¿Por qué estudiar en la escuela?
Hechos útiles que desean saber los jóvenes
SI ERES una persona joven que asiste a la escuela, hazte esta pregunta: ¿Por qué voy a la escuela?
Quizás contestes que vas a la escuela porque en el lugar donde tú vives se requiere que asistas a la escuela por cierto período. O quizás todavía seas menor de edad y estés obligado a hacer lo que tus padres mandan.
Sin embargo, ¿personalmente ves algunas otras razones para ir a la escuela? ¿Sabes de algunos beneficios que puedan provenir de emplear sabiamente tu tiempo en la escuela? Es probable que conozcas algunos jóvenes que no están empleando sabiamente su tiempo. Quizás solo estudian lo suficiente como para salir del paso. Sin embargo, al no aprovecharse de la oportunidad de aprender, estos jóvenes por lo general se ponen trabas que los impiden por el resto de su vida. ¿Por qué?
Porque lo que hace una persona durante su juventud tiene mucho que ver con lo que puede hacer de adulto. Aun en el estudio escolar, aplica el principio bíblico: “Cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará.” (Gál. 6:7) Pero, ¿cuáles son algunos de los beneficios que puedes segar de ‘sembrar’ tiempo y esfuerzo en tus estudios escolares ahora?
ENTRENAMIENTO PRÁCTICO
Tienes que afrontar el hecho de que de aquí a unos cuantos años, tendrás la obligación de sostenerte tú mismo. Con el tiempo posiblemente asumas las obligaciones de esposo y padre, o de esposa y madre.
¿Quisieras hacer más fáciles, más deleitables, esas responsabilidades? Puedes ayudar a hacer que sea así si te aprovechas de tus años escolares, aprendiendo cosas que serán útiles en tu vida adulta.
En muchas escuelas el programa de estudio incluye clases en que se enseñan los fundamentos de diferentes conocimientos prácticos. Para los jóvenes, quizás haya cursos de carpintería, instalación de equipo eléctrico, soldadura, contabilidad y otros. Las jóvenes pueden tomar cursos de artes domésticas como cocinar y coser, así como escribir a máquina y trabajo secretarial.
Es posible que mucho de este entrenamiento no sea cosa fácil de conseguir después que salgas de la escuela. Si más tarde deseas instrucción de esa clase, quizás hasta tengas que pagar por ella. O tal vez tengas que aprenderla trabajando con o bajo individuos que quizás tengan poco interés en enseñarte. Por eso, ¿por qué no te aprovechas de la oportunidad de aprender algunas de estas cosas mientras puedes? Y cuando escojas cursos escolares, no dejes de considerar el asunto con tus padres. Ellos pueden darte el beneficio de su experiencia en la vida.
APRENDE A LEER BIEN
Aunque hay muchas cosas de valor práctico que puedes aprender en la escuela, hay una que tendrá tremenda influencia sobre el resto de tu vida escolar así como durante toda tu vida adulta. Es el poder leer... y leer BIEN. Es la llave que puede abrirte la puerta a muchas clases de conocimiento, a la pericia y al disfrute.
Durante las horas en que estás despierto constantemente te enfrentas a cosas que leer: letreros, etiquetas, libros, revistas, periódicos, cuentas, formularios oficiales y correspondencia. Todo esto puede ser una faena desagradable para los que leen mal. Sin embargo, si aprendes a leer bien, hallarás que la lectura enriquecerá tu vida en vez de ser una carga para ti.
Los jóvenes cristianos, especialmente, querrán aprender a leer bien porque quieren saber lo que dice la Palabra de Dios, la Biblia. También hallarán que el poder leer bien es de gran valor al explicar los propósitos de Dios a otros.—Mat. 24:14.
¿Tienes dificultades al leer? Si es así, no te desanimes. Puedes aprender a leer bien, tal como otros han podido hacerlo. La lectura principalmente es asunto de práctica... además de estar alerta a notar la manera en que se deletrean las palabras. Lee en voz alta a veces. Esto te ayudará a ver si estás desarrollando algunos hábitos malos en tu lectura silenciosa. También, te será provechoso pedir que otros que leen bien te escuchen leer en voz alta de vez en cuando. Pueden ayudarte a corregir tus errores.
Sí, el poder leer con facilidad y afluencia no se logra sin verdadero esfuerzo. Pero por el esfuerzo que hagas ahora serás remunerado muchas veces durante el resto de tu vida.
OTROS BENEFICIOS DE ESTUDIAR
Quizás algunas asignaturas no te parezcan muy prácticas, pero ciertamente ayudan a ensanchar tu punto de vista y pueden ser útiles de otras maneras. La historia, la geografía y el lenguaje te ayudan a aprender acerca de otros pueblos y lugares. Las matemáticas son útiles en muchos oficios y ocupaciones, aun en el manejo del hogar, donde siempre hay que usar recetas y calcular y cumplir presupuestos.
Hay otro beneficio de estudiar en la escuela, aun asignaturas que no te agradan especialmente. El estudio ejercita tu mente y mejora tu habilidad para usarla. En cierto modo, puedes comparar tu mente a un músculo del cuerpo... mientras más lo ejercites mejor te servirá. Hallarás que el esfuerzo mental se te va haciendo constantemente más fácil, y será más productivo. Pero, como sucede con un músculo, la mente se pondrá ‘floja’ a menos que la uses lo suficiente.
¿Hay algo más de valor que proviene de aplicarte a tus estudios en la escuela? Sí, puedes aprender autodisciplina. Es cierto que eso posiblemente no te parezca tan deseable ahora. Pero como sabes, no puedes hacer sólo las cosas que prefieres hacer en la vida. A menudo tienes que hacer cosas que quizás realmente no quieras hacer o no te guste hacer, pero que tienen que hacerse de todas maneras. Esto será especialmente cierto cuando venga el tiempo para que asumas mayor responsabilidad al ganarte la vida, o al cuidar de tu propia familia.
Si te acostumbras a disciplinarte ahora, eso te ayudará a adquirir la disciplina necesaria para afrontar las obligaciones de adulto. Por eso aunque prefieras hacer otra cosa en vez de estudiar, si te aplicas a ello y no dejas que otras cosas estorben, estarás adquiriendo una cualidad que apreciarás cada vez más a medida que pasen los años.
UNA PROTECCIÓN
Todavía hay otro beneficio que proviene de aplicarte diligentemente a tus estudios. Puede servirte de protección. ¿De qué manera?
Bueno, probablemente ya hayas visto evidencias del derrumbe moral entre tus condiscípulos. Hay mucha inmoralidad sexual y uso de drogas. También, impera un espíritu de rebelión entre muchos jóvenes.
Puede que te angustie estar con personas que no respetan las elevadas normas de conducta que se enseñan en la Palabra de Dios. Aunque no puedes evitar por completo el tener que ver con personas de esa clase, sí puedes evitar el tener más asociación con ellas que la que te obliga a tener tu tarea escolar. Y si prestas atención a tus estudios, y te esfuerzas solícitamente para tener éxito en ellos, eso ocupará una buena porción de tu tiempo libre después de la escuela, lo cual automáticamente limitará tu asociación con personas faltas de principios. Al ver tu deseo de adelantar con tu educación, personas de esa clase, con el tiempo, probablemente no busquen tu asociación. Esto te servirá de protección.
Además, si se te conoce por cristiano verdadero, puedes poner un ejemplo excelente aplicándote a tu tarea escolar. Eso te acreditará a ti, a tus padres y al Dios a quien adoras. Puedes ser como Daniel y sus tres amigos que se aplicaron en el sistema educativo de la Babilonia antigua y recibieron encomio por su diligencia. Al mismo tiempo, ellos también tuvieron que tratar con personas faltas de principios, pero pusieron en primer lugar su adoración a Dios y no transigieron en sus normas elevadas.
Los jóvenes cristianos deben hallar gran estímulo e incentivo en este hecho: muchas de las habilidades y conocimientos prácticos que desarrollen ahora por medio de aplicarse serán útiles por más tiempo que solo durante una breve vida en este sistema de cosas. ¿Por qué? Porque todo este sistema inicuo está acercándose a su fin. Dentro de poco será reemplazado por el justo nuevo orden de Dios en el cual las personas de corazón sincero y honrado podrán disfrutar de vida eterna. (1 Juan 2:15-17) En ese nuevo orden se cumplirá la promesa de Dios: “La obra de sus propias manos mis escogidos usarán a grado cabal.” (Isa. 65:22) De modo que los buenos hábitos de estudio y trabajo que los jóvenes aprendan ahora resultarán ser una fuente de satisfacción y gozo para siempre en el nuevo orden de Dios.