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  • ¿Qué meta tiene usted en la vida?

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  • ¿Qué meta tiene usted en la vida?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1982
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1982
w82 15/9 págs. 3-4

¿Qué meta tiene usted en la vida?

DÍA tras día Kenichi pensaba sólo en una cosa: ‘Hallar el oro que tiene que estar en alguna parte de estas colinas.’ Durante 35 años buscó intensamente el oro por las colinas que quedan a las afueras de su ciudad natal japonesa. “No he tenido tiempo para buscar esposa o amigos,” solía decir. Llegó a ser un hombre solitario, impelido por la búsqueda del oro elusivo.

Entonces a la edad de 65 años Kenichi halló lo que había estado buscando. ¡Por fin había encontrado el preciado oro! ¿Cómo reaccionó después de alcanzar la meta de toda una vida? El reflexionó: “Al principio solo quería ser rico. Pero ahora el oro realmente no significa tanto para mí.”

Quizás usted comprenda por qué Kenichi se sintió así. Es cierto que era rico. Pero en la búsqueda había gastado 35 de sus mejores años... años que nunca vería de nuevo. Este hombre solitario descubrió que el hacer realidad su meta simplemente no valió la pena. ¿Ha habido metas en su vida que usted ha alcanzado con mucho empeño, solo para hallar que son poco satisfacientes? Después de estudiar la vida de algunas personas “que han realizado sus sueños,” el sicólogo Daniel Levinson informó que a menudo éstas “comienzan a preguntarse: ‘¿Es esto todo cuanto hay? ¿Valió la pena hacer todos los sacrificios que tuve que hacer para lograrlo?’”

Por otro lado, usted quizás esté entre los que han visto la inutilidad de ir en pos de metas materialistas y, como resultado, esté indeciso en cuanto a sus propias metas. La falta de una meta clara en la vida puede ser tan perjudicial como el ir en pos de una meta fútil. El Dr. Bennett Leventhal, siquiatra de niños, opina que muchos jóvenes de familias acaudaladas tienen problemas de conducta porque sus padres no pueden ofrecerles “ninguna otra meta aparte de éxito materialista.” Los suburbios de Chicago, donde ejerce su profesión el Dr. Leventhal, tienen una de las proporciones de suicidio más altas de los Estados Unidos... especialmente entre los jóvenes. Según un editorial del respetado periódico alemán Frankfurter Allgemeine (12 de septiembre de 1981), la causa principal del aumento sorprendente en la toxicomanía, la delincuencia y la depresión, además de delitos que no tienen sentido, entre los jóvenes es “el creciente sentimiento de falta de propósito.” Sí, no tienen una meta válida en la vida.

¿Qué meta vale la pena?

El simplemente conseguir el pan de cada día es la meta de muchas personas. En una encuesta reciente en la que se entrevistó a 1.000 adolescentes estadounidenses, de diferentes razas y antecedentes económicos, se halló que el “conseguir un empleo del cual yo disfrute” fue alistada como la meta principal de ellos. Y sin embargo, como usted quizás comprenda, muchas veces una meta de esa clase puede traer frustración e insatisfacción. No obstante, el afanarse por conseguir alimento, ropa y abrigo es la única meta verdadera que tienen muchos.

El más grande Maestro que haya caminado alguna vez sobre la Tierra señaló a una meta diferente. Dijo: “Trabajen, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna.” Exhortó a la gente a que elevara su punto de vista e hiciera esfuerzos por alcanzar las provisiones que pueden llevar a vida eterna. ¿Qué clase de personas recibirían una recompensa como ésta? De acuerdo con Jesús, serían aquellas sobre quienes Dios “ha puesto su sello de aprobación.” (Juan 6:27) Así que el esforzarse por tener la aprobación de Dios y, como consecuencia de esto, recibir vida eterna en felicidad fue la meta que Jesús puso delante de sus discípulos.—2 Pedro 3:13.

La diferencia de tener una meta

Los seguidores de Jesús hicieron cambios extraordinarios en su modo de vivir porque el corazón de ellos se concentró en aquella meta importantísima. Uno de ellos, el apóstol Pablo, evidentemente había nacido de padres acaudalados en una prestigiosa ciudad del Oriente Medio. Había recibido educación superior de un estimado maestro y juez judío, y estaba haciendo mayor progreso en una carrera prometedora que muchos de su edad. Sin embargo, porque estaba “prosiguiendo hacia la meta para el premio de la llamada hacia arriba, llamada de Dios,” consideró que esas cosas eran “basura” y dedicó su vida a hacer las cosas que Dios aprobaba. Tal como fue cierto de otros cristianos, la devoción y la resolución de Pablo se hicieron claramente patentes a los espectadores.—Hechos 22:1-3; Gálatas 1:14; Filipenses 3:5-8, 14.

Hoy se puede ver un celo y una determinación similares en los cristianos verdaderos. Después de presenciar una asamblea de distrito de los testigos de Jehová, un periodista canadiense informó que la razón clave del crecimiento de éstos es “el increíble sentido de compromiso y dedicación que despliegan los Testigos.” Muchos de éstos han hallado verdadera felicidad por medio de ir en pos de la vida como meta más bien que ir en pos de otros objetivos.

Por ejemplo, Mark, de 19 años de edad, había alcanzado la meta de ser uno de los mejores motociclistas del estado de California (E.U.A.). “Había llegado al punto en que ganaba muchas carreras. Tenía fama, todo el dinero que quería y el amor de cualquier muchacha de la ciudad,” dijo Mark. “Pero después de ganar una carrera importante me pregunté: ‘¿Es esto todo cuanto hay? Ahora estoy en la cumbre de mi vida y, ¿dónde está ese gran sentido de logro?’” Otras personas miraban atentamente a la ilustre carrera de Mark como motociclista y hacían de ésta su meta en la vida. “Procuraban conseguir lo que yo tenía, pero todo el asunto era ridículo. ¡Yo no tenía nada y, he aquí, ellas lo querían!” Con el tiempo Mark estudió seriamente la Biblia con los testigos de Jehová y vio el valor de buscar una meta que valiera la pena. Después de llegar a ser Testigo, ha dedicado su vida a buscar la aprobación de Dios y ayudar espiritualmente a otras personas. Al reflexionar en su vida desde entonces, Mark, quien ahora tiene 27 años de edad, dijo: “Ahora he hallado amigos genuinos y el placer de verdaderamente ayudar en sentido espiritual a otras personas. Por fin siento que en mi vida estoy logrando algo de valor duradero para la gente.”

Pero, ¿hasta qué punto afecta la vida del cristiano la búsqueda de una meta? Precisamente, ¿cuánto tiene que esforzarse el cristiano para alcanzar una meta como ésa? Y, ¿de qué maneras trae contentamiento la búsqueda de la meta apropiada? ¿Qué metas preliminares tiene uno que procurar mientras se esfuerza por alcanzar la meta final de la vida eterna? Estas preguntas se consideran en el siguiente artículo.

[Recuadro en la página 4]

“Ahora he hallado amigos genuinos y el placer de verdaderamente ayudar en sentido espiritual a otras personas. Por fin siento que en mi vida estoy logrando algo de valor duradero para la gente.”—Un ex campeón de motociclismo de 27 años de edad

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