como medida de prevención, evite usar zapatos que le aprieten los dedos; también corte las uñas en línea recta y no muy cortas.
Un juanete es una hinchazón dura y dolorosa en el pie, especialmente en la primera coyuntura del dedo gordo. Aquí el tejido se torna rojo y grueso. Puesto que un juanete puede imposibilitarlo, es bueno evitar el uso de zapatos ajustados. Se pueden obtener dispositivos diseñados especialmente para ayudar a aliviar el problema, o quizás sea necesaria la cirugía para enderezar el dedo. Vale la pena escoger con cuidado sus zapatos.
La debilidad heredada puede ser responsable hasta cierto grado por el aplanamiento de los arcos y los juanetes. No obstante, podemos estar alerta en contra de las cosas que aceleran su caída: largas horas de pie o caminando sobre superficies duras y firmes. Para las personas que no pueden evitar esto se recomiendan las suelas gruesas, suaves o estriadas. También se puede hallar alivio con zapatos especiales y soportes.
Se pueden desarrollar callos en la parte anterior de la planta del pie; si así sucede, usted puede obtener calces y otros dispositivos para aliviar el exceso de presión en esta zona. Mientras tanto siga buscando zapatos que verdaderamente le queden bien, que permitan el movimiento de los huesos de sus pies y cedan a medida que éstos se hinchen.
Por lo general el calor y la humedad se acumulan en los bordes cerrados de sus zapatos, y bajo estas condiciones una fungosidad comúnmente inofensiva puede tornarse activa en una grieta o una fisura de la piel. El pie de atleta o la culebrilla le recordarán dar más atención al cuidado de sus pies. Si usted observa que tiene los síntomas de pie de atleta, lave sus pies dos veces al día con un jabón que no irrite, secándolos bien entre los dedos, y luego aplique una medicación contra la fungosidad. Comience el tratamiento tan pronto aparezca la erupción, porque una vez que ésta se adueña de un dedo puede diseminarse muy rápidamente. En el caso de una infección extensa, por lo general lo sabio es consultar a un médico para obtener tratamiento más específico.
Estos males y muchos otros son el precio que el hombre paga por descuidar sus pies. Lo paga en términos de tiempo, dinero, comodidad y conveniencia. Sin embargo, si usted les da solo un poco de atención diaria, se verá remunerado inmediatamente y podrá esperar recompensas aún más grandes en el futuro.
Algo que le ayudará a descansar todo su cuerpo son los masajes en los pies. Los pies se friccionan con un movimiento de rotación de los dedos, usando una crema o aceite de oliva para reducir la fricción. Si usted está nervioso y tenso, sentirá muy intensamente los primeros segundos de masaje; pero deje que el masajeador ejerza más presión a medida que usted ejerce más dominio de usted mismo y pronto sobrevendrá el descanso.
Sus pies fueron diseñados solo para usted. Si manifiesta más aprecio por ellos, manifestará más aprecio, sí, también gratitud, por su Hacedor y Diseñador, Jehová.
No se olvide de sus pies; más importante aun, ¡no se olvide de Aquel que se los dio!