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  • ¿Dedica tiempo a su familia?

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  • ¿Dedica tiempo a su familia?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1999
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1999
w99 15/5 págs. 3-6

¿Dedica tiempo a su familia?

“LOS niños japoneses aman a su padre aunque siempre esté trabajando y nunca juegue con ellos.” Hace algunos años apareció este titular en el periódico japonés Mainichi Shimbun. El artículo señalaba que el 87,8% de los niños nipones que participaron en una encuesta oficial expresó el deseo de cuidar de su padre en el futuro. Sin embargo, en la edición inglesa de dicho periódico aparecía la misma noticia bajo un encabezamiento muy distinto. Decía: “Padre e hijo: un ejemplo de abandono”. A diferencia de la edición japonesa, esta destacaba además otros resultados de la encuesta: en los días laborables, los varones japoneses dedicaban a sus hijos tan solo treinta y seis minutos diarios. Por otra parte, los padres de Alemania occidental pasaban con sus hijos cuarenta y cuatro minutos al día, mientras que en Estados Unidos la media ascendía a cincuenta y seis minutos.

No son únicamente los padres los que pasan poco tiempo con sus hijos. Cada vez más mujeres trabajan fuera de casa, entre ellas muchas madres solas de las que depende la manutención de la familia. Como consecuencia, la cantidad de tiempo que ambos progenitores comparten con los suyos ha disminuido.

Un estudio realizado en 1997 con más de doce mil adolescentes norteamericanos reveló que la probabilidad de padecer de estrés, tener pensamientos suicidas, envolverse en actividades violentas o abusar de sustancias adictivas, es menor en los jóvenes que tienen una relación estrecha con sus padres. Uno de los expertos que llevaron a cabo la investigación afirmó: “No puedes decir que te comunicas con tus chicos si no estás a su lado cuando te necesitan”. Pasar tiempo con los hijos y hablar con ellos es muy importante.

La ausencia de comunicación

El mantener abiertas las líneas de comunicación es especialmente difícil para las familias en las que uno de los padres vive lejos de casa por motivos de trabajo. Por supuesto, la comunicación deficiente no es un problema que se limite a las familias separadas por la distancia. Algunos padres, aunque vivan en la misma casa que sus hijos, se van a trabajar antes de que se despierten y regresan cuando ya se han ido a la cama. Para compensar esa carencia, pasan con ellos los fines de semana y las vacaciones. Afirman dedicarles tiempo de “calidad”.

Pero, ¿puede la calidad compensar la cantidad? El psicólogo Laurence Steinberg contesta: “Por lo general, a los chicos que pasan más tiempo con sus padres les va mejor que a aquellos que no pasan tanto. Compensarles por la falta de atención resulta muy difícil. El llamado tiempo de calidad está sobrevalorado”. Así es exactamente como se siente una mujer birmana. Su esposo, el típico hombre japonés, llega a casa del trabajo sobre la una o las dos de la madrugada. A pesar de que comparte con su familia los fines de semana, su esposa dice: “Por mucho que esté en casa los sábados y los domingos, no puede llenar el vacío que deja el resto de la semana. [...] ¿Puedes saltarte todas las comidas durante la semana y luego tomarlas juntas el sábado y el domingo?”.

Se requiere un gran esfuerzo

Conseguir una buena comunicación dentro de la familia es más difícil de lo que parece. Puesto que tienen que ganarse la vida y mantener a los de casa, ni al padre ni a la madre que trabajan fuera se les hace fácil pasar tiempo con los suyos. Muchas personas cuyas circunstancias les exigen ausentarse de casa siguen en contacto llamando por teléfono o escribiendo cartas con regularidad. Tanto si la familia permanece junta como si no, hay que esforzarse concienzudamente por mantener una buena comunicación con ella.

Los padres que descuidan esta responsabilidad familiar acaban pagando su negligencia. Un padre que dedicó poco tiempo a su familia, hasta el punto de ni siquiera comer con ellos, tuvo que sufrir dolorosas consecuencias. Su hijo se volvió agresivo y a su hija la sorprendieron robando en una tienda. Mientras se preparaba para asistir a clases de golf un domingo por la mañana, su hijo estalló y le gritó: “¿Es que solo vive mamá en casa? Siempre es ella la que lo decide todo. Papá tú nunca...”, se lamentó el niño.

Estas palabras hicieron recapacitar al padre. Para empezar, tomó la determinación de desayunar siempre con ellos. Al principio estaban solos él y su esposa. Poco a poco se fueron añadiendo sus hijos, y la mesa del desayuno proporcionó un ambiente idóneo para la comunicación. Esto condujo también a cenas familiares. El hombre se estaba esforzando por salvar así a su familia del desastre.

Ayuda procedente de la Palabra de Dios

La Biblia anima a los padres a hablar con sus hijos. Por medio del profeta Moisés, se enseñó a los israelitas a actuar de ese modo: “Escucha, oh Israel: Jehová nuestro Dios es un solo Jehová. Y tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza vital. Y estas palabras que te estoy mandando hoy tienen que resultar estar sobre tu corazón; y tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:4-7). En efecto, los padres tienen que tomar la iniciativa y dedicar tiempo a su familia si desean inculcar las palabras de Dios en la mente y el corazón de sus hijos.

Con relación a la encuesta mencionada al principio, es interesante notar que “para casi el ochenta y ocho por ciento [...] de los jóvenes entrevistados que afirmaron pertenecer a alguna religión, atribuir importancia a su fe y a la oración resultó ser una salvaguarda para ellos”. Los cristianos verdaderos reconocen que dar a sus hijos la educación religiosa apropiada los protege contra la drogadicción, la angustia emocional, el suicidio, la violencia y otros peligros.

A algunos padres les cuesta mucho apartar tiempo para su familia. Es especialmente difícil para las madres solas que, aunque les encantaría estar con sus hijos, no pueden porque tienen que trabajar seglarmente. ¿Cómo sacar el precioso tiempo que la familia necesita? La Biblia nos insta a “[salvaguardar] la sabiduría práctica y la capacidad de pensar” (Proverbios 3:21). Los padres pueden hacer uso de su “capacidad de pensar” para conseguirlo. ¿Cómo?

Si usted es una madre que trabaja fuera y acaba exhausta al final del día, ¿por qué no le pide a sus hijos que le ayuden a preparar la cena? El ratito que pasen juntos puede darle la oportunidad de acercarse más a ellos. Al principio puede que hacer las tareas en familia le lleve más tiempo. Sin embargo, pronto notará que no solo disfruta, sino que tarda menos de lo acostumbrado.

Quizá sea un padre con una larga lista de cosas que hacer los fines de semana. ¿Por qué no efectúa algunas de estas con sus hijos? Puede charlar con ellos mientras trabajan juntos y al mismo tiempo enseñarles a realizar labores útiles. La Biblia le anima a inculcar las palabras de Dios en sus hijos al hablar con ellos ‘cuando se siente en su casa, cuando ande por el camino’, de hecho, en toda ocasión. Comunicarse con sus hijos mientras trabajan en equipo es una muestra de “sabiduría práctica”.

Si dedica tiempo a su familia obtendrá beneficios duraderos. “Con los que consultan juntos hay sabiduría”, dice un proverbio bíblico (Proverbios 13:10). Al tomarse tiempo para hablar con los suyos, podrá darles la dirección sabia que necesitan para afrontar las dificultades de cada día. El que les provea tal dirección ahora puede ahorrarle mucho tiempo y dolor en el futuro. Es más, contribuirá a su felicidad y a la de sus hijos. Si se aprovecha del caudal inagotable de sabiduría que se encuentra en la Palabra de Dios, la Biblia, estará preparado para ayudarles. Utilice dicha sabiduría para enseñar a sus hijos y para dirigir los pasos de su familia (Salmo 119:105).

[Ilustración de la página 4]

La probabilidad de padecer de estrés es menor en los jóvenes que tienen una relación estrecha con sus padres

[Ilustración de la página 5]

La buena comunicación redunda en grandes beneficios para la familia

[Ilustración de la página 6]

Puede hablar con su hijo y enseñarle a realizar labores útiles mientras trabajan juntos

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