Dios quiere que la gente viva
JEHOVÁ DIOS considera la vida humana como algo precioso. El hecho de que todavía no haya ejecutado juicio contra la humanidad impía demuestra esto. Escribió el inspirado apóstol Pedro: “Es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido, sino desea que todos alcancen el arrepentimiento.”—2 Ped. 3:9.
La alta estima en que tiene Jehová a la vida humana no se circunscribe a querer que la humanidad sobreviva cuando llegue la expresión de su juicio justo. Su deseo es que la gente disfrute de tan larga vida como sea posible a pesar de sus debilidades e imperfecciones. Su Palabra, la Biblia, suministra pautas que, cuando se siguen, impiden que uno siga un proceder que resulte en muerte prematura. Por ejemplo, la persona que se esfuerza por vivir en armonía con el consejo de la Biblia está protegida de las tristes consecuencias de la afición a las drogas, el alcoholismo, las enfermedades venéreas y cosas semejantes. Las palabras de Proverbios 3:1, 2 muestran que lo que se acaba de decir ciertamente aplicaría: “Hijo mío, no olvides mi ley, y observe tu corazón mis mandamientos, porque largura de días y años de vida y paz te serán añadidos.”
El hecho de que el conocer y aplicar la Palabra de Dios puede significar vida para la gente tanto ahora como en el futuro hace apremiante el no escatimar esfuerzo alguno en el empeño por hacerle llegar esta información. Ciertamente nosotros los siervos de Jehová Dios debemos estar aun más interesados, por ejemplo, de lo que lo han estado personas que dedicaron su vida a luchar contra las enfermedades. Habiendo efectuado descubrimientos que podían contribuir a alargar la vida, hombres y mujeres dedicados no retuvieron este conocimiento. Muchos pusieron por escrito sus hallazgos y defendieron su caso ante firme oposición. Partidarios convencidos les suministraron apoyo moral y financiero. En ciertos casos la oposición fue tan irrazonable que por años se rechazaron las conclusiones sanas. Pero, porque se perseveró, la verdad finalmente triunfó. Con el tiempo se dio extensa publicidad a los hallazgos, y desde entonces se ha salvado a muchas personas de una muerte prematura. Es posible que el descubridor de un tratamiento en particular y sus partidarios hayan efectuado grandes sacrificios y sin embargo probablemente ni siquiera hayan tenido el gozo de ver triunfar la verdad en su vida. Pero ¿no valió la pena el esfuerzo que hicieron, considerando los años adicionales de vida que muchos miles de personas han conseguido como resultado de ello? ¿No es mucho más valiosa, entonces, la obra de ayudar a las personas a conseguir salud espiritual con la expectativa de tener vida eterna?
UNA OBRA DE VERDADERO VALOR
Es cierto que ha habido indiferencia y oposición por parte de muchos a quienes los testigos de Jehová han visitado en sus hogares. Pero ¿no nos da felicidad saber que desde el 1 de septiembre de 1974 al 31 de agosto de 1975 se ayudó a más de 295.000 personas a alcanzar arrepentimiento y hacerse discípulos bautizados de Jesucristo? Es posible que estos miles se hallen entre los que pasen vivos a través de la ejecución de juicio de Dios y consigan, no solo unos cuantos años más de vida, sino vida sin fin en el justo nuevo orden de Dios. (2 Ped. 3:13; Rev. 7:14-17) En el ínterin, su amoldarse a la Palabra de Dios está haciendo que puedan evitar los lazos que podrían llevar a una muerte prematura.
Ciertamente la persona que empieza a vivir en armonía con la Biblia hoy día está en mejores condiciones que la que empieza a hacerlo mañana o la semana siguiente o el mes siguiente. Por no tener conocimiento exacto de la Palabra de Dios, una persona podría cometer un grave error que dejara una cicatriz permanente. El hecho de que a veces ha bastado con solo una conversación bíblica para salvar a alguien del suicidio manifiesta la realidad de esto. La obra de esparcir la verdad bíblica es de verdadero apremio. No sabemos cuánto tiempo haya de vivir nadie, ni exactamente cuándo ejecutará Dios su juicio en los impíos. Sin embargo, una cosa es segura: Cada día que pasa pone a miles de millones de personas más cerca de la muerte. ¿Se les puede ayudar antes de que sea demasiado tarde o antes de que cometan algún error trágico?
Jehová Dios ha dado a sus siervos la oportunidad de demostrar su interés genuino en la gente, demostrar que son del mismo parecer que él en cuanto a ayudar a tantos como sea posible a alcanzar el arrepentimiento. (Hech. 3:19) Ciertamente no queremos buscar alguna excusa para no tomar muy en serio nuestra responsabilidad para con el mundo de la humanidad. (Mat. 28:19, 20) Nadie debe pensar: ‘La obra de predicar y enseñar la verdad bíblica no es tan importante. A fin de cuentas, Dios se va a encargar de que se encuentre a todas las ovejas.’ Tal razonamiento revela una falta de interés personal en los que se hallan en grave peligro por no conocer a Dios. (2 Tes. 1:6-10) En realidad es una evidencia de falta de amor y revela que hay algo defectuoso en cuanto a la propia relación de uno con el Altísimo.—1 Juan 5:2, 3.
Si usted es siervo de Jehová Dios, ¿le parece que no hay sacrificio que sea demasiado grande cuando se trata de poner en las manos de la gente esta información que preserva vidas? ¿Está usted alerta para usar toda oportunidad de hablar acerca de la Palabra de Dios a parientes, amigos, conocidos y otras personas con quienes trata en sus actividades cotidianas? ¿Muestran sus palabras y hechos que cree firmemente que Dios quiere que la gente viva?
Muchas personas, además de las que usted conoce o con las que quizás trate, necesitan con urgencia el conocimiento bíblico. La experiencia ha mostrado que en estos tiempos modernos una de las mejores maneras de ponerse en comunicación con la gente es visitándola en sus hogares. ¿Está usted apartando tiempo para esto? En el libro de Revelación la provisión de Dios para vida se describe por el símbolo de un río con márgenes cubiertas de árboles. Se dice que los árboles “producen doce cosechas de fruto, dando sus frutos cada mes.” (Rev. 22:1, 2) En armonía con ello, ¿no sería sumamente apropiado el participar cada mes en familiarizar a la gente con el mensaje dador de vida que la Biblia contiene?
ORGANIZADOS PARA PREDICACIÓN PÚBLICA
Por lo tanto, las congregaciones de los testigos de Jehová obran en armonía con la voluntad de Dios cuando dividen ciertas zonas en “territorios” y hacen arreglos específicos para visitar todos los hogares que hay en estos territorios, lo cual hacen progresiva y periódicamente durante el transcurso del año.—Compare con 1 Corintios 14:33.
Para el buen progreso de la proclamación pública de la verdad bíblica, se requieren arreglos buenos y ordenados. En sus reuniones periódicas, los ancianos de congregación hacen bien en considerar si están suministrando la atención necesaria a estos arreglos o no. ¿Están poniendo ellos mismos un ejemplo celoso en compartir la verdad bíblica con otros? ¿Muestran sus palabras y acciones que creen firmemente en que Jehová Dios quiere que la gente viva? ¿Han efectuado las cosas de tal manera que, según sus oportunidades, estén participando activamente con grupos en predicar y enseñar públicamente?
Los ancianos, por supuesto, tienen que ser equilibrados en cuanto a sus responsabilidades de congregación y de familia. (1 Tim. 3:2, 4) Quizás algunos de ellos puedan apoyar casi todo arreglo de reunión de los grupos y participar en predicar y enseñar públicamente. Pero a otros quizás las circunstancias les impidan hacer esto. Reconociendo la importancia del mensaje de la Biblia, los ancianos ciertamente querrían usar de la mejor manera el tiempo que tienen disponible para participar junto con sus compañeros de creencia en impartir verdades bíblicas a otros. (Efe. 4:11, 12) Saben que el no suministrar buena guía podría ser muy desanimador para la congregación.
Además, es necesario enseñar a los miembros de la congregación cómo pueden ayudar a otros a apreciar el valor de la Biblia y la importancia de servir a Dios como discípulos leales de Jesucristo. Cuando los ancianos toman en serio su responsabilidad de pastores y maestros, gozosamente suministran ayuda por palabra y ejemplo. (Heb. 13:7) También invitan a otras personas capacitadas a suministrar ayuda.
Todos los siervos dedicados de Jehová Dios deben recordarse a sí mismos la importancia de participar en predicar y enseñar lo que la Biblia dice. Pregúntese: ¿Dónde estaría yo hoy si Jesucristo hubiese desistido de hacer su obra porque muchos de sus conciudadanos no quisieron responder o por alguna otra razón? Entonces ninguno de nosotros habría tenido la oportunidad de conseguir vida sin fin. ¡Cuánto nos alegramos de que Jesucristo permaneciera fiel a su comisión!—Juan 17:6-8; Heb. 3:6.
¿No es excelente el que pensemos en querer que las personas con quienes tratamos estén con nosotros en el nuevo orden de Dios? Sin importar cómo actúen, no debemos perder de vista el hecho de que Cristo murió por esas personas y que Jehová Dios quiere que “lleguen a un conocimiento exacto de la verdad” y vivan. (1 Tim. 2:3, 4) Puede ser que desenvolvimientos en los asuntos mundiales o en su propia vida las lleven a ‘suspirar y gemir’ por lo que está sucediendo. (Eze. 9:4) Es posible que lleguen a anhelar algo mejor. ¿Estaremos allí para ayudarlas? Si en realidad comprendemos que Jehová Dios quiere que la gente viva, muy ciertamente iremos a ayudarla.