BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w76 15/2 pág. 119
  • Ponderando las noticias

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Ponderando las noticias
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1976
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • El alto costo de la santidad
  • Hablan de paz... se arman para la guerra
  • Ponderando las noticias
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1975
  • ¿Pueden los nuevos santos del Año Santo ayudarle?
    ¡Despertad! 1976
  • El hombre busca soluciones
    ¡Despertad! 1988
  • El desafío del comunismo a Occidente
    ¡Despertad! 1971
Ver más
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1976
w76 15/2 pág. 119

Ponderando las noticias

El alto costo de la santidad

● El 14 de septiembre de 1975, en la basílica de San Pedro en Roma, Elizabeth Seton fue declarada formalmente la primera “santa” nacida en los EE. UU. El camino a la santidad fue largo y costoso.

En 1882, el cardenal Gibbons de Baltimore empezó a promover la candidatura de la Sra. Seton. Desde entonces, millares de trabajadores se envolvieron en el esfuerzo, incluso unas 12.000 monjas. Como informa “The Wall Street Journal,” éstos juntaron dinero y laboraron en un proyecto que fue “más arduo que cualquier campaña política y ciertamente tan costoso como la mayoría de ellas.” El sacerdote Francis X. Murphy, una autoridad en santidad católica, “cree que se gastaron millones de dólares en la causa de madre Seton.” ¿A qué se debió todo ese gasto?

Los que apoyaban la candidatura tuvieron que pagar por traducciones al italiano de todos los documentos personales de la Sra. Seton para que los teólogos del Vaticano pudieran estudiarlos y ver si la candidata había tenido ‘faltas personales graves.’ Las alegaciones de milagros atribuidos a ella fueron revisadas por investigadores de la Iglesia y luego por doctores. A todos éstos hubo que pagarles. La ceremonia de “beatificación” (un paso intermedio en la hechura de un santo católico) ocasionó el pago de 10.000 dólares en alquiler por el uso de la basílica de San Pedro. El cadáver de la candidata fue exhumado y se le removieron huesos (uno se envió al papa; fragmentos de otros fueron puestos en cajas y enviados a los que más laboraron a favor de la santidad de la candidata). Esto, también, costó dinero. La misma ceremonia de canonización en Roma envolvía “pompa enormemente costosa.” La cuenta iba a los apoyadores de la nueva santa. Ellos tenían 100.000 dólares apartados para eso.

Pero el llegar a ser “santo” envuelve más que solo dinero. A pesar de todos los esfuerzos, una candidatura pudiera fallar si ‘no encajara en la situación política mundial,’ según el sacerdote Francis Litz, que trabajaba en el logro de la categoría de santos para otros dos candidatos norteamericanos. La proximidad de la canonización de la Sra. Seton al bicentenario de los EE. UU. en 1976 les parecía más que solo coincidencia a muchos observadores. Joel Wells, director de una publicación trimestral católica, dijo que la selección de la madre Seton por el Vaticano tenía como fin “elevar el decaído estado de ánimo de la iglesia en los EE. UU.,” pero dudaba que lo lograra.

Hablan de paz... se arman para la guerra

● Líderes de las “superpotencias” del mundo expiden periódicamente llamamientos para la reducción de los armamentos y pasos similares para asegurar la paz. Los EE. UU. y la Unión Soviética han convenido en “límites superiores” para circunscribir el número de mísiles nucleares. Más recientemente, también se ha instado a firmar pactos para proscribir técnicas de cambiar el clima con propósitos militares y también para proscribir nuevos sistemas de destrucción en masa. El líder soviético Leonid Brezhnev recientemente describió estos últimos sistemas como “más aterradores” que las armas nucleares existentes. Pero, junto con toda esa habla, ¿qué sucede en realidad?

Tan solo en 1974 el mundo gastó más de 210.000 millones de dólares en armas... la mayor parte de esto gastado por los EE. UU. y la Unión Soviética para aumentar reservas de armas que el Instituto de Investigación Internacional de la Paz de Estocolmo llama “desatinadamente en exceso de toda necesidad que concebiblemente pueda tener, militar o política, cualquiera de las dos potencias.” Ahora los EE. UU. tienen más de 8.000 armas estratégicas desplegadas y la Unión Soviética tiene 2.800 mísiles (individualmente más destructivos que los de los EE. UU.). El más débil de éstos es por lo menos tres veces más poderoso que la bomba que devastó a Hiroshima, Japón; ¡algunos son 16.000 veces más poderosos! No obstante, prosigue la investigación, producción y despliegue de más armas todavía. Hablando de la “carrera de perderse entre las necesidades del hombre y la locura militar,” un editorial en el “Post” de Nueva York pregunta: “¿Cuánta hambre del mundo se podría vencer si prevaleciera la cordura?”

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir