El apóstol que se hizo ladrón
Un artículo preparado especialmente para que los padres lo lean con sus hijos
¿TE HA robado algo alguien alguna vez? ¿Te gustó lo que hizo esa persona? El que te robó era un ladrón, y a nadie le gustan los ladrones.
¿Sabes que uno de los apóstoles de Jesús se hizo ladrón? Se llamaba Judas Iscariote.
Judas sabía lo que era correcto hacer. Hasta cuando era muchachito había oído la ley de Dios. Sabía que una vez Dios hasta había hablado desde el cielo con voz fuerte y había dicho a su pueblo: “No debes hurtar.” Hurtar es robar. Judas sabía que la ley de Dios era correcta.—Éxo. 20:15.
Cuando Judas creció llegó a conocer al Gran Maestro. A Judas le gustaron las cosas que Jesús decía. Judas se hizo discípulo de Jesús. Más tarde, Jesús hasta escogió a Judas para que fuera uno de sus doce apóstoles.
Jesús y sus apóstoles pasaban mucho tiempo juntos. Viajaban juntos. Comían juntos. Y el dinero del grupo se guardaba en una caja. Jesús le dio esa caja a Judas para que la cuidara.
Por supuesto, el dinero no era de Judas. Jesús era quien le diría cómo usarlo. Pero, ¿sabes lo que hizo Judas al pasar el tiempo? Empezó a tomar dinero de la caja cuando no debía hacerlo. Lo sacaba cuando los demás no estaban mirando. Se hizo ladrón. Ahora empezó a pensar en el dinero siempre. Trataba de hallar maneras de conseguir más.
Un día una mujer trajo un aceite muy fino y lo usó en los pies de Jesús para que él se sintiera bien. Pero Judas se quejó. Dijo que el aceite debería haberse vendido para que tuvieran más dinero para darlo a los pobres. La verdad es que quería tener más dinero en la caja para poder robarlo. ¿Qué dirías tú de una persona que hiciera eso?—Juan 12:1-6.
Jesús no le dijo a Judas en ese momento que era un ladrón. Pero sí le dijo que no molestara a la mujer que había sido tan bondadosa. A Judas no le gustó aquello. ¿Qué haría?
Debería haberse puesto triste. Debería haberle dicho a Jesús que había estado robando, y debería haber devuelto el dinero. Pero, en vez de eso, hizo algo terrible.
Fue adonde estaban los principales sacerdotes, que eran enemigos de Jesús. Éstos querían arrestar a Jesús. Pero querían hacerlo de noche para que la gente no los viera. Judas les dijo: ‘Les diré cómo pueden prender a Jesús, si me dan dinero. ¿Cuánto me dan?’ Los sacerdotes le dijeron: ‘¡Te daremos treinta piezas de plata!’ Eso era mucho dinero.—Mat. 26:14-16.
El malo Judas tomó el dinero. Aquello fue como si estuviera vendiendo al Gran Maestro a aquellos hombres. ¿Puedes imaginarte a alguien haciendo una cosa tan terrible? Bueno, eso es lo que pasa cuando alguien se hace ladrón. Ama el dinero más que a Dios.
Ahora, queremos estar seguros de que entendemos claramente este asunto. Para entender lo que es un ladrón, tenemos que saber lo que significa ser dueño de algo. Uno es dueño de las cosas porque ha trabajado por ellas. O las ha comprado con dinero. O quizás se las hayan dado como regalos.
Cuando tu papá trabaja recibe dinero de paga por el trabajo. ¿Es dueño él de ese dinero? Sí, porque trabajó por él. No es tuyo; es de él.
Con ese dinero compra las cosas que hay en tu casa. Es dueño de ellas. Debido a que es dueño de ellas, tiene el derecho de decir quiénes pueden usarlas. Él te dice si puedes jugar con ellas o no. Y puede ser que deje que tu mamá te lo diga también.
A veces vas a la casa de otros niños a jugar, ¿verdad? Las cosas que hay en la casa de ellos pertenecen al padre de ellos. ¿Sería correcto que tomaras algo de la casa de ellos y te lo llevaras a tu casa? No, a menos que el padre o la madre de ellos te dijera que puedes hacerlo. Si te traes algo a casa sin que se lo pidas a ellos, eso sería robar.
¿Por qué roba la gente? Bueno, puede que alguien vea algo que es de otra persona. Quizás sea una bicicleta. Mientras más mira esa bicicleta y piensa en ella, más le gusta. Si no es una persona amorosa, no le importa lo que sienta la otra persona. Por eso puede ser que le dé un golpe a la otra persona y trate de quitarle la bicicleta. O quizás espere hasta que la otra persona no esté mirando. Entonces se lleva la bicicleta. ¿Qué es lo que de veras está haciendo? Está robando.
Puede ser que la otra persona no lo vea robarse la bicicleta. Pero alguien lo ve hacerlo. ¿Sabes quién? Jehová Dios lo ve hacerlo. Dios ve que es un ladrón.
No importa que la otra persona tenga muchas cosas o solo unas cuantas. Algunas personas van a una tienda y ven muchas cosas allí. Ven algo que quieren mucho. Quizás se digan que nadie va a echar de menos una sola cosa que es pequeña. De modo que se la llevan, pero no pagan por ella. ¿Es correcto eso? No, eso es hurtar, robar.
Cuando la gente hace eso, está siendo como Judas. ¡Porque Judas fue ladrón! Queremos estar seguros de nunca ser como él.