Los proclamadores del Reino informan
Las ovejas de Jesús escuchan su voz
A MEDIDA que se extiende la obra de predicar por toda la Tierra, Jehová dirige a sus siervos mediante sus ángeles a las personas de condición de oveja. Estas escuchan la voz de Jesús y aprenden a servirle con la vida eterna en mira. Jesús dijo en Juan 10:27, 28: “Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen. Y yo les doy vida eterna”. Vea cómo personas de corazón sincero de Madagascar escucharon la voz de Jesús.
Un testigo de Jehová le dio un ejemplar del libro Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra y otro de Tu juventud... aprovechándola de la mejor manera al médico que vino a visitar a su padre enfermo.
El médico era protestante y estaba muy opuesto a los Testigos, pero leyó el libro y comprobó los textos en su propia Biblia. Su esposa, que era católica y también doctora, leyó el libro Juventud varias veces porque dijo que le parecía que había sido escrito especialmente para ella. La explicación bíblica de la Sociedad sobre la importancia de 1914 impresionó a ambos. El esposo se puso en contacto con el Testigo que le había dado los libros. El Testigo le entregó entonces el libro La vida... ¿cómo se presentó aquí? ¿Por evolución, o por creación?, y quedó en visitar a la pareja a fin de contestar sus preguntas. Empezó un estudio bíblico con el matrimonio y los tres hijos en la primera visita. Progresaron rápidamente en su entendimiento de la Biblia.
Después del primer estudio, toda la familia empezó a asistir a las reuniones en el Salón del Reino y poco después se matricularon en la Escuela del Ministerio Teocrático. La conducta de los hijos mejoró notablemente. En su estudio de la Biblia aprendieron que las celebraciones de cumpleaños y otras fiestas religiosas no eran cristianas; por lo tanto, dejaron de celebrarlas. El esposo rehusó dar su sangre a un pariente aunque todavía no se había considerado el tema en el estudio bíblico. Pronto desapareció de su armario el uniforme de karateca; lo envió al sastre para que hiciera de él ropa para sus hijos. Quemó todas sus revistas y libros sobre horóscopos. Solo tres meses después de haber empezado a estudiar, tanto el esposo como la esposa abandonaron sus respectivas iglesias y expresaron el deseo de participar en la predicación. Ya se bautizaron.
◻ Una mujer de Tailandia estaba buscando la verdad. Aunque era budista, nunca había sido muy religiosa porque había visto mucha hipocresía y codicia en su religión. Además, había varias costumbres que consideraba ofensivas. Estaba cansada de todo ello.
Entonces una vecina le recomendó que probara el cristianismo y la llevó a una iglesia pentecostal. Sin embargo, durante la reunión le entró un fuerte deseo de marcharse a casa debido al bullicio, pues todos los presentes estaban orando a voz en cuello. Esa fue la última vez que asistió a esa iglesia.
Luego fue a una iglesia católica romana. Después de asistir varias veces, vio de nuevo la hipocresía y codicia, así como el lujoso estilo de vida del sacerdote. Le desagradó y dejó de ir. El sacerdote quería saber por qué no había vuelto. Cuando se enteró del motivo, le dijo en son de burla: “Si quiere unirse a un grupo realmente estricto, vaya a los testigos de Jehová”. Ella preguntó: “¿Dónde están?”. El sacerdote contestó: “Están cerca del depósito de agua”. Al día siguiente los buscó, pero no los encontró. Aunque estaba desilusionada, pensaba constantemente en los testigos de Jehová.
Un día oyó que un vecino le decía a otro en son de burla: “¡Pronto serás testigo de Jehová!”. Al oír esto, la mujer corrió hacia ese vecino y le preguntó: “¿Hay testigos de Jehová por aquí?”. “Sí —respondió—. Algunos vendrán al vecindario predicando de casa en casa. Los reconocerá por su modo de vestir pulcro y limpio.” Al oír eso corrió a buscarlos. No los encontró, pero de regreso a casa vio a una pareja vestida con pulcritud que estaba conversando con alguien. Se acercó y les preguntó si eran testigos de Jehová. Cuando le dijeron que sí, les rogó: “Por favor, vengan a mi casa. Quiero hablar con ustedes”.
Se empezó un estudio bíblico y, a pesar de la oposición y burla de sus familiares, esta señora ha empezado a asistir a las reuniones y a predicar a sus parientes.
Jesús conoce verdaderamente a sus ovejas y las está recogiendo en su organización para que sobrevivan y entren en su nuevo mundo de justicia.