BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w93 15/12 págs. 8-10
  • “Busquen a Jehová, todos ustedes los mansos”

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • “Busquen a Jehová, todos ustedes los mansos”
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1993
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • ¿Por qué buscar mansedumbre?
  • Los que ‘buscan mansedumbre’ hoy
  • Responda con mansedumbre
  • Seamos mansos y agrademos a Jehová
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová (estudio) 2019
  • Mansedumbre
    Ayuda para entender la Biblia
  • ¿Qué se requiere para sobrevivir al Armagedón?
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1963
  • ¡Bienaventurados los mansos!
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1958
Ver más
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1993
w93 15/12 págs. 8-10

“Busquen a Jehová, todos ustedes los mansos”

“BUSQUEN a Jehová, todos ustedes los mansos de la tierra, los que han practicado Su propia decisión judicial. Busquen justicia, busquen mansedumbre. Probablemente se les oculte en el día de la cólera de Jehová.” (Sofonías 2:3.)

El profeta Sofonías dirigió esas palabras a “los mansos de la tierra”, y los instó a ‘buscar mansedumbre’ para que se les ocultara en “el día de la cólera de Jehová”. Parece claro que la mansedumbre es un requisito para la supervivencia. Pero ¿por qué?

¿Por qué buscar mansedumbre?

Mansedumbre es suavidad y benignidad en la condición o en el trato, y está libre de arrogancia o presunción. Está muy relacionada con otras virtudes, como la humildad y la apacibilidad. De modo que los mansos son enseñables y están dispuestos a aceptar disciplina de la mano de Dios, aunque por el momento pueda parecer gravosa. (Salmo 25:9; Hebreos 12:4-11.)

La mansedumbre tiene poco que ver en sí misma con la educación o el nivel de vida de la persona. No obstante, los que tienen una buena educación o han progresado en el mundo tienden a pensar que están cualificados para decidir por sí mismos sobre cualquier asunto, incluso en temas de religión. Es posible que no permitan que nadie les enseñe nada o no acepten consejo ni hagan cambios necesarios en la vida. Los que son ricos en sentido material pueden pensar erróneamente que su seguridad radica en sus bienes materiales. Por ello, no sienten necesidad alguna de las riquezas espirituales de la Palabra de Dios, la Biblia. (Mateo 4:4; 5:3; 1 Timoteo 6:17.)

Piense en los escribas, los fariseos y los sacerdotes principales del tiempo de Jesús. En una ocasión, cuando los oficiales que enviaron para arrestar a Jesús regresaron con las manos vacías, los fariseos dijeron: “Ustedes no se han dejado extraviar también, ¿verdad? Ni uno de los gobernantes o de los fariseos ha puesto fe en él, ¿verdad? Pero esta muchedumbre que no conoce la Ley son unos malditos”. (Juan 7:45-49.) En otras palabras, para ellos solo los ignorantes y la gente sin educación eran lo suficientemente ingenuos como para creer en Jesús.

Sin embargo, algunos fariseos se sintieron atraídos a la verdad, e incluso defendieron a Jesús y a los cristianos. Entre ellos estuvieron Nicodemo y Gamaliel. (Juan 7:50-52; Hechos 5:34-40.) Después de la muerte de Jesús, “una gran muchedumbre de sacerdotes empezó a ser obediente a la fe”. (Hechos 6:7.) Sin duda, el ejemplo más sobresaliente fue el del apóstol Pablo. Se educó a los pies de Gamaliel, y se convirtió en un acreditado y respetado defensor del judaísmo. Sin embargo, con el tiempo respondió humildemente a la invitación de Cristo Jesús y llegó a ser su celoso seguidor. (Hechos 22:3; 26:4, 5; Gálatas 1:14-24; 1 Timoteo 1:12-16.)

Todo esto ilustra que no importa cuáles sean sus antecedentes o qué opine ahora del mensaje de la Biblia, las palabras de Sofonías aún le afectan. La mansedumbre es indispensable si quiere la aprobación de Dios y la guía de Su Palabra.

Los que ‘buscan mansedumbre’ hoy

Millones de personas están respondiendo por todo el mundo a las buenas nuevas del Reino. Los testigos de Jehová dirigen más de cuatro millones de estudios bíblicos semanales en los hogares de la gente. Estas personas proceden de muchos y muy variados antecedentes y de diferentes circunstancias económicas y sociales. No obstante, tienen algo en común: la humildad con que aceptaron el mensaje de la Biblia que alguien les presentó a la puerta de su casa o en cualquier otro lugar. Muchos de ellos progresan muy bien porque se esfuerzan por superar los obstáculos que encuentran en su camino. Sí, estos se cuentan entre los “mansos de la tierra” en la actualidad.

Considere, por ejemplo, el caso de María, de México. Estudió Derecho en la universidad y recibió una herencia que le permitió disfrutar de seguridad económica. Debido a estas circunstancias, se forjó algunos conceptos muy liberales que la convirtieron, como ella misma dice, en “rebelde, grosera, prepotente y atea”. “Llegué a pensar que todo se resolvía con dinero y que Dios no tenía ninguna importancia, es más, ni existía”, recuerda María. Y añade: “Para mí, la Iglesia era algo ridículo y solo un requisito social”.

Más tarde María observó los cambios de su primo cuando este se hizo testigo de Jehová. “Había sido tan terrible, y ahora era una persona tan pacífica y recta —explica—. Los familiares decían que era un evangélico y que leía la Biblia, y que por esa razón ya no bebía en exceso ni era mujeriego. Entonces, yo quería que él fuera a leerme la Biblia porque pensaba que de esa manera iba a encontrar la paz y la tranquilidad que tanto deseaba.” El resultado fue que María aceptó un estudio bíblico con una pareja de Testigos.

Tuvo que superar muchos obstáculos, y le resultó muy difícil aceptar el principio bíblico de la jefatura y sujetarse a su esposo. Pero hizo cambios radicales en su vida y en su actitud. Dice: “Pienso que desde que los hermanos entraron por la puerta y junto con ellos la ayuda de Jehová, empezaron a morar en mi casa la felicidad, la tranquilidad y la bendición de Dios”. Hoy María es una testigo de Jehová dedicada y bautizada.

Tanto la mansedumbre como su ausencia desempeñan un papel importante cuando se encuentra la adoración verdadera. Es muy frecuente que la esposa acepte la verdad y quiera servir a Dios, y el esposo se retraiga. Quizá es difícil para algunos esposos aceptar la idea de que su esposa ahora tiene que sujetarse a alguien más, a Jehová Dios. (1 Corintios 11:3.) Una mujer de Chihuahua (México) pidió un estudio bíblico y con el tiempo entró en la verdad junto con sus siete hijos. Al principio su marido se opuso. ¿Por qué? Porque no quería que su familia predicara de casa en casa, ofreciendo publicaciones bíblicas. Al parecer, pensaba que esto atentaba contra su dignidad. Sin embargo, su familia se mantuvo firme en su decisión de servir a Dios. Con el tiempo, el esposo empezó a ver el valor de aceptar el camino de Dios. No obstante, pasaron quince años antes de que él se dedicara a Jehová.

Por todo México hay aún muchas comunidades aisladas cuyos residentes hablan idiomas y tienen costumbres indígenas. El mensaje de la Biblia está llegando a esta gente y la está ayudando a mejorar su nivel cultural, pues algunos aprenden a leer y a escribir cuando conocen la verdad. Claro está, el hecho de que la gente tenga menos educación o recursos materiales no significa necesariamente que sea más receptiva. El orgullo racial y las fuertes tradiciones ancestrales dificultan a algunos nativos la aceptación de la verdad. Esto también explica por qué en algunos poblados indígenas, los que aceptan la verdad con frecuencia son hostigados por otros aldeanos. De modo que la mansedumbre adopta varias formas.

Responda con mansedumbre

¿Cuál es su caso? ¿Está usted respondiendo a la verdad de la Palabra de Dios? ¿O le resulta difícil aceptar algunas verdades bíblicas? Quizá desee examinarse a sí mismo para ver qué lo retiene. ¿Le preocupa que la mayoría de la gente atraída a la verdad sea de origen humilde? ¿Podría afectar su pensar el orgullo personal? Es apropiado reflexionar en las palabras del apóstol Pablo: “Dios escogió las cosas necias del mundo, para avergonzar a los sabios; y Dios escogió las cosas débiles del mundo, para avergonzar las cosas fuertes; y Dios escogió las cosas innobles del mundo, y las cosas menospreciadas, las cosas que no son, para reducir a nada las cosas que son, a fin de que ninguna carne se jacte a vista de Dios”. (1 Corintios 1:27-29.)

¿Rechazaría usted un tesoro solo porque lo encontrara en un humilde recipiente de barro? ¡Por supuesto que no! Y así ha escogido Dios presentarnos su Palabra salvadora de verdad, como explica el apóstol Pablo: “Tenemos este tesoro en vasos de barro, para que el poder que es más allá de lo normal sea de Dios y no el que procede de nosotros”. (2 Corintios 4:7.) La mansedumbre y la humildad nos permitirán ver el verdadero valor del tesoro y no solo los “vasos de barro”, o mediadores humanos, que nos lo presentan. De ese modo será más probable que se nos “oculte en el día de la cólera de Jehová” y que se nos cuente entre los mansos que “heredarán la tierra”. (Sofonías 2:3; Mateo 5:5.)

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir