La palabra de Dios ejerce poder
El apóstol Pablo escribió: “La palabra de Dios es viva y ejerce poder.” (Heb. 4:12) Una experiencia reciente procedente de España confirma esa declaración.
Mientras participaba en testificar en la calle, un anciano cristiano vio a un joven que se identificó como budista. El joven, aunque prefería observar la gente a leer, aceptó un número de fecha pasada de La Atalaya. El anciano también lo invitó a asistir a una reunión en el Salón del Reino local de los testigos de Jehová.
Pocos días después el joven se presentó en el Salón. Tras de habérsele presentado a algunos de los asistentes a la reunión, se le invitó a tomar asiento. Pero él prefirió quedarse de pie por dos horas sin moverse. Después, en una conversación, dijo que no le gustaba leer, y que prefería escuchar y observar.
Sin embargo, en cierta ocasión el anciano le preguntó al joven si alguna vez había leído la Biblia de principio a fin. El joven no había hecho aquello, pero el anciano lo estimuló a hacerlo, y le mencionó que la Biblia es un libro oriental. Este budista leyó la Biblia entera en unos cuantos días. Desde entonces en adelante, Jehová le ayudó a desarrollarse en sentido espiritual. Hoy, es cristiano bautizado. La Palabra de Dios ciertamente ejerce poder.