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  • El parto virginal... ¿puede creerse?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1982
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1982
w82 1/6 págs. 4-6

El parto virginal... ¿puede creerse?

SI JESÚS, el Hijo de Dios, verdaderamente nació de una virgen, se tiene que admitir que este suceso ciertamente fue un milagro de proporciones históricas. Pero, ¿puede usted creer que sucedió eso? ¿Tiene algún efecto en la vida de usted?

Algunos de los que no creen en el parto virginal dicen que éste contradice la ciencia y las “leyes de la naturaleza.” ¿Opinan así los científicos? ¿Han arrojado alguna luz sobre el asunto los descubrimientos recientes en el campo de la genética?

¿Es científicamente posible?

La reproducción que ocurre sin intervención del varón se conoce como partenogénesis [griego, parthenos que significa “virgen” más “génesis”]. Últimamente, los científicos han tenido éxito con experimentos de partenogénesis en los mamíferos. La revista The Economist del 1 de agosto de 1981 informa: “El desarrollo del embrión sin que esté presente el esperma es el medio natural de reproducción entre muchas especies inferiores de animales. . . . Se están utilizando ratones de laboratorio para estudiar la partenogénesis. Existen varios métodos de activar artificialmente un óvulo no fecundado de una ratona.”

El Dr. M. B. V. Roberts de la Universidad de Marlborough, Inglaterra, dice algo parecido, pues escribe: “Se extrajo un óvulo sin fecundar de una coneja, se activó por medio de punzarlo y entonces se volvió a colocar en el útero. Antes de esto la coneja había sido tratada con hormonas para que la mucosa del útero estuviera lista para la implantación. Después de esto, el óvulo siguió desarrollándose normalmente y se produjo una cría visiblemente normal.”

Basándose en esto, ¿hemos de concluir que Dios indujo la preñez de María de una manera parecida, utilizando un óvulo no fecundado? No. El cuadro que acompaña este artículo muestra por qué respondemos así. Si el primogénito de María hubiera recibido de ella ambos cromosomas (X), la criatura habría tenido que ser hembra.

Por lo tanto, algo más tuvo que haber estado envuelto en la concepción de Jesús. El ángel explicó a José exactamente de qué se trataba: “Lo que ha sido engendrado en ella es por espíritu santo.” (Mateo 1:20) No sabemos exactamente cómo se efectuó esto. No obstante, tenemos que admitir que si el simple hombre puede de manera limitada manipular el proceso de fecundación en el laboratorio, ciertamente no está más allá del poder del Dador de Vida y Creador del universo hacerlo y transferir la fuerza de vida de su Hijo desde los cielos al óvulo de una muchacha virgen.

Adornos religiosos

Pero, como se ha mencionado anteriormente, hay otra razón por la que algunas personas ponen objeciones al parto virginal. Tiene que ver con los adornos o detalles religiosos que se han agregado al relato bíblico en el transcurso de los siglos. Parece que la Iglesia Católica Romana y la Ortodoxa no estaban dispuestas a aceptar que, una vez que María desempeñó su papel de dar a luz al Hijo de Dios, ella no ocupó ninguna posición especial en la congregación cristiana. En el transcurso de los siglos se tomaron medidas positivas para elevarla a una posición casi igual a la de Dios, a quien ellos consideran una divinidad trinitaria.

En el año 553 E.C., el Segundo Concilio de Constantinopla proclamó a María “virgen eterna,” lo cual significaría que, durante su matrimonio, ella y José vivieron como célibes, que nunca tuvieron relaciones sexuales ni procrearon hijos. Luego, en 1854, el papa Pio IX proclamó la Inmaculada Concepción de María. Esta doctrina declara que a ella se le resguardó de todo pecado heredado de Adán; de hecho, se sostiene que ella no podía pecar. En 1950, el papa Pio XII hizo que fuera objeto de fe el que María, al concluir su vida humana, fue tomada corporalmente al cielo. Y desde 1950, el Vaticano ha estado considerando la cuestión de si María en realidad experimentó la muerte.

A pesar de las enseñanzas oficiales de la Iglesia, tenemos buena razón para dudar de la idea de que María haya permanecido “eternamente virgen” después del nacimiento de Jesús. O, ¿tuvo ella otros hijos de José después del nacimiento de Jesús? ¿Importa esto? Sí, si es que la verdad tiene importancia. Por lo tanto, ¿qué dicen las Escrituras al respecto?

Según el registro de Mateo, José “no tuvo coito con ella [María] hasta que ella dio a luz un hijo,” Jesús. (Mateo 1:25) En un comentario acerca del significado de la palabra “hasta” en este contexto, la Revised Standard Version, edición católica, publicada por la Catholic Truth Society, de Londres, afirma: “Esto solo significa que José no tuvo nada que ver con la concepción de Jesús. No nos dice nada de lo que sucedió después.”

No obstante, no hay base bíblica para suponer que nada sucedió después, que José y María nunca tuvieron un matrimonio normal. No hay profecía alguna que tan siquiera dé a entender semejante cosa, ni ningún requisito divino que lo haya exigido. La vida íntima de ellos y los hijos que hayan resultado de ésta unión no tuvieron efecto alguno en el ministerio terrestre de Jesús ni en sus actividades subsiguientes en los cielos. De hecho, lejos de apoyar la idea de que María fue siempre virgen, los Evangelios dicen que Jesús fue el primogénito de María y que tenía medios hermanos y hermanas. Según escribe Marcos, Jesús predicó en la sinagoga del pueblo donde se crió, Nazaret, a personas que lo reconocían. La mayor parte de éstas quedaron atónitas por la manera de enseñar de Jesús y dijeron: “¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?”—Marcos 6:2, 3, Biblia de Jerusalén; Lucas 2:7.

Los teólogos católicos afirman que estos ‘hermanos y hermanas’ en realidad eran primos y primas de Jesús. Pero, la New Catholic Encyclopedia (Vol. 9, pág. 337) admite que “las palabras griegas . . . que se usaron para designar la relación entre Jesús y aquellos parientes tienen el significado de hermano y hermana carnales.” Las palabras que se utilizan son adelphos y adelphé. En cambio, la palabra para primo es anepsios y para parientes, syggeneis. (Colosenses 4:10; Lucas 1:36) No hay razón sólida para creer que los escritores de los Evangelios hayan confundido estas dos palabras. (Compare con Marcos 6:4; Lucas 14:12.) Tampoco hay razón para negar que José y María hayan tenido familia después del nacimiento de Jesús.

¿Fue Jesús un dios/hombre?

Otro adorno que se ha añadido al relato sencillo del nacimiento virginal es que el infante que nació no era totalmente humano, sino una encarnación. Por lo tanto, el segundo de los “Artículos de Fe” de la Iglesia de Inglaterra declara: “ . . . la Divinidad y la Virilidad, se juntaron en una Persona, y nunca habían de separarse, y por eso es un solo Cristo, Dios mismo y Hombre mismo.”

Las religiones que enseñan la Trinidad creen que mientras Jesús estuvo sobre la Tierra él tenía las dos naturalezas en sí. Pero la Biblia no apoya tal idea. El apóstol Pablo dice acerca de Jesús: “Así como los hijos participan de la sangre y de la carne, así también participó él de las mismas, . . . Por eso tuvo que asemejarse en todo a sus hermanos.” (Hebreos 2:14, 17, Biblia de Jerusalén) ¿Cómo podría él “asemejarse en todo a sus hermanos” si fuera un dios/hombre? Pablo escribió a los filipenses acerca de “Cristo Jesús, quien, aunque existía en la forma de Dios, . . . se despojó a sí mismo y tomó la forma de esclavo y vino a estar en la semejanza de los hombres.” (Filipenses 2:5-7) Así, este Hijo celestial de Dios se despojó de su “forma de Dios” para asumir una naturaleza humana, para llegar a ser hombre. En el próximo artículo consideraremos exactamente por qué él tuvo que ser enteramente hombre, más bien que un dios/hombre, y cuáles son las consecuencias de esto con relación al parto virginal.

[Diagrama en la página 5]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

El óvulo de la hembra contiene un cromosoma X. El espermatozoide del varón contiene uno X o uno Y. Cada uno de los padres proporciona un cromosoma. Si se combinan dos X, nace una hembra. Si se combinan uno X y uno Y, la criatura será un varón.

La partenogénesis que se efectúa en el laboratorio hace que el óvulo de la hembra se divida y crezca, de modo que lo que resulta (XX) tiene que ser una hembra.

Esta clase de partenogénesis no pudo haber ocurrido en el caso del óvulo de María, pues su primogénito (Jesús) fue un varón. Dado que ella era virgen, el cromosoma Y ha debido proporcionarse milagrosamente, como lo indica la Biblia.

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