La verdad bíblica se esparce inusitadamente
● En una aldea del África occidental, un testigo cristiano de Jehová dejó un ejemplar de La Atalaya en un edificio religioso no cristiano. El guardián del edificio anunció después a los aldeanos: ‘Un ángel de Dios ha traído un mensaje a la aldea,’ y puso en alto la revista. Entonces se atrevió a decir que cualquiera que quisiera una bendición de Dios debería contribuir diez centavos o más por un pedazo o una página de la revista.
Un hombre de edad avanzada compró una página. Lo que leyó en aquella página bastó para despertar su interés en el mensaje de la Biblia. Pronto empezó a estudiar las Escrituras con los testigos de Jehová y alcanzó excelente progreso.