Use apropiadamente su libertad cristiana
LOS cristianos han sido “llamados [...] para libertad”, pero se les advierte que ‘no usen esta libertad como incentivo para la carne’. (Gálatas 5:13; 1 Pedro 2:16.) ¡Qué trágico sería que un cristiano usara incorrectamente su libertad cristiana de modo que llegara a estar esclavizado de nuevo! Consideremos un ejemplo.
A muchas personas religiosas se les ha enseñado que el tomar bebidas alcohólicas es un pecado. Pero mediante el conocimiento exacto de la Biblia la persona llega a liberarse de esta idea errónea, pues la Biblia condena la borrachera, no las bebidas. (Compárese Salmo 104:14, 15 con 1 Corintios 6:10 y 1 Pedro 4:3.) De modo que ahora este cristiano liberado tal vez se sienta libre para disfrutar de un trago de vez en cuando. Pero si comenzara a ‘usar esta libertad como incentivo para la carne’ podría extralimitarse y desarrollar cierta dependencia del alcohol, hasta el grado de esclavizarse a él.
Así, después de haberse liberado de ciertos puntos de vista incorrectos respecto al esparcimiento, la vestimenta y el acicalamiento, o el comportamiento social, el cristiano no debería irse al otro extremo: pasar demasiado tiempo o gastar demasiado dinero en cosas que anteriormente le eran prohibidas, pero que ahora le son permitidas. El hacerlo sería abusar de su libertad cristiana. Esto podría conducir a graves consecuencias.
Predique la esperanza de la liberación
Particularmente desde el establecimiento del Reino Mesiánico de Dios en 1914, la promesa de Dios de que “la creación misma también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios” ha estado avanzando rápidamente hacia su cumplimiento. (Romanos 8:21.) Cristo ya ha liberado a los cielos de toda influencia satánica. (Revelación 12:7-12.) Pronto él destruirá a Babilonia la Grande, la cual ha esclavizado al hombre mediante el error religioso. Entonces en la guerra de Dios en Har–Magedón, liberará a la humanidad de los gobiernos humanos imperfectos cuando los triture y ya no existan más. (Daniel 2:44; Revelación 18:21; 19:11-21.) Él libertará a los humanos aun de la causa principal de la esclavitud cuando abisme a Satanás a fin de que no pueda ‘extraviar más a las naciones hasta que hayan terminado los mil años’. (Revelación 20:2, 3.)
Para el fin de su Reinado de Mil Años, Cristo habrá libertado completamente a la humanidad de todos los malos efectos que han resultado del movimiento de liberación que comenzó originalmente en Edén. Los grupos raciales que han sido maltratados habrán sido liberados de los tratos injustos y discriminatorios. Las mujeres habrán sido liberadas de la opresiva dominación masculina. Los enfermos habrán sido liberados de las enfermedades. Las personas de edad avanzada habrán sido liberadas de los debilitadores efectos de la vejez. Y, lo más maravilloso de todo, los desconsolados habrán sido liberados de la tristeza, ¡pues sus seres amados habrán sido liberados del sepulcro! (Revelación 20:13–21:5; véase también Salmo 146:5-10.)
Al predicar este mensaje divino de liberación, los testigos de Jehová hoy día usan su libertad cristiana de manera provechosa. Sería mostrar poca perspicacia el apoyar los movimientos de liberación humanos, los cuales solo pueden traer, a lo más, alivio parcial que en realidad no deja ver la verdadera esperanza de liberación.
Piense en esto: Ante usted está la oportunidad de vivir y ver una liberación mucho más grandiosa que la libertad a la que Patrick Henry se refirió. Además, ¡usted tiene la oportunidad de disfrutar eternamente de las bendiciones de esta libertad después del Armagedón!