Oportunidades sin precedente
1 ¿Ha notado usted que el empeoramiento de las condiciones mundiales ha hecho más favorable la consideración de la verdad con la gente en estos días? Es verdad que muchos no escuchan nuestro mensaje, pero eso solo prueba que la obra de separar se está logrando. (Mat. 25:31-46) Y el ver esto nos regocija, ¿verdad? ¿Pero qué sucede cuando nos encontramos con personas que aman la justicia? ¿No muestran esas personas que están deseosas de hablarnos y que quieren respuestas a sus preguntas? Realmente, éstos son días de oportunidades sin precedente para testificar acerca del reino de Jehová. ¡Debemos sentirnos muy felices de vivir en estos tiempos!
2 Sabiamente nuestro Padre celestial Jehová ha suministrado el ministerio de casa en casa como el medio más eficaz de buscar a los merecedores. El libro “Lámpara” señala en la página 83 lo siguiente: “Es un tipo de obra que cuadra con lo que cada uno de nosotros puede hacer, porque envuelve el hablar a solamente una o dos personas a la vez, y, al mismo tiempo, es la mejor manera de estar seguro de que no se pasa por alto a nadie que tiene hambre y sed de justicia.”—Mat. 5:6.
3 No obstante, algunos siervos de circuito y distrito de diferentes partes del país nos dicen que está disminuyendo el apoyo a la obra de casa en casa, y especialmente durante los fines de semana. ¿A qué se debe esto, hermanos? ¿Estamos algunos de nosotros perdiendo aprecio a este rasgo de nuestro ministerio? ¿Hemos olvidado las palabras de Pablo en Hechos 20:20 acerca de enseñar de casa en casa? ¿Estamos pasando por alto el hecho de que la mejor manera de llegar a la gente es yendo a sus puertas?—Mat. 10:11-13.
4 Es verdad que la predicación se hace bajo dirección angelical, ¡y qué ocupados deben estar los ángeles en dirigir la obra hoy día! (Mat. 24:31; Rev. 14:6, 7) Pero la pregunta es ésta: ¿Estamos nosotros individualmente participando plenamente en esta obra? Imagínense las bendiciones que nos perderíamos si no aprovecháramos plenamente el ministerio de casa en casa, especialmente cuando sabemos que esta obra tiene el apoyo pleno de Jehová y sus ángeles santos. (1 Cor. 3:9) El saber esto con certeza debe infundirnos tal ánimo y celo que ningún obstáculo, prescindiendo de su tamaño, pueda hacer que vayamos más despacio o haga que dejemos de seguir adelante con la obra.
5 La mayoría de nosotros queremos participar en la obra de casa en casa. Tenemos el motivo correcto en cuanto a Jehová y los que son como ovejas. Sin embargo, algunos quizás vacilen en cuanto a participar en esta obra, por no estar seguros de lo que deben decir. Si esto es lo que sucede en su caso, ¿por qué no hacer un arreglo para salir en el servicio con su siervo de estudio de libro o cualquier otro siervo de modo que pueda disfrutar de este excelente privilegio? Si los siervos ponen el ejemplo y llevan la delantera en la obra de casa en casa, el resultado será una gran bendición para la congregación. (Mat. 11:1) Si se hacen arreglos fijos de antemano, quizás para participar juntos en el servicio ese mismo fin de semana, mucho se puede lograr progresivamente en el campo del entrenamiento de casa en casa. Si usted no puede pasar largos períodos de tiempo en esto, pase lo que pueda, porque seguramente esto es aceptable a Jehová.—Luc. 21:2-4.
6 Algunos de nuestros hermanos tienen reuniones en la mañana y han descubierto que el domingo por la tarde es un tiempo oportuno para participar en el ministerio de casa en casa. La gente está descansada y con frecuencia de buena actitud mental y se le puede hablar fácilmente en estas ocasiones. Un buen número de nuestros hermanos han descubierto que las noches son tiempo excelente para participar en la obra de casa en casa, y se les han presentado muchas oportunidades de comenzar estudios bíblicos de casa, la obra que nos ayuda a hacer discípulos.
7 Algunos publicadores les han sugerido a los siervos de circuito y distrito que están demasiado cansados al fin de la semana para participar en el ministerio de casa en casa. Es verdad que vivimos en un mundo lleno de presiones. Todos nos cansamos a veces, ¿verdad? Pero sabemos cuánto podemos hacer y por eso hacemos lo que podemos. El punto es que si hacemos lugar para este servicio en nuestra vida, si nos damos cuenta de que es una obra que nunca se repetirá, seguramente tendremos la actitud mental correcta en cuanto a este modo de servir. En algunos respectos, también, el servicio del campo es un antídoto para el cansancio. Es terapéutico. Nos pone en buena actitud mental de modo que realmente salimos del ministerio del campo refrescados mentalmente y con frecuencia físicamente.
8 En tiempos bíblicos nuestros hermanos Jeremías, Ezequiel e Isaías entregaron mensajes a la nación de Israel. Ellos fueron los profetas de Jehová en su tiempo. A algunos de estos profetas como Jeremías se les dijo de antemano que nadie escucharía su mensaje. Jehová dijo: “Tienes que hablarles todas estas palabras, pero no te escucharán; y tienes que llamarlos, pero no te responderán.” (Jer. 7:27) Realmente, ¿podrían ser menos receptivas cualesquier personas a quienes predicáramos hoy de casa en casa? Sin embargo, a pesar de la actitud de aquellos israelitas, Jeremías perseveró. ¡Qué excelente ejemplo es éste para que nosotros perseveremos en una obra satisfaciente que ofrece oportunidades ilimitadas para testificar del Reino en estos días!
9 Hoy vivimos en el “tiempo del fin.” Hay que buscar a los merecedores para que no perezcan en la “tribulación grande.” (Mat. 10:11) Estos días son los últimos días para este viejo sistema y para la obra que se hace de casa en casa, que jamás se repetirá.
10 Una experiencia que sucedió recientemente nos ayuda a estar despiertos al impacto que tiene en la gente nuestra obra de casa en casa. Un anciano le dijo a uno de nuestros hermanos que iba de casa en casa: “Yo los admiro mucho a ustedes, tanto a los jóvenes como a los de más edad. Ustedes son los únicos que tienen valor para ir de casa en casa con su mensaje religioso.” Sí, el ministerio de casa en casa nos identifica como los verdaderos siervos de Jehová y da a las personas de corazón honrado la oportunidad de ver el cristianismo en acción. ¿Está usted personalmente participando a cabalidad en este privilegio de servicio?