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  • ¿Qué es lo primero... su iglesia, o Dios?

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  • ¿Qué es lo primero... su iglesia, o Dios?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1970
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1970
w70 15/6 págs. 357-360

¿Qué es lo primero... su iglesia, o Dios?

A LA mayoría de los creyentes les llama la atención la crisis que padecen en la actualidad la Iglesia Católica y las religiones protestantes. Sin embargo, difiere su reacción según la clase de creyentes que sean. Para algunos, Dios es lo primero y la iglesia de ellos simplemente es un medio que se usa para adorarlo. Para otros, su iglesia ha llegado a ser un fin en sí, ocupando la prioridad sobre Dios y su Palabra, la Biblia. ¿Qué hay de usted? En su propio corazón y mente, ¿qué es lo primero... su iglesia, o Dios?

En julio del año pasado, una revista noticiera semanal de Francia, Le Nouvel Observateur, salió con una cubierta de púrpura vívido en la cual se mostraba a un sacerdote que se asomaba por la puerta de una iglesia, bajo unos titulares de letras blancas bien claras que decían: “La mort de l’Eglise” (La muerte de la iglesia). Después de disculpar su uso de un título que probablemente escandalizaría a muchos católicos, pero agregando que “esta expresión no es nuestra: la usaron unos clérigos,” la revista pasó a hablar de tres hombres que representan tres categorías de creyentes:

“El primer hombre es el que se siente a sus anchas dentro de las estructuras tradicionales de la Iglesia; al segundo le gustaría ver que se efectuaran algunos cambios en estas estructuras; en cuanto al ‘tercer hombre,’a él ha dejado la Iglesia, pero calladamente, sin hacer alboroto. Todavía cree en los valores del Evangelio, pero ya no espera ayuda de la Iglesia. Ha renunciado, y el problema de la Iglesia ha dejado de interesarle, definitivamente.”

PREGUNTAS PARA EL “PRIMER HOMBRE”

El “primer hombre” representa a los creyentes que permanecen fieles a su iglesia por lealtad a la religión en la cual se les enseñó a creer mientras se les criaba. Su actitud es: Correcta o incorrecta, ¡es mi religión! ¿Es así como opina usted? En tal caso, ciertamente usted es una persona leal. Pero, ¿a quién le debe usted la mayor lealtad... a su iglesia, o a Dios? Abundando tanto la incredulidad por toda la Tierra, usted merece encomio por mantener su fe, pero ¿en qué debe estar cifrada su fe... en una organización religiosa, o en Dios? ¿Por qué va usted a la iglesia? Básicamente, ¿no es porque usted cree en Dios? ¿Van los ateos a la iglesia? ¿No se asiste a la iglesia con el mismísimo propósito de adorar a Dios y conseguir su aprobación? De modo que si quedara claro que su iglesia no estuviera cumpliendo su propósito básico, ¿a quién diría usted que debe en primer lugar su lealtad?

“Pero,” quizás usted conteste, “¿cómo puede uno saber si la iglesia de uno está cumpliendo su propósito o no?” Bueno, ¿está atrayendo su iglesia cada vez más personas a Dios y ayudándolas a servirle, o se ve que sus mejores y más sinceros miembros están decepcionados, desilusionados y desanimados? ¿Qué clase de personas ve usted en su iglesia los domingos por la mañana? ¿Son personas buenas que produzcan los frutos del espíritu, como “amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza,” o son personas que, escondidas de los demás, participan en “fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes”? Puesto que “quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios,” ¿no es obvio que una iglesia cuyo clero excusa tal comportamiento y cuyos miembros se entregan a tales prácticas no puede ganarse el agrado de Dios y recibir su bendición?—Gál. 5:19-23, Biblia de Jerusalén, católica.

Además, para ganarse el agrado de Dios, ¿no debe dicha iglesia enseñar la verdad? ¿No recalcó esto Jesucristo al hablar con la samaritana al lado del pozo en Sicar? Él le dijo: “Créeme, mujer, . . . llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorarle en espíritu y verdad.”—Juan 4:21-24, BJ.

¡Note que ‘se debe’ adorar en “verdad,” es una necesidad indispensable! Por lo tanto, es imposible adorar a Dios aceptablemente sin tenerle amor profundo a la verdad. La religión cristiana verdadera tiene que estar fundada en la verdad, no en tradiciones, credos, dogmas y artículos de fe que a menudo son difíciles de entender porque desafían todas las facultades de razonamiento con las cuales nos creó Dios. Ahora bien, ¿cuál es la norma cristiana para medir la verdad? ¿No es la Biblia? De modo que si resultara haber contradicción entre los dogmas de una iglesia que afirma ser cristiana y la expresión clara de la verdad que se encuentra en las Santas Escrituras, ¿qué debe ser lo primero en su adoración... su iglesia o la Palabra de Dios, la Biblia? ¿Qué responderá usted si sinceramente desea ser la clase de persona que “quiere el Padre que sean los que le adoren”?

El hecho de que es necesario hacer tal selección se puede ilustrar bien al examinar la doctrina misteriosa de la “Trinidad.” Este es un dogma básico de la Iglesia Católica Romana, y se requiere que todas las doscientas y más iglesias que pertenecen al Concilio Mundial de Iglesias crean en el concepto trinitario de “un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.” No obstante, no se puede hallar la palabra “trinidad” en ninguna parte de la Biblia, y del único versículo que contiene una expresión clara de este dogma (1 Juan 5:7 en la Versión Torres Amat católica y en la Versión Valera protestante) se reconoce que es una añadidura espuria al texto inspirado. La fraseología insertada no aparece en traducciones recientes, como la Versión Latinoamericana y la Hispanoamericana protestantes o la Biblia de Jerusalén, católica, que declara en una nota al pie de la página: “El texto . . . entre paréntesis [en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y estos tres son uno] . . . ausente de los mss griegos antiguos, de las antiguas versiones y de los mejores mss de la Vulg[ata], . . . parece una glosa marginal introducida tardíamente en el texto.” Evidentemente se hizo que estas palabras fueran ‘introducidas tardíamente en el texto’ para satisfacer una necesidad apremiante: no había prueba clara para la doctrina de la “Trinidad” en ninguna otra parte de la Biblia.b

Interesante es el hecho de que este dogma hasta es objeto de crítica dentro de las iglesias de la cristiandad. En Holanda, los obispos católicos holandeses han aprobado un catecismo que hace surgir dudas sobre catorce puntos doctrinales importantes, uno de los cuales es la “Trinidad.” Confirmando el hecho de que algunos obispos católicos evidentemente tienen sus dudas acerca del dogma de la “Trinidad,” la revista noticiera francesa L’Express informó que un miembro conservador de la Congregación de Seminarios y Universidades del Vaticano, el “monseñor” Romeo, consideraba que el segundo Concilio del Vaticano había sido una “comedia siniestra de tres mil inútiles, algunos de los cuales ni siquiera creen en la Trinidad ni en la Virgen.”—Número del 30 de noviembre al 6 de diciembre de 1964, página 49.

En cuanto a las dudas de los protestantes acerca de la “Trinidad,” la revista Time, en un artículo largo sobre “Teología,” informó que un obispo episcopal había sugerido que “la iglesia debe abandonar la Trinidad, sobre la base de que realmente parece estar predicando tres Dioses en vez de uno. El cristianismo, según lo veía él, debe dejar de atribuir acciones específicas a personas de la Trinidad —la creación al Padre, la redención al Hijo y la inspiración al Espíritu Santo— y simplemente debe decir que todo fue obra de Dios.”—8 de abril de 1966, página 54.

Lo que la verdad bíblica dice claramente es que “hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” (1 Tim. 2:5, Val) En cuanto al espíritu santo, éste no es una persona, sino que es la fuerza activa invisible de Dios con la cual ungió a su Hijo, y que fue derramada sobre los apóstoles y discípulos de Jesús en el Pentecostés.—Hech. 10:38; 2:4, 33.

Tanto la Versión Valera protestante como la Versión Torres Amat católica hablan de “la iglesia del Dios vivo, columna y apoyo de la verdad.” (1 Tim. 3:15) Por consiguiente cualquier iglesia que enseñe el error sobre un punto tan fundamental como la mismísima persona de Dios no puede ser “la iglesia del Dios vivo.” Si usted pertenece a una religión que enseña eso, ¿qué debe poner primero... a su iglesia o a Dios? Ciertamente su amor a Dios y a la verdad lo impelerá a usted a buscar la religión que le permita ‘adorar al Padre en espíritu y en verdad.’ El propósito de este artículo es ayudarle a usted a encontrar la religión verdadera.c

RAZONANDO CON EL “SEGUNDO HOMBRE”

El “segundo hombre” que se mencionó en el Nouvel Observateur representa a los católicos y protestantes que permanecen con su iglesia porque no saben a qué otro lugar ir. Se les ha enseñado que su iglesia representa a Dios, y no quieren apartarse de él. Desaprueban muchas prácticas o doctrinas eclesiásticas, pero esperan reformar su iglesia desde adentro.

Típicos de éstos son los 744 católicos franceses que, en noviembre de 1968, enviaron una larga carta abierta al papa. En ella declararon: “Hoy el cristiano necesita vivir en una Iglesia ‘verdadera’ . . . Por lo tanto todo lo que es falso, contrario al Evangelio y escandaloso dentro de la Iglesia hoy día hiere al cristiano.” Entonces dieron una larga lista de quejas contra la Iglesia Católica y sus enseñanzas y prácticas actuales. No obstante, hacia el fin, estos católicos expresaron su adhesión incondicional a su iglesia aludiendo a Juan 6:68 y declarando: “¿A quién podríamos ir? En ella [la Iglesia Católica Romana] encontramos a Aquel que tiene palabras de vida eterna.”d

Pero, ¿puede morar Cristo en una iglesia donde, según se reconoce, tanto es “falso, contrario al Evangelio y escandaloso”? ¿No escribió el apóstol Pablo: “¿Qué tiene que ver la santidad o justicia con la iniquidad? ¿Y qué compañía puede haber entre la luz y las tinieblas? ¿o qué concordia entre Cristo y Belial?” (2 Cor. 6:14, 15, TA) En su libro reciente Etre vrai: l’avenir de l’Eglise (Siendo veraces: el futuro de la Iglesia), el teólogo católico suizo Hans Küng reconoce que ‘gran parte del mundo ha sido alejado de Cristo debido a la Iglesia.’

No solo es acerca de la Iglesia Católica Romana que se están haciendo expresiones como éstas, sino también con relación a las iglesias protestantes. El ministro protestante francés Louis Simon, vicepresidente de la Comisión General para la Evangelización en la Iglesia Reformada de Francia, habló recientemente de la “Iglesia Callada” compuesta de personas “que siguen creyendo en Jesús de Nazaret, pero que ya no lo hallan dentro de la Iglesia tradicional.” En Ginebra, Suiza, veintidós estudiantes protestantes de teología rehusaron ser ordenados al ministerio debido a que, según lo expresaron ellos, “estamos buscando un estilo de vida cristiana que sirva al Evangelio. Pero el servir al Evangelio en estos días resulta en desafiar la obra de la Iglesia en varios puntos.”—L’Express, diciembre de 1968.

Por consiguiente, católicos y protestantes honrados comienzan a reconocer la necesidad de escoger entre la iglesia y Cristo, la iglesia y el Evangelio. ¿Qué hay de todos ustedes los ‘segundos hombres,’ que esperan reformar su iglesia desde adentro? ¿Qué es lo primero para ustedes... su iglesia, o Dios? En realidad, ¿qué es la iglesia de Dios? Después de las palabras de Pablo ya citadas, él escribió a cristianos ungidos sinceros: “Porque vosotros sois templo de Dios vivo, según aquello que dice Dios: Habitaré dentro de ellos, y en medio de ellos andaré, y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual salid vosotros de entre tales gentes, y separaos de ellas.” (2 Cor. 6:16, 17, TA) No carece de interés el que A Catholic Commentary on Holy Scripture declare que en este pasaje Pablo muestra “que la unión de los fieles a Dios envuelve un separarse de la religión falsa [bastardillas nuestras].” ¡Exactamente!

¿Qué ejemplo puso Pablo mismo? Como fariseo y miembro prominente de la religión de los judíos, había perseguido a la iglesia verdadera de Dios. Escribió: “Perseguía a la Iglesia de Dios . . . , siendo en extremo celoso de las tradiciones de mis padres.” (Gál. 1:13, 14, TA) ¿Permaneció Pablo dentro de la iglesia tradicional, la religión de los judíos, y trató de reformarla desde el interior? ¡No! Él consideró que la única manera de adorar y servir a Dios aceptablemente de allí en adelante era ‘salirse de entre’ los fariseos y hacerse parte de la iglesia verdadera de Dios que, en aquel tiempo, era una pequeña secta despreciada. Delante del gobernador Félix, Pablo declaró más tarde: “Confieso delante de ti, que siguiendo una doctrina, que ellos tratan de herejía [BJ: secta], yo sirvo al Padre y Dios mío.”—Hech. 24:14, TA.

En consecuencia, si su iglesia enseña y hace cosas que son contrarias a la Biblia y que desagradan a Dios, su deber como cristiano es claro: Imite a Pablo y ‘sirva al Padre y Dios suyo’ dentro de la religión verdadera que, sin que nos sorprenda, a menudo las iglesias “tratan de herejía.”

NOTICIAS TRANQUILIZADORAS PARA EL “TERCER HOMBRE”

Esto nos trae al “tercer hombre,” que representa a los desilusionados que han dejado de practicar su religión del todo, pero que todavía retienen su creencia en Dios. Aunque este artículo no se ha escrito principalmente para ellos, puesto que ya han optado por dejar los sistemas eclesiásticos de la cristiandad, no obstante tenemos algunas buenas nuevas para ellos. A todos éstos, y a las otras dos categorías de creyentes que hemos estado considerando, decimos: ¡Sepárense de la religión falsa, sí! ¡Dejen las iglesias, sin falta! Pero no se detengan allí. Busquen la religión verdadera que se delinea en la Biblia. Hoy un grupo de hombres y mujeres sinceros están practicando el cristianismo verdadero en todas partes de la Tierra; sí, hay más de un millón de ellos, conocidos como testigos de Jehová.

Para ayudarle a usted a aprender lo que es la religión verdadera según se manifiesta en la Palabra de Dios, los testigos de Jehová gustosamente estudiarán la Biblia con usted, gratuitamente, en su propio hogar. Pida a cualquiera de ellos que haga arreglos para ello, o envíe su solicitud a los editores de esta revista. Por supuesto, a usted también se le invita cordialmente a asistir a las reuniones de los testigos de Jehová en el Salón del Reino más cercano. Al proceder así, usted tendrá la oportunidad de aprender a ser persona que ‘adora al Padre en espíritu y en verdad.’ Porque, recuerde, “así quiere el Padre que sean los que le adoren.”—Juan 4:23, BJ.

[Notas]

a Una nota al pie de la página en esta revista explicó: “La expresión ‘tercer hombre’ fue forjada en octubre de 1966 por un jesuita francés llamado François Roustang, en la revista ‘Christus.’ Esta expresión fue adoptada rápidamente por toda la Tierra porque describe un fenómeno mundial por toda la Iglesia Católica.”

b Para una consideración más completa de este tema, vea el libro La verdad que lleva a vida eterna, capítulo 3, “¿Quién es Dios?”

c Este tema se considera cabalmente en el libro La verdad que lleva a vida eterna, capítulo 14, “Cómo identificar la religión verdadera.”

d Todo el texto francés de esta carta se ha impreso en forma de folleto por Ediciones de l’Epi, París, con el título “Si le Christ voyait cela.”

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