Ponderando las noticias
¿Verdadero renacimiento o ilusión vacía?
● Muchas personas están bajo la impresión de que está habiendo un renacimiento religioso en los Estados Unidos hoy en día. Una reciente encuesta Gallup patrocinada por la revista evangélica Christianity Today indica cuán profunda es la influencia de este “renacimiento.” Por un lado, la encuesta reveló que dos terceras partes del público en general cree que la Biblia es la Palabra de Dios. Por otro lado, la revista hizo la siguiente observación: “Aparentemente es una cosa CREER que la Biblia es la Palabra de Dios y otra cosa leerla.” La encuesta reveló que entre los que asisten a las iglesias solamente el 18 por ciento de los protestantes y el 4 por ciento de los católicos leen la Biblia diariamente; el 41 por ciento de los protestantes y el 67 por ciento de los católicos la leen menos de una vez al mes o nunca.
Una autoridad citada en Christianity Today dijo: “Estamos presenciando un renacimiento de sentimiento, pero no de conocimiento, acerca de Dios. El problema más grave al cual se enfrenta la iglesia es que la gente, tanto dentro como fuera de la iglesia, no sabe realmente quién es Dios ni qué requiere él de nosotros.” Esta precisamente es la situación religiosa que la Biblia misma dice que existiría en “los últimos días” del sistema de este mundo: “Tendrán la apariencia de piedad, pero desmentirán su eficacia.”—2 Tim. 3:1, 5, Biblia de Jerusalén.
¿Un “motivo insidioso”?
● Durante una visita a Australia, el famoso violinista Yehudi Menuhin comentó sobre el poder oculto de la música y dijo: “La música, por supuesto, tiene un efecto muy terapéutico. Da escape a todas las presiones, pero también puede hacer que éstas se acumulen. Como músico, me veo obligado a escuchar música . . . y no me gusta lo que le está sucediendo a mucha de la música hoy. Me parece que se le está manipulando hacia la violencia. En muchísima de la música hay un tema —no, no tema; tema es demasiado fuerte— diremos un motivo insidioso, que es como los discursos torcidos de demagogos. Bate incesantemente, no contra el nivel consciente de la mente, sino contra el nivel que se halla debajo de ése. No sé por qué está ahí, por qué lo han introducido ahí; solo sé que ahí está.”
Otros también han notado los efectos de la música en la subconsciencia. Un estudio científico reveló que ciertos ritmos musicales afectan el corazón, los ritmos arteriales y los sincronismos del cerebro. Otro informe describió cómo se utiliza la música en las tiendas para hacer que aumenten las compras hechas bajo impulso. Y, después que 11 hombres y mujeres jóvenes murieron en un concierto de música “rock” en Cincinnati el 3 de diciembre de 1979, un artículo del Times de Nueva York puso en tela de juicio el efecto de tal música y llegó a esta conclusión: “Hay algo inherentemente violento en lo relativo a la música ‘rock.’”
La música impulsa, para bien o para mal. Por lo tanto, use discernimiento cuando escuche música. Guárdese de ser víctima de un “motivo insidioso.” El apóstol Pablo dijo: “Vigilen estrechamente que su manera de andar no sea como imprudentes, sino como sabios.”—Efe. 5:15.
‘Luchando diariamente con el escándalo’
● En el Examiner, periódico de San Francisco, el periodista Kevin Starr, quien es católico, declaró: “Los católicos luchan diariamente con el escándalo que nos ofrece nuestra iglesia oficial.” A manera de ejemplo, dijo: “El papa va a la América Latina, . . . y predica acerca de la justicia para los pobres, y después de esto en [otro país católico] se ve el espectáculo de un arzobispo y tres obispos que dirigen el gasto extravagante de los recursos mínimos de una nación. Aquellos millones que se estaban gastando era dinero que se había quitado a gente pobre, muy pobre.” Starr se refería a un matrimonio estatal que costó millones de dólares y en el cual oficiaron estos clérigos.
El periodista también reconoció que mientras católicos que tienen dinero e influencia pueden lograr que les anulen sus matrimonios, otros “se veían obligados a pasar largos años a solas, privados de volverse a casar porque su primera ceremonia fue católica, o privados de los sacramentos (de hecho, ¡excomulgados!) si se volvían a casar ‘fuera de la Iglesia.’” Starr también llamó la atención al hecho de que el clero frecuentemente se pone de parte de los elementos políticos más represores.
Dijo en conclusión: “La Iglesia Católica Romana . . . no es una iglesia que satisfaga a los que exigen claridad y firmeza.” Admitió que la Iglesia tiene dentro de sí “una red de corrupción y acomodos,” y agregó: “Si a usted le gusta la firmeza esquemática en el pensar, el hablar y el obrar, seguramente se irá de la Iglesia.”