¡Adelante, ministros del Reino!
“Haz la obra de evangelizador, efectúa tu ministerio plenamente.”—2 Timoteo 4:5.
1. ¿Qué contraste existe entre la condición espiritual de Babilonia la Grande y la de los testigos de Jehová?
HOY día, en muchos países, los pastos espirituales de la religión falsa se han marchitado y las aguas sobre las que Babilonia la Grande se sienta están secándose. Esto nos recuerda una profecía de Isaías que está cumpliéndose en nuestro día, a saber, ésta que se halla en Isaías 65:13: “¡Miren! Mis propios siervos comerán, pero ustedes mismos padecerán hambre. ¡Miren! Mis propios siervos beberán, pero ustedes mismos padecerán sed. ¡Miren! Mis propios siervos se regocijarán, pero ustedes mismos sufrirán vergüenza.” Esto es así porque el pueblo de Jehová verdaderamente busca primero el Reino y se esfuerza con solicitud por que las buenas nuevas del reino de Dios en manos de su Hijo y Rey, Cristo Jesús, se proclamen por toda la Tierra.—Revelación 14:6-8; 16:12; 17:5, 15.
2. ¿Quiénes tienen la obligación de adelantar como ministros del Reino?
2 La consigna en nuestro día es ‘¡Adelante, ministros del Reino!’ Para que puedan prestar atención a esta llamada como un cuerpo de seguidores de nuestro Señor Jesucristo todos los testigos de Jehová, los que están en una posición de superintendencia, al igual que todos los demás, hombres, mujeres, niños y niñas, se hallan bajo la obligación de abogar por el reino de Dios. (Salmo 145:10-12; 148:12, 13; 2 Timoteo 4:2, 5) Esto es así aunque algunos, debido a sus circunstancias, no pueden hacer tanto como otros. No obstante la actividad de éstos nos hace recordar a la viuda que dio su todo aunque aquello era solo dos monedas de muy poco valor.—Lucas 21:1-4.
3. Hoy día, ¿cuán necesario es para la humanidad el Reino, y qué abarca el mensaje del Reino?
3 ¿Necesita la humanidad hoy día el Reino? Ah, ¡cuánto necesita el Reino! No solo lo necesita para poner fin al dolor, la enfermedad, la tristeza y la muerte, sino también para poner fin a toda violación de lo recto, a toda la iniquidad, a todo delito, la violencia y la guerra, sí, para que ponga fin a toda injusticia, a toda discriminación. (Isaías 9:7) Al adelantar como ministros del Reino damos a la gente algo en que poner su esperanza, algo que la sostenga hasta que el Armagedón acabe con el sistema de cosas de Satanás. El aumento del desafuero hace urgente que sigamos adelante, no solo con un mensaje de amor y esperanza, sino también con un mensaje de advertencia respecto al ‘día de venganza de parte de nuestro Dios.’—Isaías 61:2
4. ¿Cuál debe ser el móvil principal para querer ser un ministro activo del reino de Dios?
4 Pero, ¿cómo podemos continuar como ministros de Dios para el mundo, con un espíritu de abnegación, a pesar de vivir en un mundo lleno de motivaciones incorrectas y donde impera un espíritu de buscar los intereses egoístas? En primer lugar, en vista de la bondad amorosa que Jehová nos ha mostrado, deberíamos querer adelantar por amor a él, porque apreciamos todo lo que él ha hecho, está haciendo y todavía hará para bien nuestro. Como nos recuerda el apóstol Juan, el amar a Dios significa guardar sus mandamientos, y uno de sus mandamientos es que prediquemos las buenas nuevas del reino. (Mateo 24:14; 1 Juan 5:3) Además, a Jehová Dios se le está culpando por los problemas que tiene la humanidad y se le está calumniando como un Dios que atormenta por la eternidad. De seguro el amor a Jehová, nuestro amoroso Padre celestial, nos moverá a seguir adelante como ministros de él, para ayudar a limpiar su nombre de tal calumnia perversa.
5. ¿Qué más nos moverá a adelantar como ministros de Dios?
5 El amor a nuestro semejante también nos moverá a adelantar como ministros del reino de Dios. El amor al prójimo nos llevará a subordinar nuestras propias comodidades materiales a los intereses espirituales de él, su destino eterno. Nos moverá a trabajar nuestro territorio vez tras vez y a hacerlo concienzudamente. El amor nos incitará a hacer revisitas y a aceptar la obligación de conducir estudios bíblicos semanales en las casas con personas que aman la verdad. Esto significa que queremos ser bondadosos, desplegar gran paciencia, manifestar apacibilidad, usar tacto, y mostrar sentimientos como compañeros y empatía.
6. ¿Cómo nos roba el gozo el que descuidemos nuestro ministerio?
6 ¿Creemos realmente en la Palabra de Dios? En ella se nos dice que “hay más felicidad en dar que la que hay en recibir.” (Hechos 20:35) Si descuidamos el servicio del campo, manifestamos por nuestras acciones que realmente no creemos esas palabras de Jesús. También se nos asegura que ‘si sembramos liberalmente, segaremos liberalmente’ y que ‘el alma generosa será engordada’ y que ‘el que riega será regado.’ Estas no son expresiones que se repiten simplemente porque son gratas al oído, sino más bien son verdades y principios ineludibles que someten a prueba nuestro amor a Jehová Dios y a nuestro prójimo, nuestra lealtad al reino de Dios.—2 Corintios 9:6; Proverbios 11:25.
7. ¿Cómo puede uno librarse de la culpabilidad de sangre de todo hombre?
7 Pero no solo la vida de otras personas está envuelta. Tenemos que movernos adelante como ministros del reino de Dios para estar libres de culpa por derramamiento de sangre. Recuerde las palabras de Ezequiel 33:2-4: “Hijo del hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y tienes que decirles: ‘En cuanto a una tierra, en caso de que yo traiga sobre ella una espada y la gente de la tierra, todos sin excepción, realmente tomen a un hombre y lo pongan como su atalaya, y él verdaderamente vea venir la espada sobre la tierra y toque el cuerno y advierta a la gente, y el que oye realmente oiga el sonido del cuerno pero no acepte de ningún modo la advertencia, y una espada venga y lo quite, su propia sangre llegará a estar sobre su propia cabeza.’” Queremos poder decir como dijo el apóstol Pablo: “Estoy limpio de la sangre de todo hombre.”—Hechos 20:26, 27.
Cómo cumplimos con nuestro ministerio
8. ¿Qué preguntas apropiadas se plantean concerniente a cómo cumplimos con nuestro ministerio?
8 Sin embargo, ¿cómo podemos desplegar adelanto? ¿Por nuestra propia fuerza? ¿Con porte orgulloso, seguros de nosotros mismos? ¿Confiando en el brazo de carne? O, ¿según el otro extremo, con timidez, falta de entusiasmo y temor al hombre? ¿Iremos adelante independientemente, pasando por alto la dirección de los que llevan la delantera entre nosotros? ¡De ninguna manera! Hay tres puntos en particular que debemos tener presentes:
9. (a) ¿Cómo adelantamos en el ministerio en la fuerza de Jehová? (b) ¿Qué dirección da 1 Pedro 3:15 concerniente a nuestra conducta en el ministerio?
9 El primero es: Adelantamos como ministros del reino de Dios en la fuerza de Jehová Dios, confiando en que el espíritu de él nos impela, ilumine y fortalezca. Al salir por la fuerza que suministra Jehová podemos manifestar aquella franqueza de expresión, aquella llaneza, aquel denuedo que Pedro y Juan manifestaron al tratar con los funcionarios religiosos de su día. (Hechos 4:13) Al mismo tiempo queremos ejercer cuidado para presentar nuestro mensaje con genio apacible y profundo respeto.—1 Pedro 3:15.
10. (a) ¿Qué significa el mantenerse ‘limpio al llevar’ el mensaje de Jehová? (b) Con relación a esto, ¿qué consejo se da en Filipenses 1:10, 11?
10 El segundo punto es: Queremos movernos adelante como portadores limpios del mensaje de Jehová, en armonía con lo que leemos en Isaías 52:11: “Manténganse limpios, ustedes los que llevan los utensilios de Jehová.” Hoy día los utensilios de Jehová, las preciosas verdades de su Palabra, son verdades puras, limpias, hermosas y justas. Por eso todos los que las llevan a la gente deben mantenerse moralmente limpios y espiritualmente hermosos. ¿No estamos invitando a la gente a que se limpie en sentido moral, a que se deshaga de las obras de la carne, tal como Jesús invitó a la gente a hacer cuando ‘llamó a pecadores al arrepentimiento’? (Lucas 5:32) Entonces, ¿no debemos nosotros darles un ejemplo excelente a este respecto? Recuerde este consejo que Pablo dio a los cristianos de Filipos: “[Asegúrense] de las cosas más importantes, para que estén exentos de defectos y no estén haciendo tropezar a otros hasta el día de Cristo, y estén llenos de fruto justo, que es por medio de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.”—Filipenses 1:10, 11.
11. (a) ¿Cuán importante es el acicalamiento para un ministro de Dios? (b) ¿El ejemplo de quién debemos seguir al respecto?
11 El tercer punto es: Al adelantar siempre debemos querer estar acicalados decorosamente. Es difícil entender por qué algún siervo de Jehová querría imitar las modas que caracterizan a los elementos inmorales y rebeldes del mundo del Diablo. ¿Por qué tratar de ser como el mundo sobre el cual usted dice a la gente que pronto llegará a su fin mediante los actos justos de Dios? ¿Por qué tratar de ser como el mundo y así lucir como alguien diferente entre el pueblo de Jehová? ¿No deberíamos más bien parecernos al pueblo de Jehová, y así resaltar como alguien diferente entre personas mundanas? ¿A quién estamos tratando de agradar? ¿El favor de quién estamos buscando? ¿Por qué no fijarnos en el ejemplo tocante a vestido bien arreglado y acicalamiento que dan los hermanos y hermanas maduros que están entre nosotros en la congregación? ¿Podemos aceptar la indicación de ellos e imitar su buen ejemplo?—1 Timoteo 2:9; 1 Pedro 3:3, 4, 16, 17.
12. Aunque el ministerio de casa en casa pudiera ser difícil, ¿cómo beneficia a los que participan en él?
12 Se admite que para algunos no es fácil ir de casa en casa con las buenas nuevas del reino de Dios. Pero el valor y la eficacia que tiene el hacerlo han quedado demostrados vez tras vez. (Mateo 10:7, 11-13; Hechos 20:20, 21) El que hayamos utilizado tan eficazmente el método de predicar de casa en casa ha señalado ese método como “marca registrada” de los siervos verdaderos de Jehová. Y esta actividad de predicar de casa en casa no solo es un modo eficaz de dar testimonio a otros, sino que también beneficia en gran manera a todos los que participamos en ella. El mismísimo hecho de que la carne de uno puede retraerse de esta actividad la convierte en victoria cada vez que un ministro cristiano participa en ella.—1 Corintios 9:16, 27.
El cuidado y la supervisión de la familia
13. Además de las obligaciones ministeriales, ¿qué responsabilidad recae sobre muchos cristianos, lo cual exige ejercer equilibrio en qué?
13 Además de nuestra obligación de ser ministros del Reino hay otra responsabilidad que recae sobre los que tienen familia. Los ministros del Reino que despliegan adelanto y tienen familias tienen que instruir a sus propios hijos, en virtud del papel que Dios les ha dado como padres. Cada año un buen número de los que se bautizan son jovencitos cuyos padres los han criado “en la disciplina y regulación mental de Jehová.” (Efesios 6:4) Triste es decirlo, pero hay algunos padres que han descuidado esta obligación y oportunidad, y por ello se han acarreado gran pena. Ciertamente hay que tener equilibrio para ser ministros que adelantan. No queremos descuidar la actividad de casa en casa y dar como excusa que participamos en la testificación informal; tampoco queremos desatender oportunidades para testificar de modo informal porque vamos de casa en casa. De manera similar, los padres no deben permitir que el servicio del campo o las responsabilidades de congregación u otros deberes ocupen tanto de su tiempo que descuiden a sus familias. Después de todo, el dar atención a las necesidades de su familia, tanto necesidades espirituales como materiales, es su obligación de primera importancia.—1 Timoteo 5:8.
14. (a) ¿Cómo pueden los padres perder el tiempo, la atención y el dinero que han dedicado a la crianza de sus hijos? (b) ¿Qué siguen necesitando los hijos desde la infancia hasta que llegan a adultos?
14 Sí, se requiere dedicar tiempo, atención y dinero a los hijos. Se ha calculado que se necesitan miles de dólares para criar a un niño hasta llegar a adulto. Una manera segura de perder el dinero invertido, y el tiempo, es el no proveer la supervisión espiritual correcta a los que hemos traído al mundo. La actual cosecha abundante de delincuentes juveniles da testimonio al hecho de que muchos padres han dejado a sus hijos a rienda suelta. (Proverbios 29:15) A menudo los padres, los parientes y otras personas miman a los infantes y a los niñitos. ‘¡Qué inteligentes son! ¡Qué hermosos son! ¡La niñita de mamá, y el niñito de papá!’ Todo eso puede ser muy cierto. Pero los padres tienen que recordar que a medida que ese niño crezca hasta llegar a la adolescencia, y entonces hasta convertirse en un hombre o una mujer, sigue necesitando cuidado y atención, amor y disciplina, entrenamiento espiritual y educación. (Deuteronomio 11:18-21) Esa es la responsabilidad cristiana de los padres. Los ministros de Dios no olvidan la obligación que descansa sobre ellos.
La unidad mundial de los ministros de Dios
15, 16. (a) ¿Cómo podemos cerciorarnos de que el mensaje del Reino que predicamos es entendible y claro como el sonido de un clarín a los oídos de los que lo escuchan? (b) ¿Qué ayudas tenemos para hablar en armonía por toda la Tierra?
15 Sin embargo, considere otra responsabilidad que tienen los ministros cristianos. “Si la trompeta da un toque de llamada indistinto, ¿quién se preparará para el combate?” (1 Corintios 14:8) Con esas palabras el apóstol Pablo hizo un llamado a los seguidores de Cristo para que usaran su lengua para hablar de tal modo que otras personas pudieran entender. Hoy día, si el mensaje del Reino que predicamos a la humanidad ha de ser claro, como el sonido de un clarín, entonces tenemos la obligación de hablar de acuerdo. Isaías 52:8 dice: “¡Escucha! Tus propios atalayas han levantado la voz. Al unísono siguen clamando gozosamente.” El participar unidamente en hacer este llamado exige humildad y amor fraternal. Sabemos que para que nuestra testificación sea eficaz todos tenemos que predicar el mismo mensaje, y dar realce al nombre, la sabiduría y el amor de Jehová y a su Reino como la única esperanza de la humanidad. En 1 Corintios 1:10 Pablo aconseja que todos deseemos hablar de acuerdo.
16 No debemos dejar que el mensaje quede opacado a causa de algún habla indistinta. Como ministros de Dios tenemos el mandato de predicar. Isaías 61:1, 2 establece claramente de qué trata nuestro mensaje. El esclavo fiel y discreto de Jehová hace todo lo posible por ayudarnos a hablar en armonía mediante publicar Biblias y ayudas para estudiar la Biblia en veintenas de idiomas con el fin de llevar a las personas un mensaje que éstas puedan entender. Podemos contribuir nuestra parte por medio de esparcir las “buenas nuevas” como un cuerpo unido de adoradores de Jehová.—Salmo 66:1, 2; 68:11.
¿Dedicaremos el tiempo?
17. ¿Qué autoexamen honrado debemos efectuar tocante a nuestra participación en el ministerio?
17 Tratando ahora de nuestro esfuerzo personal por adelantar, ¿habrá la posibilidad de que progresemos más respecto a la cantidad de tiempo que dedicamos a nuestro ministerio? Cada uno de nosotros que es publicador de congregación en buena salud y sin la obligación de criar hijos o cuidar a seres amados de edad avanzada haría bien en preguntarse: ¿Qué me impide participar en el servicio de tiempo completo? ¿Pudiera ser que no aprecio plenamente la importancia del ministerio del Reino? ¿Pudiera ser que no tenga espíritu de abnegación? Si usted no ve la posibilidad de servir de precursor regular, ¿pudiera hacer lugar en su vida para el servicio de precursor auxiliar? Si usted pudiera hacerlo, ciertamente estaría adelantando como ministro cristiano. Un autoexamen honrado pudiera revelarle exactamente lo que usted puede hacer personalmente con relación a aumentar la cantidad de tiempo que usted dedica cada mes a los intereses del gobierno del Reino de nuestro Padre celestial y de Su Hijo.—Salmo 26:1, 2, 11, 12; Marcos 12:28-34.
18. ¿Qué nos ayuda a mantener una buena relación con Jehová y Cristo Jesús?
18 Jehová Dios y Jesucristo nos han dado el ejemplo al siempre mirar hacia el porvenir y moverse hacia adelante. Para nosotros seguir personalmente este mismo ejemplo es preciso, ante todo, que tengamos una buena relación con Jehová Dios. ¿Nos esforzamos diligentemente por mantener una buena conciencia, por nunca descuidarnos respecto a cosa alguna que pudiera contaminar nuestra conciencia? ¿Aprovechamos bien el precioso privilegio de la oración y perseveramos en ella? (Romanos 12:12) ¿Dedicamos tiempo al estudio personal y la meditación? Quizás tengamos que hacer algunos cambios en nuestro proceder en la vida para dar la atención necesaria a estas cosas más importantes, a fin de que nuestro ministerio ocupe el primer lugar en nuestra vida tanto por palabra como por obras.—Efesios 4:22-24.
19, 20. (a) ¿A qué “palabra de Dios” se refiere el capítulo 4 de Hebreos? (b) ¿Cómo ha probado ser esta “palabra” viva y más aguda que cualquier espada de dos filos, y por qué repasaremos parte del trabajo que se efectuó durante el año de servicio de 1981?
19 Nos place informar que, alrededor del mundo, los ministros de Jehová se mantuvieron ocupados y activos en declarar estas buenas nuevas del Reino durante el año pasado. El mensaje ha dejado una impresión profunda y duradera en la vida de decenas de miles de personas. Estas han efectuado cambios maravillosos en su vida como resultado del poder transformador de la Palabra de Dios. No hay duda de que el mensaje de las “buenas nuevas” es un mensaje vivo y ejerce poder y es más agudo que cualquier espada de dos filos. (Hebreos 4:2, 12, 13) Además, el que la palabra de Dios, en manos de ministros capacitados, efectúe su buena obra glorifica el nombre de Jehová y pone Su reino en alto como la única esperanza para la humanidad.—Efesios 6:17.
20 Para que usted tenga una idea de lo que los testigos de Jehová lograron en los pasados 12 meses del año de servicio de 1981, la información que sigue describe lo que sucedió en ese período gracias a los esfuerzos unidos de ese grupito de cristianos que opera en 206 países e islas del mar. (Proverbios 25:25) Estamos seguros de que usted disfrutará de este repaso breve del trabajo que han efectuado los ministros de Dios en este siglo veinte.
[Ilustración en la página 18]
Acudimos a Jehová para que nos fortalezca para su servicio
[Ilustración en la página 19]
El vestir apropiadamente y acicalarse bien es propio de ministros cristianos
[Ilustración en la página 20]
Los ministros que despliegan adelanto crían a sus hijos ‘en la disciplina de Jehová’
[Ilustración en la página 21]
Los de edad avanzada que son ministros del Reino siguen adelante