¿Es en verdad posible la vida eterna?
“Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?” (MATEO 19:16.)
1. ¿Qué puede decirse de la duración de la vida humana?
EL REY persa Jerjes I, llamado Asuero en la Biblia, pasaba revista a sus tropas antes de una batalla en el año 480 a.E.C. (Ester 1:1, 2.) Según el historiador griego Heródoto, el rey lloró al ver a sus hombres. ¿Por qué? Jerjes dijo: “Me ha invadido un sentimiento de tristeza al pensar en lo breve que es la vida de todo ser humano, si tenemos en cuenta que, de toda esa cantidad de gente, no quedará absolutamente nadie dentro de cien años”. Sin duda, usted también se ha apercibido de que la vida es patéticamente breve y que nadie quiere envejecer, enfermar ni morir. ¡Cuánto desearíamos disfrutar de la vida con juventud, salud y felicidad! (Job 14:1, 2.)
2. ¿Qué esperanza abrigan muchas personas, y por qué?
2 A este respecto, The New York Times Magazine del 28 de septiembre de 1997 publicó el artículo “Ellos quieren vivir”. En él se citaba a un investigador que dijo: “Verdaderamente creo que podríamos ser la primera generación que viviera para siempre”. Quizá usted también crea en la posibilidad de la vida eterna, ya que la Biblia promete que podemos vivir para siempre aquí en la Tierra (Salmo 37:29; Revelación [Apocalipsis] 21:3, 4). Sin embargo, algunas personas creen que la vida eterna es posible por razones distintas a las que se hallan en la Biblia. Examinar un par de ellas nos ayudará a ver que la vida eterna es en verdad posible.
Diseñados para vivir indefinidamente
3, 4. a) ¿Por qué creen algunas personas que deberíamos poder vivir para siempre? b) ¿Qué dijo David sobre su formación?
3 Una de las razones por las que mucha gente cree que el hombre debería poder vivir para siempre tiene que ver con la maravillosa estructura del cuerpo humano. Por ejemplo, es verdaderamente milagrosa la manera como nos formamos en el vientre materno. Un famoso gerontólogo escribió: “Tras realizar los milagros que nos llevan de la concepción al nacimiento, y luego a la madurez sexual y a la vida adulta, la naturaleza optó por no idear lo que pudiera parecer un mecanismo más sencillo que mantuviera la continuidad de esos milagros para siempre”. Efectivamente, en vista de nuestra maravillosa constitución, no podemos menos que preguntarnos: “¿Por qué tenemos que morir?”.
4 Hace miles de años el escritor bíblico David meditó sobre esos mismos milagros, aunque no podía ver lo que sucedía en el interior de la matriz, como hacen los científicos modernos. David se maravilló de su propia formación cuando, según él mismo escribió, se le tuvo ‘cubierto en resguardo en el vientre de su madre’. En aquel tiempo, dijo, ‘se produjeron sus riñones’. También habló de la formación de sus “huesos” cuando dijo: “Fui hecho en secreto”. Luego se refirió a “mi embrión”, y comentó sobre él: “Todas sus partes estaban escritas” (Salmo 139:13-16).
5. ¿Qué milagros están implicados en nuestra formación en la matriz?
5 Es obvio que no había ningún plan literal escrito para la formación de David en la matriz de su madre. Pero cuando este meditó sobre la formación de sus “riñones”, sus “huesos” y las demás partes de su cuerpo, le pareció como si su desarrollo hubiera seguido un plan, que todo estaba, por decirlo así, “escrito”. Era como si la célula fertilizada dentro de su madre contuviera una gran biblioteca con instrucciones detalladas sobre el desarrollo de un bebé, y estas complejas instrucciones se transfirieran a cada nueva célula en formación. Por ello, la revista Science World dice metafóricamente que ‘cada célula del embrión en desarrollo tiene un armario entero de planos’.
6. ¿Qué prueba que ‘estamos hechos maravillosamente’, según dijo David?
6 ¿Se ha parado usted alguna vez a pensar en el maravilloso funcionamiento de nuestro cuerpo? El biólogo Jared Diamond observó: “Reponemos las células que revisten el interior del intestino una vez cada pocos días; las que revisten el interior de la vejiga de la orina, una vez cada dos meses, y los glóbulos rojos de la sangre, una vez cada cuatro meses”. Y concluyó: “La naturaleza nos desarma y nos vuelve a armar todos los días”. ¿Qué significa esto en realidad? Quiere decir que sin importar los años que vivamos, ya sean ocho, ochenta u ochocientos, nuestro cuerpo físico se mantiene joven. Un científico calculó en una ocasión: “En un año, aproximadamente el noventa y ocho por ciento de los átomos de nuestro cuerpo son reemplazados por otros que tomamos del aire, el alimento y la bebida”. Como cantó David, ‘estamos maravillosamente hechos’ (Salmo 139:14).
7. ¿A qué conclusión han llegado algunas personas al conocer la estructura del cuerpo humano?
7 La estructura del cuerpo humano llevó a un afamado gerontólogo a la siguiente conclusión: “No está claro por qué tiene que envejecer”. Así parece que, en realidad, deberíamos vivir para siempre. Y esa es la razón por la que el hombre intenta alcanzar esta meta mediante la tecnología. No hace mucho que el doctor Alvin Silverstein escribió confiado en su libro La conquista de la vida: “Iremos averiguando la esencia de la vida. Comprenderemos [...] cómo envejece un adulto”. ¿Con qué consecuencias? Él predijo: “No habrá ya ‘viejos’, pues los conocimientos que nos permitirán vencer a la muerte nos aportarán al mismo tiempo una eterna juventud”. En vista de la investigación científica moderna sobre la constitución humana, ¿debe parecer inverosímil la idea de la vida eterna? Hay otra razón todavía de más peso por la que muchos creen que la vida eterna es posible.
El deseo de vivir para siempre
8, 9. ¿Qué deseo natural ha tenido la gente a lo largo de la historia?
8 ¿Se ha apercibido de que vivir para siempre es un deseo humano natural? Un médico escribió en un periódico alemán: “El sueño de la vida eterna es probablemente tan antiguo como la humanidad”. Según The New Encyclopædia Britannica, los antiguos pueblos europeos creían que “la gente merecedora viviría para siempre en una sala reluciente con techo de oro”. ¡Y cuánto no ha hecho el hombre por satisfacer ese deseo innato de vida eterna!
9 La Encyclopedia Americana indica que hace más de dos mil años, “los emperadores [chinos], al igual que la gente común, bajo la dirección de los sacerdotes taoístas, descuidaron sus labores para buscar el elixir de la vida”, la supuesta fuente de la juventud. A lo largo de toda la historia, la gente ha creído que tomando diferentes pócimas, o incluso bebiendo ciertas aguas, podía conservar la juventud.
10. ¿Qué iniciativa moderna ha intentado posibilitar la continuación de la vida?
10 Las iniciativas modernas para satisfacer el deseo inherente del hombre de tener vida eterna no son menos notables. Un ejemplo sobresaliente es la técnica de congelar a personas que han muerto de alguna enfermedad, con la esperanza de que se las pueda despertar en el futuro cuando se descubra una cura para esa dolencia. Un defensor de esta técnica, llamada criogenización, escribió: “Si nuestro optimismo resulta justificado y aprendemos a curar o reparar todos los daños —incluso las debilidades de la vejez— entonces quienes ‘mueren’ ahora podrán tener una vida indefinida en el futuro”.
11. ¿Por qué desea la gente vivir para siempre?
11 ¿Por qué —podríamos preguntarnos— está el deseo de la vida eterna tan arraigado en nuestro pensamiento? ¿Es porque “[Dios] puso también la eternidad en la mente del hombre”? (Eclesiastés 3:11, Magaña.) Este es un asunto que merece seria reflexión. Piense: ¿Por qué deberíamos tener el deseo inherente de eternidad —el deseo de vivir para siempre— si no fuera el propósito del Creador que este se satisficiera? Y ¿sería amoroso de su parte crearnos con el deseo de vida eterna y luego nunca permitir que lo viéramos realizado? (Salmo 145:16.)
¿En quién deberíamos confiar?
12. ¿Qué confianza tienen algunas personas, pero cree usted que está bien fundada?
12 ¿Adónde debemos acudir, o en qué podemos confiar, para conseguir la vida eterna? ¿En la tecnología humana del siglo XX o XXI? El artículo de la revista The New York Times Magazine titulado “Ellos quieren vivir” habló de la “deidad: tecnología” y del “entusiasmo por las posibilidades que [esta] presenta”. Se dijo de un investigador que incluso “tenía la seguridad [...] de que las técnicas de manipulación genética con el tiempo [nos] salvarán al detener el proceso de envejecimiento y quizá invertirlo”. Sin embargo, las iniciativas humanas han fracasado totalmente en lo que respecta a detener la vejez o vencer la muerte.
13. ¿Cómo muestra la estructura de nuestro cerebro que se nos hizo para vivir indefinidamente?
13 ¿Quiere decir esto que no hay ningún modo de alcanzar la vida eterna? ¡En absoluto! ¡Sí lo hay! Nuestra maravillosa e ilimitada capacidad de aprendizaje debería convencernos de ello. El biólogo molecular James Watson llamó a nuestro cerebro “lo más complejo que se ha descubierto en el universo”. Y el neurólogo Richard Restak dijo: “En ninguna parte del universo conocido existe nada que se le parezca siquiera remotamente”. ¿Por qué deberíamos tener un cerebro con la capacidad de almacenar y asimilar una cantidad ilimitada de información y un cuerpo concebido para vivir indefinidamente si no se nos hubiera creado para vivir eternamente?
14. a) ¿A qué conclusión llegan los escritores bíblicos sobre la vida humana? b) ¿Por qué debemos confiar en Dios y no en el hombre?
14 Entonces, ¿cuál es la única conclusión razonable y fáctica a la que podemos llegar? ¿No es que fuimos diseñados y creados por un Hacedor inteligente y todopoderoso para que pudiéramos vivir indefinidamente? (Job 10:8; Salmo 36:9; 100:3; Malaquías 2:10; Hechos 17:24, 25.) Por tanto, ¿no sería prudente seguir el mandato inspirado del salmista bíblico: “No cifren su confianza en nobles, ni en el hijo del hombre terrestre, a quien no pertenece salvación alguna”? ¿Por qué no confiar en el hombre? Porque, como escribió el salmista, “sale su espíritu, él vuelve a su suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos”. Pese a su potencial para vivir indefinidamente, el hombre se halla indefenso ante la muerte. El salmista concluye: “Feliz es [...] [aquel] cuya esperanza está en Jehová su Dios” (Salmo 146:3-5).
¿Es realmente el propósito de Dios?
15. ¿Qué muestra que el propósito de Dios es que vivamos para siempre?
15 Pero quizá usted se pregunte: ¿Es realmente el propósito de Jehová que tengamos vida eterna? ¡Sí, lo es! Su propia Palabra lo promete decenas de veces. “El don que Dios da es vida eterna”, nos asegura la Biblia. Juan, el siervo de Dios, escribió: “Esta es la cosa prometida que [Dios] mismo nos prometió: la vida eterna”. No sorprende que un hombre joven preguntara a Jesús: “Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?” (Romanos 6:23; 1 Juan 2:25; Mateo 19:16). De hecho, el apóstol Pablo escribió sobre “una esperanza de la vida eterna que Dios, que no puede mentir, prometió antes de tiempos de larga duración” (Tito 1:2).
16. ¿En qué sentido es posible que Dios prometiera vida eterna “antes de tiempos de larga duración”?
16 ¿Qué significa el que Dios prometiera vida eterna “antes de tiempos de larga duración”? Hay quienes piensan que el apóstol Pablo quiso decir que antes de crear a la primera pareja humana, Adán y Eva, Dios se propuso que el hombre viviera para siempre. Aun si Pablo se refería a un tiempo posterior a la creación del hombre en el que Jehová declaró su propósito, sigue estando claro que la voluntad de Dios incluye la vida eterna para los seres humanos.
17. ¿Por qué se echó del jardín de Edén a Adán y Eva, y por qué se apostó a unos querubines en la entrada?
17 La Biblia dice que en el jardín de Edén “Jehová Dios hizo crecer del suelo [...] el árbol de la vida”. La razón por la que se echó a Adán del jardín fue para que ‘no alargara la mano y efectivamente tomara fruto también del árbol de la vida y comiera y viviera’, sí, ¡para siempre! Después de expulsar a Adán y Eva del jardín de Edén, Jehová apostó “los querubines y la hoja llameante de una espada que continuamente daba vueltas para guardar el camino al árbol de la vida” (Génesis 2:9; 3:22-24).
18. a) ¿Qué hubiera significado para Adán y Eva comer del árbol de la vida? b) ¿Qué representaba comer de ese árbol?
18 Si a Adán y Eva se les hubiera permitido comer del árbol de la vida, ¿qué habría significado para ellos? Nada menos que el privilegio de vivir para siempre en el Paraíso. Un comentarista de la Biblia especuló: “El árbol de la vida debió tener alguna virtud por la que el cuerpo humano evitara la decrepitud de la edad o la decadencia que culmina en la muerte”. Incluso creía que “existía una virtud herbácea en el Paraíso capaz de contrarrestar los efectos” de la edad. Sin embargo, la Biblia no dice que el árbol de la vida tuviera en sí mismo ninguna propiedad vital. Solo representaba la garantía divina de vida eterna a quien se le permitiera comer de su fruto (Revelación 2:7).
El propósito de Dios no ha cambiado
19. ¿Por qué murió Adán, y por qué morimos nosotros, su descendencia?
19 Cuando Adán pecó, perdió el derecho a la vida eterna para sí mismo y para todos sus descendientes que aún no habían nacido (Génesis 2:17). Cuando se hizo pecador por desobedecer a Dios, se convirtió en un ser defectuoso, imperfecto. Desde entonces, el cuerpo de Adán quedó programado, por decirlo así, para morir. Como expresa la Biblia, “el salario que el pecado paga es muerte” (Romanos 6:23). Además, la descendencia imperfecta de Adán también nació programada para morir, no para vivir eternamente. La Biblia explica: “Por medio de un solo hombre [Adán] el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado” (Romanos 5:12).
20. ¿Qué indica que el ser humano fue hecho para vivir indefinidamente?
20 Pero ¿y si Adán no hubiera pecado? ¿Y si no hubiera desobedecido a Dios y se le hubiera permitido comer del árbol de la vida? ¿Dónde habría disfrutado del don divino de la vida eterna? ¿En el cielo? No. Dios no le dijo a Adán nada de ir al cielo. Se le dio trabajo que hacer en la Tierra. La Biblia explica que “Jehová Dios hizo crecer del suelo todo árbol deseable a la vista de uno y bueno para alimento”, y dice: “Jehová Dios procedió a tomar al hombre y a establecerlo en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara” (Génesis 2:9, 15). Cuando Dios creó a Eva como pareja de Adán, les dio a ambos otra comisión en la Tierra. Les dijo: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra” (Génesis 1:28).
21. ¿Qué maravillosa perspectiva tenían los primeros seres humanos?
21 Piense en las maravillosas perspectivas que estas instrucciones de Dios colocaron ante Adán y Eva. Tenían que criar a sus descendientes con salud perfecta en el Paraíso terrestre. Cuando sus amados hijos crecieran, estos les ayudarían en la agradable labor de jardinería para mantener aquel Paraíso, y con todos los animales sujetos a ellos, su vida sería muy gratificante. Piense también en el gozo de extender los límites del jardín de Edén, de modo que con el tiempo toda la Tierra se convirtiera en un paraíso. ¿Disfrutaría usted de la vida con hijos perfectos en un hermoso hogar terrestre como ese, sin la preocupación de envejecer ni de morir? Permita que el impulso natural de su corazón conteste esta pregunta.
22. ¿Por qué podemos estar seguros de que Dios no cambió su propósito para la Tierra?
22 Pues bien, cuando Adán y Eva desobedecieron y se les echó del jardín de Edén, ¿cambió Dios su propósito de que el ser humano viviera para siempre en el Paraíso en la Tierra? Claro que no. Hacerlo habría supuesto una derrota, es decir, admitir que no era capaz de llevar a feliz término su propósito original. Podemos tener la seguridad de que Dios cumple lo que promete, como él mismo declara: “Así resultará ser mi palabra que sale de mi boca. No volverá a mí sin resultados, sino que ciertamente hará aquello en que me he deleitado, y tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he enviado” (Isaías 55:11).
23. a) ¿Qué confirma que el propósito de Dios es que las personas que aman la justicia vivan para siempre en la Tierra? b) ¿Qué analizaremos en el próximo artículo?
23 La Biblia muestra claramente que el propósito divino para la Tierra no ha cambiado, pues Dios promete: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella”. Incluso Jesucristo dijo en su Sermón del Monte que los mansos heredarían la Tierra (Salmo 37:29; Mateo 5:5). Pero, ¿cómo podemos obtener la vida eterna, y qué debemos hacer para disfrutar de esa vida? Estas preguntas se contestarán en el próximo artículo.
¿Qué respondería usted?
◻ ¿Por qué creen muchas personas que la vida eterna es posible?
◻ ¿Qué debe convencernos de que se nos creó para vivir para siempre?
◻ ¿Cuál era el propósito original de Dios para la humanidad y la Tierra?
◻ ¿Por qué podemos estar seguros de que Dios cumplirá su propósito original?