¿Quiénes son los verdaderos evangelizadores?
PRESCINDIENDO de dónde viva usted, el movimiento evangelizador que empezó Jesucristo ha afectado la vida suya de una manera u otra. Pero no todo el que ha alegado representar a Cristo ha esparcido el verdadero mensaje de la Palabra de Dios. No todos los evangelizadores —del presente o del pasado— han sido animados por el mismo celo misional que caracterizó a los discípulos de Cristo del primer siglo.
Es verdad que unos 220.000 misioneros de las iglesias de la cristiandad trabajan por toda la Tierra hoy, pero ¿dan prueba de ser verdaderos evangelizadores? El fin o propósito de la evangelización cristiana no era ser una forma de imperialismo espiritual en la que los predicadores obraran como agentes de potencias mundiales en la colonización de otros países. (Compárese con Santiago 4:4.) Además, la evangelización cristiana genuina no abogaría por una llamada teología de liberación ni fomentaría cambios radicales en los sistemas políticos y sociales; tampoco pensó Jesús en predicadores “electrónicos” que, golpeando vigorosamente la Biblia, vocearan su versión de la “teología de la prosperidad” por las ondas de televisión y radio. (Juan 17:16; Mateo 6:24.) Entonces, ¿qué es un evangelizador?
¿Qué es verdadera evangelización?
Según los idiomas originales de la Biblia —el hebreo y el griego— el evangelizador es un proclamador de noticias que causan alegría, o de buenas nuevasa. ¿Buenas nuevas de qué? De salvación, de gobernación justa y de paz. Por ejemplo, Isaías 52:7 declara: “¡Cuán hermosos sobre las montañas son los pies del que trae buenas nuevas, del que publica paz, del que trae buenas nuevas de algo mejor, del que publica salvación, del que dice a Sión: ‘¡Tu Dios ha llegado a ser rey!’”.
Además, cuando el Hijo de Dios nació, el ángel anunció a los pastores: “No teman, porque, ¡miren!, les declaro buenas nuevas de un gran gozo que todo el pueblo tendrá, porque les ha nacido hoy un Salvador, que es Cristo el Señor”. (Lucas 2:10, 11.) Como se ve, las buenas nuevas giran en torno a Jesucristo.
Unos 30 años después Jesús entró en la sinagoga de la ciudad de Nazaret en día de sábado y se puso de pie para leer. “Se le dio el rollo del profeta Isaías, y abrió el rollo y halló el lugar donde estaba escrito: ‘El espíritu de Jehová está sobre mí, porque él me ungió para declarar buenas nuevas’.” Después de terminar de leer, “enrolló el rollo, se lo devolvió al servidor, y se sentó; y los ojos de todos los que estaban en la sinagoga se fijaron atentamente en él. Entonces comenzó a decirles: ‘Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír’”. Está claro que Jesús era predicador de buenas nuevas, y las buenas nuevas que declaró tenían como centro el “reino de Dios”. (Lucas 4:17-21; 8:1.)
Jesús comparó su evangelización a una siega y dijo que “la mies es mucha, pero los trabajadores son pocos”. (Mateo 9:36-38.) Por eso, adiestró y comisionó a sus seguidores como evangelizadores también. (Capítulo 10 de Mateo; capítulo 10 de Lucas.) Como sucedió con relación a su Maestro, la predicación de ellos tuvo como centro “el reino de los cielos”. (Mateo 10:7.) Sin embargo, los apóstoles de Jesús no fueron los únicos que predicaron el Reino.
Cuando en la ciudad de Jerusalén se desató persecución contra la congregación cristiana en su infancia, el relato histórico de Hechos 8:1 relata que “todos salvo los apóstoles fueron esparcidos por las regiones de Judea y de Samaria”. ¿Se escondieron acobardados aquellos discípulos que habían sido dispersados? No, pues el Hch 8 versículo 4 explica: “No obstante, los que habían sido esparcidos iban por la tierra declarando las buenas nuevas de la palabra”. Así, aquellos evangelizadores del primer siglo segaron una gran cosecha.
Es interesante lo que declara el libro A Theological Word Book of the Bible: “En el NT [Nuevo Testamento] el predicar no tiene nada que ver con pronunciar sermones a los conversos, que es lo que por lo general significa hoy, sino que siempre tiene que ver con proclamar las ‘buenas noticias de Dios’ al mundo no cristiano”. Por eso, todos los cristianos son evangelizadores, y su evangelizar no se limita a hablar a compañeros de creencia.
Pero ¿cuál es el tema de la evangelización de nuestros tiempos? Jesús predijo que para nuestro día “estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. (Mateo 24:14.) Y el mandato de Jesús de ser “testigos de [él] tanto en Jerusalén como en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más distante de la tierra” no fue solo para los que vieron su ascensión, sino también para sus seguidores futuros. (Hechos 1:8; véase también Mateo 28:19, 20.)
Se ve, pues, que el punto central del mensaje del evangelizador es las buenas nuevas del Reino de Jehová Dios en las manos de su Gobernante nombrado, Jesucristo, el Príncipe de Paz. (Isaías 9:6.) También incluye todas las verdades que Jesús dijo y que sus discípulos pusieron por escrito. Los verdaderos evangelizadores de hoy día se adhieren fielmente a ese tema central.
¿Quién patrocina la verdadera evangelización?
Los verdaderos evangelizadores adoran como Dios a Jehová. Él es el Gran Evangelizador; es el Patrocinador de la predicación de las buenas nuevas. (Gálatas 3:8; Revelación 10:7.) Y él desea que toda persona en todo lugar oiga y obedezca su mensaje. “Con certeza percibo que Dios no es parcial —proclamó el apóstol Pedro a un grupito de personas en el puerto mediterráneo de Cesarea—, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto. Él envió la palabra a los hijos de Israel para declararles las buenas nuevas de paz mediante Jesucristo: Este es Señor de todos los demás.” (Hechos 10:34-36.)
La Biblia predijo que, en nuestros días, una vez más los evangelizadores segarían una gran cosecha. (Revelación 14:15, 16.) Lea en el artículo siguiente algunas de las experiencias que tienen los testigos de Jehová mientras participan en esta siega. Examine el registro de predicación de ellos en las páginas 12 a 15 de esta revista. Entonces hable con los testigos de Jehová cuando lleguen a su hogar, y vea si no concuerda en que ellos son los verdaderos evangelizadores hoy día.
[Nota a pie de página]
a El verbo griego para “llevar buenas nuevas” o “evangelizar” (eu·ag·gue·lí·zo·mai) tomó el lugar de la palabra hebrea vertida ‘traer buenas nuevas’ (bis·sár) en Isaías 52:7. El verbo bis·sár aquí significa “proclamar la victoria universal de Yahveh sobre el mundo, y su gobernación real” y el principio de una nueva era, declara The New International Dictionary of New Testament Theology. (Compárese con la nota de Nahúm 1:15, Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras [con referencias].)