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  • ¿Quiénes son los ministros de Dios hoy?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1983
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1983
w83 1/5 págs. 16-20

¿Quiénes son los ministros de Dios hoy?

“Enviamos a Timoteo, hermano nuestro y ministro de Dios en el evangelio de Cristo.” (1 TESALONICENSES 3:1, 2, FRANQUESA-SOLÉ; VEA TAMBIÉN LA NUEVA BIBLIA [LATINOAMÉRICA] Y LA TRADUCCIÓN DEL NUEVO MUNDO.)

1, 2. a) ¿Parecen cumplir apropiadamente con su ministerio todos los que afirman ser ministros de Dios (2 Corintios 11:13-15)? b) ¿Por qué es importante poder reconocer a los verdaderos ministros de Dios hoy día (2 Corintios 5:18)?

RECIENTEMENTE, en América Central, unos ministros ordenados de religión ayudaron a organizar una revolución que derrocó un gobierno. En el Lejano Oriente un ministro ordenado dirigió una emboscada que resultó en dos muertes. En el sur de Asia ciertos ministros ordenados organizaron a unos peones sin tierras en su lucha contra los “opresores”.

2 Todos esos hombres afirmaban ser ministros cristianos, ¿pero lo eran? ¿Es ésa la clase de cosas que debería estar haciendo un ministro de Dios? Esta es una pregunta importante, puesto que es principalmente mediante la actividad de los verdaderos ministros de Dios que la gente aprende acerca de él y recibe la oportunidad de conseguir vida eterna (1 Corintios 3:5; Juan 17:3). Es imprescindible que reconozcamos quiénes son los verdaderos ministros de Dios. ¿Pero cómo podemos hacerlo? Solo la Biblia puede ayudarnos.

“Ministro” según la Biblia

3. a) Mencione algunos usos de la palabra griega diákonos. b) ¿Cuál es la clase de ministerio más elevada?

3 En primer lugar, ¿qué es un ministro, según la Biblia? En el idioma original de las Escrituras Griegas Cristianas, la palabra para “ministro” era diákonos. Aunque hay diversas ideas en cuanto al origen de esta palabra, el significado es bastante conocido. Se refiere fundamentalmente a “un siervo”. Diákonos y otras palabras relacionadas se emplean muchas veces en los Evangelios con respecto a servir a los que están reclinados para tomar una comida (Lucas 4:39; Juan 2:5, 9). Sin embargo, en el idioma griego de los días de Jesús la palabra a menudo estaba relacionada con algo más elevado. En documentos no bíblicos la palabra se empleaba en relación con funcionarios religiosos, y en la primera traducción de las Escrituras Hebreas al griego se utilizó para describir a los funcionarios de la corte y los servidores del rey persa Asuero (Ester 1:10; 6:3, Versión de los Setenta). Por supuesto, el ministerio más elevado en el que algún humano puede participar es el servicio del Dios Altísimo, Jehová.

4. ¿Cómo se considera a sí mismo el verdadero ministro de Dios?

4 Puesto que el ser ministro de Dios es un privilegio tan grande, ¿cómo se considera a sí mismo el verdadero ministro? Él no debe ser orgulloso ni presumido. Desde luego, no acepta títulos lisonjeros, como “Santo Padre” o “Reverendo” (Mateo 23:8-12). Más bien, Jesús mostró que el verdadero ministro cristiano sería humilde. Dijo: “El que quiera llegar a ser grande entre ustedes tiene que ser ministro de ustedes, y el que quiera ser el primero entre ustedes tiene que ser esclavo de ustedes”. (Mateo 20:26, 27.)

5. ¿Los mandatos de quién o quiénes obedecen los ministros de Dios, y quiénes se benefician de su ministerio?

5 El ministro obedece los mandatos de su amo. No obstante, al hacerlo, su trabajo puede beneficiar a alguien más. Por ejemplo, si su amo recibe invitados, entonces el ministro obedece a su amo por medio de satisfacer las necesidades de los invitados. Los ministros cristianos, por ser “ministros de Dios” y “ministros de Cristo”, obedecen los mandatos que Dios dio mediante su Hijo, Jesucristo (2 Corintios 6:4; 11:23). Pero la obra que ellos efectúan beneficia a otros humanos. Por ejemplo, Pablo fue ministro a “gente de las naciones” (Efesios 3:1-7). Su ministerio resultó en grandes bendiciones para los que respondieron favorablemente. Y trajo honra a Jehová Dios y a Jesucristo, cuyos mandatos él estaba obedeciendo.

El más grande ministro de religión

6. a) ¿Quién fue el más grande ministro de religión? b) ¿Las instrucciones de quién obedeció él, y a favor de quiénes ministró?

6 Pero ¿qué debe hacer realmente un ministro? Podemos contestar esta pregunta si consideramos las actividades del más grande ministro de religión que haya vivido alguna vez, Jesucristo. Jesús dijo: “El Hijo del hombre no vino para que se le sirviera, sino para servir y para dar su alma en rescate en cambio por muchos” (Mateo 20:28). Como ministro, ¿las instrucciones de quién obedeció Jesús? ¿A quién ministró él? ¿Y cómo? Jesús obedeció las instrucciones de su Padre celestial (Juan 8:28). Y para empezar, ministró solamente a los judíos (Romanos 15:8). Pero al fin y al cabo su ministerio iba a beneficiar a toda persona de corazón recto. (Juan 3:16.)

7. a) Como ministro, ¿qué hizo Jesús (Marcos 1:38)? b) ¿Qué no hizo Jesús?

7 ¿Qué hizo Jesús como ministro? Una de las cosas que hizo fue evitar la política, no mezclarse en ella. En por lo menos dos ocasiones tuvo la oportunidad de adoptar una posición política, pero rehusó hacerlo (Marcos 12:13-17; Juan 6:15). ¿Por qué? Porque su ministerio estaba por encima de la política, y los beneficios que su ministerio ofrecía, incluso vida eterna, eran mucho más importantes que los que ofrecía la acción política. Además, el ministro de Dios no puede ser ministro de este mundo (Mateo 6:24). De aquí que Jesús se mantuviera ‘separado del mundo’ (Juan 17:14; Santiago 4:4). De modo que lo que Jesús hizo fue predicar y enseñar. Declaró públicamente el nombre de Dios. Predicó que el Reino de Dios era la única esperanza de la humanidad. Enseñó a sus discípulos las altas normas morales de Dios y los adiestró para que le siguieran en el ministerio. Finalmente llevó su ministerio al punto culminante cuando sacrificó su vida por la humanidad. (Mateo 4:17; 5:27-32; 20:28; Juan 17:3-6.)

8. ¿Por qué examinan con sumo cuidado y atención el ministerio de Jesús los verdaderos ministros de Dios del día moderno?

8 Jesús es dechado para que todos “sigan sus pasos con sumo cuidado y atención” (1 Pedro 2:21). Solo los que imitan con sumo cuidado y atención el ministerio de Jesucristo pueden sinceramente llamarse hoy día ministros de Dios. Si examinamos la actividad de los ministros cristianos durante los años que siguieron a la muerte de Jesús, veremos lo que estaba envuelto en el asunto.

El ministro cristiano

9. ¿Cómo satisficieron Jesús y Pablo los requisitos para ser ministros?

9 En primer lugar, ¿cómo satisfacía los requisitos para ser ministro un siervo de Dios de aquellos días? Hoy la mayoría de los ministros de la cristiandad recibe de un seminario o una universidad algunos documentos que proclaman la posición de ellos. Estos son sus títulos. Sin embargo, Jesús no tenía ningún documento de esa clase. Era un ministro capacitado porque Dios lo ungió para ello (Lucas 4:18, 19). Del mismo modo, el apóstol Pablo dijo: “El estar nosotros adecuadamente capacitados proviene de Dios, quien verdaderamente nos ha capacitado adecuadamente para ser ministros de un nuevo pacto” (2 Corintios 3:5, 6). Por lo tanto, Dios capacita a sus propios ministros. ¿Cómo?

10. ¿Cómo recibió Timoteo su adiestramiento elemental para ser ministro?

10 Considere el ejemplo de Timoteo, que fue “ministro de Dios en las buenas nuevas acerca del Cristo” (1 Tesalonicenses 3:2). Pablo le escribió: “Tú, sin embargo, continúa en las cosas que aprendiste y fuiste persuadido a creer, sabiendo de qué personas las aprendiste y que desde la infancia has conocido los santos escritos, que pueden hacerte sabio para la salvación por medio de la fe relacionada con Cristo Jesús”. (2 Timoteo 3:14, 15; vea también los versículos 16 y 17 de 2Ti 3.)

11. ¿Quién ayudó a Timoteo a satisfacer los requisitos para ser ministro?

11 ¿Significa esto que Timoteo simplemente leyó la Biblia y así llegó a ser ministro? No. Primero, otros ministros lo ‘persuadieron a creer’. ¿Quiénes fueron ellos? Puesto que él había conocido las Escrituras “desde la infancia”, tiene que haber recibido por lo menos instrucción elemental de su madre y su abuela, pues su padre evidentemente no era creyente (2 Timoteo 1:5). Además, cuando Pablo conoció a Timoteo, ya “daban buenos informes acerca de él los hermanos de Listra y de Iconio” (Hechos 16:2). Por lo tanto, su fe se había desarrollado aún más mediante su asociación con compañeros cristianos de esas congregaciones. También, en aquellos días varios hermanos prominentes, y especialmente el cuerpo gobernante de la congregación cristiana (en Jerusalén), acostumbraban escribir cartas a las diferentes congregaciones para fortalecerlas en la fe, y había superintendentes viajantes que las edificaban mediante sus visitas. (Hebreos 10:23; Hechos 15:22-32; 1 Pedro 1:1.)

12. ¿Cuándo llegó a ser ministro Timoteo, y cómo siguió progresando después de eso?

12 En algún momento la fe de Timoteo, que se había hecho firme mediante dicho estudio y asociación, lo movió a bautizarse en símbolo de su dedicación a Dios, para pasar el resto de su vida sirviéndole (Mateo 28:19, 20; Hebreos 10:5-9). Es lógico que en ese momento él llegó a ser ministro de Dios. Pero su progreso no se detuvo ahí. Su habilidad ministerial se consolidó aún más mediante un don espiritual especial y la instrucción y el adiestramiento personales que le dio Pablo. Y Timoteo continuó progresando por medio de su estudio personal y su asociación con otros cristianos (1 Timoteo 4:14; 2 Timoteo 2:2). Así que Timoteo era ‘ministro de las buenas nuevas’. Como tal, ¿qué hacía él?

13. ¿Cuáles eran las responsabilidades ministeriales de Timoteo?

13 Él tenía deberes especiales, ya que era compañero de viaje de Pablo. Puesto que era anciano, Timoteo trabajaba arduamente para enseñar y fortalecer a sus compañeros cristianos. Esto era parte de su ministerio (1 Timoteo 4:6). Pero la parte central de su ministerio, tal como lo había sido en el caso de Jesús, era la predicación de las buenas nuevas (Mateo 4:23). El apóstol Pablo dijo a Timoteo: “Tú, sin embargo, mantén tu juicio en todas las cosas, sufre el mal, haz la obra de evangelizador, efectúa tu ministerio plenamente”. (2 Timoteo 4:5.)

14. ¿Qué relación hay, según las Escrituras, entre la fe y el ministerio de predicar?

14 No obstante, ¿quiénes, además de Timoteo y Pablo, habían de participar en el ministerio cristiano? ¿Solamente los ancianos o los representantes viajantes especiales? No. El apóstol Pablo señaló al hecho de que la predicación de las buenas nuevas tenía como motivación la fe que se supone que posea todo cristiano. Dijo: “Con el corazón se ejerce fe para justicia, pero con la boca se hace declaración pública para salvación”. (Romanos 10:10.)

15, 16. ¿Quiénes tenían la responsabilidad de participar en el ministerio cristiano, y por qué contesta usted así?

15 ¿Significa eso que todos los que genuinamente poseen la fe cristiana deben ser ministros cristianos y participar en la predicación de las buenas nuevas? Sí. Pablo dirigió aquellas palabras a toda la congregación de Roma, no solo a los ancianos (Romanos 1:1, 7). Toda la congregación de Éfeso había de tener “calzados los pies con el equipo de las buenas nuevas de la paz” (Efesios 6:15; 1:1). Y todos los cristianos que escucharon la carta que se dirigió a los hebreos habían de ‘tener firmemente asida la declaración pública de su esperanza sin titubear’ (Hebreos 10:23). Recuerde, también, que en el día del Pentecostés todos, hombres y mujeres, se pusieron a declarar públicamente “las cosas magníficas de Dios”. (Hechos 2:1-21; 1:14.)

16 Además, poco antes de la ascensión de Jesús al cielo, él había dicho a sus seguidores: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado” (Mateo 28:19, 20). Los que respondieran favorablemente en todas las diversas naciones no habían de llegar a ser simples oidores. Habían de ser discípulos, junto con todo lo que esto implicaba. (Lucas 10:1; 14:27, 33; Juan 13:35; 15:8; Hechos 1:8.)

Los ministros de Dios hoy día

17. Mencione algunas cosas importantes que abarca el ministerio cristiano (Mateo 22:37-39).

17 Hasta aquí hemos visto que el verdadero ministro cristiano evita la política y está separado del mundo. Es humilde y sostiene las altas normas morales que Jesús enseñó a sus seguidores. Es ministro de Dios e imita a Cristo. Por lo tanto, no debe seguir sus propias ideas ni moderar la verdad para hacerla más aceptable a otras personas. Sin embargo, su obra ministerial beneficia a otros humanos, tanto a creyentes como a incrédulos. (Mateo 20:28; 26:39; 1 Pedro 4:8-10.)

18. ¿Quiénes son los verdaderos ministros de Dios hoy día, y por qué contesta usted así?

18 Como en el caso de Jesús y Timoteo, una parte vital del ministerio del cristiano hoy día es la obra de predicar. ¿Qué predica el cristiano? Bueno, la salvación todavía se alcanza sobre la base del sacrificio de Jesús. Y los que deseen salvarse todavía tienen que invocar el nombre de Jehová (Hechos 4:12; Romanos 10:13). También, el Reino todavía es la única esperanza de la afligida humanidad. Por eso Jesús profetizó: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14). Los verdaderos ministros de Dios son los que cumplen esta profecía y enseñan estas verdades. ¿Y quiénes están haciendo esta obra dada por Dios? Solo los testigos de Jehová. (Isaías 43:10-12.)

19. ¿Qué cosas envuelve el hecho de que alguien sea ministro de Dios hoy día?

19 ¿Cómo satisface uno los requisitos para ser ministro? Del mismo modo que lo hizo Timoteo: Edificando una fe firme en los propósitos de Dios, basada en el estudio de la Biblia; fortaleciendo esa fe mediante la asociación con otros cristianos; dando el paso del bautismo en agua en símbolo de la dedicación que hace directamente a Dios en oración para servirle desde entonces en adelante; y aceptando la guía y dirección del Cuerpo Gobernante de la congregación cristiana (Hebreos 10:23-25; Mateo 24:45-47). ¿Quiénes toman parte en este ministerio? Todo el que tiene una fe activa y sincera en los propósitos de Dios, basada en conocimiento exacto. El tomar parte en el ministerio como testigos cristianos de Jehová prueba lo genuina que es esa fe. (Santiago 2:17.)

20, 21. a) ¿En vista de qué fallas del ministerio de la cristiandad es bueno que Dios haya levantado a ministros hoy día? b) ¿Cuánto se ha extendido el ministerio de ellos?

20 En estos últimos días, muchos ministros de religión de la cristiandad están ocupados predicando un “evangelio social”, metiéndose en la política o poniendo en tela de juicio la existencia de Dios y la pertinencia de la Biblia. Y los legos de la cristiandad muestran poco interés en obrar como ministros. Por lo tanto, estamos agradecidos de que Dios haya levantado a ministros que dan a conocer Su nombre a la humanidad y ayudan a personas de corazón sincero a aprender las vitales verdades de la Palabra de Dios, la Biblia. Hay más de dos millones de estos ministros alrededor del mundo, y con la ayuda de Dios están ministrando a toda la humanidad.

21 ¿Pero cómo puede alguien probar que es uno de ellos? El siguiente artículo considerará esta pregunta de modo más cabal.

¿Qué nos dicen los siguientes textos bíblicos acerca del ministerio cristiano?

◻ Marcos 1:38

◻ 1 Timoteo 4:6

◻ 2 Timoteo 4:5

◻ Romanos 1:1, 7; 10:10

◻ Mateo 24:14; 28:19, 20

◻ Romanos 10:13

◻ Juan 17:16

[Ilustración en la página 17]

¿Es esto lo que deben estar haciendo los ministros de Dios?

[Ilustración en la página 18]

La obra ministerial pudiera envolver el enseñar en la congregación

[Ilustración en la página 19]

Todos los que tengan fe genuina deben servir como ministros cristianos

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