¿Qué haría el hijo suyo?
● En una asamblea de los testigos de Jehová un jovencito de doce años fue al Departamento de Objetos Perdidos y preguntó si tenían el dólar que había perdido. Se le entregó el que alguien había traído al departamento aquella mañana, pero, después de examinarlo cuidadosamente, él exclamó: “No, no creo que éste sea mi dólar. Esperaré hasta que termine la asamblea, y si nadie lo reclama para entonces sabré que es mío.”
¡Qué brillante ejemplo de los jóvenes de hoy día que han sido entrenados por la Palabra de Dios en el camino de la justicia! El domingo por la noche el dólar no reclamado aguardaba al muchachito cuando regresó.