Ponderando las noticias
Iglesias bajo presión
“La homosexualidad es un asunto que preocupa a muchos grupos religiosos en los Estados Unidos —declara The New York Times—. Se ejerce presión externa sobre ellos para que moderen su actitud tradicional de hostilidad, y presión interna para que revisen su teología.” Los factores tras las presiones son las actitudes cambiantes con relación a las relaciones sexuales y el punto de vista de que “los que se oponen a la homosexualidad han interpretado mal y hasta han traducido mal” los pasajes de la Biblia. Por ejemplo, los que critican la interpretación tradicional dicen que la ciudad de Sodoma fue destruida debido a la falta de hospitalidad, la cual era sumamente esencial para los viajeros de la antigüedad, y a la intención de violar a los visitantes... no debido a las prácticas homosexuales. También sostienen que, en Romanos 1:26, 27, la referencia que hace el apóstol Pablo a cambiar “el uso natural de sí mismas a uno que es contrario a la naturaleza” simplemente significa “desviarse de las normas culturales, no la homosexualidad como una aberración de la naturaleza”. Por consiguiente, ciertas iglesias han estado modificando su actitud para con los homosexuales, y algunas de ellas hasta han aceptado que homosexuales sean ministros.
Pero ¿está dicha “modernización” en armonía con la voluntad de Dios? “Yo, Yahvéh, no cambio”, declara enfáticamente en Malaquías 3:6 el Creador (Biblia de Jerusalén). La Biblia también declara explícitamente que ni “hombres que se tienen para propósitos contranaturales, ni hombres que se acuestan con hombres [...] heredarán el reino de Dios” (1 Corintios 6:9, 10; compárese con Levítico 20:13). Más bien que pedirles a los cristianos que adopten un punto de vista más liberal para con los que pecan contra Dios, la Biblia aconseja: “Desechen toda suciedad y esa cosa superflua, la maldad, y acepten con apacibilidad la implantación de la palabra que puede salvar sus almas”. (Santiago 1:21.)
Se necesita disciplina
Thomas Millar, sicólogo de niños, dice que el ser impaciente, egocéntrico y el siempre estar llevando la contraria es una tendencia que va en aumento entre los niños. Sostiene que estos niños han ejercido influencia en el aumento en la delincuencia juvenil, los matrimonios deshechos y las enfermedades mentales. El problema —dice Millar para el Toronto Star— es la disciplina. Las teorías modernas para criar a los hijos han hecho que los padres tengan miedo de disciplinar a sus hijos y se sientan culpables si lo hacen. “No se puede tener una sociedad sin reglas —dice Millar—. El padre o la madre tiene que enseñar a la criatura a ser parte de la sociedad [...] esto le deja la puerta abierta para que disfrute más de la vida.” No obstante, este consejo no es nuevo. Siglos atrás la Biblia dijo que “la tontedad está atada con el corazón del muchacho; la vara de la disciplina es lo que la alejará de él”. Ésta aconsejó: “Entrena al muchacho conforme al camino para él; aun cuando se haga viejo no se desviará de él”. (Proverbios 22:15, 6.)
¿Despertamiento religioso?
The New York Times informa que “las encuestas Gallup muestran que la cantidad de estadounidenses que opinan que es importante pertenecer a alguna religión es mayor ahora que la cantidad que opinaba lo mismo hace cinco años según encuestas similares”. Añade: “En todo nivel abarcado por la encuesta Gallup los estadounidenses afirman tener creencias teológicas convencionales”. También ha aumentado la cantidad total de miembros de las iglesias. Pero ¿es éste verdaderamente un despertamiento religioso? “Aunque está claro que somos un país religioso —dice George Gallup, hijo—, la religión no parece ser lo más importante en la vida de muchas personas. Hay poco sentido de obligación en lo que respecta a que la religión tenga prioridad.” Además, la comparación que se hizo entre los miembros de las iglesias y los que no son miembros revela que existe poca diferencia en cuanto a moralidad personal. “Ambos lados —dice Times—, mostraron considerable desviación de las normas tradicionales de moralidad cristiana.”
Aunque algunos analistas admiten que hay un despertamiento religioso, encuentran omisiones serias. “No ha provocado un despertamiento de rigor ético ni de estudio de la Biblia en busca de principios éticos —dice el profesor Timothy Smith, que se especializa en historia religiosa en la Universidad de John Hopkins—. Sin esto, muchas personas pueden creer que son espirituales y, con todo, ceder a sus ansias de riquezas, poder y logro. Aunque pueden afirmar que son religiosas, no tienen que aplicar esto a la parte ética de su vida.” Jesús señaló que tales personas ‘honran a Dios con los labios, pero su corazón está muy alejado de él’. Sin embargo, la simple honra con los labios no agrada al Creador. Tal clase de adoración, dice Él, es “en vano” (Mateo 15:8, 9). Más bien, lo que se requiere es que la persona dedique completamente su vida a Dios, y lo ame con todo el corazón, alma, mente y fuerzas (Marcos 12:30). Sí, Dios busca a los que lo adoran “con espíritu y con verdad”. (Juan 4:23, 24.)