La desintegración de la familia... encarándose a ella
“NUNCA hubiera pensado en divorciarme hace cinco años,” dijo una secretaria de treinta y un años de edad de la India. Continuó: “Habría aguantado un matrimonio infeliz hasta la muerte. Pero oí acerca de otras mujeres que eran divorciadas, y después conocí a una, y eso me fortaleció para intentar lo mismo.”
En otras partes de la Tierra se están oyendo con creciente frecuencia comentarios por ese estilo. Definitivamente va habiendo más familias en proceso de desintegración. En Suecia hay seis divorcios por cada diez casamientos, en los Estados Unidos alrededor de cinco divorcios por cada diez casamientos, en la Alemania Oriental alrededor de tres divorcios por cada diez casamientos y en Finlandia menos de tres divorcios por cada diez casamientos. ¿A qué se debe que tantos casados estén rehusando permanecer juntos?
Los comentarios de la joven de la India ilustran bien que ha habido un cambio de actitud en cuanto a preservar el matrimonio a pesar de las dificultades. Ya no se desaprueba el divorcio de tal manera que ello restrinja la desintegración del matrimonio. Personas prominentes que con frecuencia están a la vista del público se hallan entre los muchos que obtienen divorcios. Esto le ha prestado al divorcio cierto aspecto de respetabilidad, y ha facilitado el que algunas personas acepten la idea de divorciarse ellas mismas. Además, en varios países se han liberalizado las leyes del divorcio. Todos estos factores han contribuido a hacer que el divorcio parezca una manera fácil de salir de un problema matrimonial grave.
El movimiento de la liberación femenina ha tenido también su repercusión en la familia. Ha hecho que algunas mujeres piensen que una carrera es más importante que el ser ama de casa y madre. El trabajo en el hogar ha llegado a verse como una faena monótona sin recompensa. Hasta en ciertos países donde las mujeres solían tener un mínimo de voz y voto, ha habido cambios. En estos países algunas esposas exigen mayor voz en el matrimonio, pero sus esposos no están dispuestos a ceder. Esto pronto resulta en graves problemas. A la esposa, la libertad por medio del divorcio puede hacérsele más deseable que el tener que someterse incondicionalmente a los dictados de un esposo.
El hecho de que muchas esposas formen parte de la clase obrera también ha contribuido a que las familias se debiliten. En el trabajo, probablemente esas esposas reciban considerable atención de otros hombres. A veces esto puede resultar en que hallen a otro hombre que les sea más atractivo que su propio esposo. Como resultado, su matrimonio puede terminar en divorcio.
En países donde la inflación continúa siendo un problema, esposos y esposas a menudo se envuelven en acaloradas disputas acerca de asuntos financieros. Esas riñas pueden desarrollarse hasta tal punto que parezca que solo la separación o el divorcio podría aliviar esta desagradable situación.
LOS QUE DISFRUTAN DE UNA FAMILIA UNIDA
Sin embargo, muchos casados sí permanecen juntos toda la vida, y son felices y están contentos. ¿A qué se debe esto?
Con frecuencia el buen éxito en el matrimonio se debe a que tanto el esposo como la esposa siguen principios sanos. Hay evidencia irrebatible de que mientras más corresponden esos principios con lo que se presenta en la Biblia, más fuertes son los vínculos en la familia. Un casado de Las Vegas, Nevada, descubrió que esto fue cierto en su caso. Él comenta: “Antes de que mi esposa y yo empezáramos a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová, estoy seguro de que nuestro matrimonio no habría durado otro mes. Tan malas se habían puesto las cosas.”
Pero ¿por qué son útiles las pautas de la Biblia? Se fundan en más que sabiduría humana. El apóstol Pablo, que por años observó el sano efecto que las Escrituras pueden tener en la gente, escribió: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente, estando completamente equipado para toda buena obra.” (2 Tim. 3:16, 17) Sí, Dios es la fuente de la sabiduría que las Escrituras contienen. Como Hacedor del hombre él sabe lo que nos será de mejor provecho y lo que promoverá nuestra mayor felicidad. Por eso podemos confiar en la guía que suministran las Escrituras. Esta guía también ha pasado con buen éxito la prueba que le presenta el transcurso del tiempo.
Lo que la Biblia dice acerca del matrimonio y la vida de familia está muy de acuerdo con la realidad. No hace surgir falsas esperanzas; reconoce con franqueza que hay problemas en el matrimonio. Leemos que los que se casan “tendrán tribulación en su carne.” (1 Cor. 7:28) Al mismo tiempo las Escrituras muestran cómo manejar con buen éxito las dificultades de familia, como veremos.
Además, la Biblia resta énfasis a las cosas materiales y estimula el contentamiento y dirigir atención y esfuerzos a la adquisición de tesoros espirituales. Por ejemplo, en 1 Timoteo 6:7, 8 leemos: “Nada hemos traído al mundo, y tampoco podemos llevarnos cosa alguna. Teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con estas cosas.” ¡Cuántas disputas por asuntos financieros podrían evitar los matrimonios si vivieran en armonía con esto!
El consejo de las Escrituras promueve la más alta estima al arreglo del matrimonio. Hay admonición como la siguiente: “Que el matrimonio sea honorable entre todos, y el lecho conyugal sea sin contaminación, porque Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros.” (Heb. 13:4) Además de consejo sobre mantener honorable el matrimonio, la Biblia también presenta razones sanas y sólidas por las cuales evitar la inmoralidad sexual. Claramente las Escrituras advierten de los peligros a la salud de uno, a la familia y, sobre todo, a la relación de uno con Jehová Dios. Al hombre que va tras una mujer inmoral, por ejemplo, lo compara con un ‘toro conducido al degüello.’ Luego leemos: “No ha sabido que en ello está envuelta su mismísima alma,” es decir, su vida como persona.—Pro. 7:22, 23.
La Biblia también manifiesta los derechos y responsabilidades del esposo, la esposa y los hijos. Cuando se aplica su admonición, todos los miembros de la familia disfrutan de una posición decorosa. Les parece que se les necesita y se les aprecia. Por lo tanto, disfrutan de estar juntos.
De modo que para que usted vea lo excelentes que son los principios de la Biblia, lo invitamos a que lea el siguiente artículo. Estamos seguros de que lo estimulará a tomar nota de que una sana vida de familia es posible hasta en un tiempo en que la desintegración de la familia es un problema grave.