Presentando las buenas nuevas... beneficios personales de participar en la obra de casa en casa
1 “Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y tienes que poner una marca en las frentes de los hombres que están suspirando y gimiendo por todas las cosas detestables que se están haciendo en medio de ella.” Esa era la manera en que el hombre con el tintero de secretario había de cumplir con la comisión que Jehová le había dado en los últimos días de la antigua Jerusalén.—Eze. 9:2-11.
2 Hoy, por todo el mundo, los testigos de Jehová efectúan una obra similar por medio de una vigorosa campaña de llevar de casa en casa las buenas nuevas a la gente, buscar a los que desean aprender la verdad y dar advertencia a otras personas que no desean escuchar la verdad. ¿Ha emprendido usted esta obra salvavidas? ¿Participa usted en ella al grado más pleno que le permiten sus circunstancias personales?
3 Nuestros esfuerzos en relación con esta obra son recompensados al ver que todos los años se ayuda a miles de personas a aprender la verdad. También recibimos numerosos beneficios personales cuando participamos con regularidad y diligencia en la obra de predicar de casa en casa. ¿Cómo? Bueno, consideremos lo siguiente:
● Esta obra aumenta nuestro aprecio por la verdad. Mientras más participamos en la obra de casa en casa, con mayor claridad vemos a la gente ‘suspirar y gemir por todas las cosas detestables.’ Estamos convencidos de que la profecía bíblica se está cumpliendo y comprendemos que la única solución a los problemas de la humanidad depende del reino de Jehová en manos de Jesucristo.
● Nos ayuda a desarrollar y perfeccionar en nosotros el fruto del espíritu. Es patente que necesitamos todos los frutos del espíritu —amor, gozo, paz, gran paciencia, bondad, benignidad, fe, apacibilidad, gobierno de uno mismo— para enfrentarnos al desafío de la obra de casa en casa y perseverar en ésta.—Gál. 5:22-24.
● Nos ayuda a vencer el temor al hombre. ¿Recuerda usted cómo se sintió la primera vez que fue de casa en casa? Sin embargo, gradualmente llegamos a comprender que lo más importante es predicar las buenas nuevas y dar advertencia, y que, en comparación, el hombre y sus desaires llegan a ser bastante insignificantes. Como Jeremías, llegamos a tener la certeza de que Jehová nos apoya, lo cual a su vez edifica nuestra fe.—Jer. 1:17-19.
● Nos mantiene humildes. Pronto comprendemos que no es por nuestra propia fuerza o habilidad que podemos efectuar esta obra. Más bien, mientras seamos humildes y no ‘rebeldes,’ ni nos ‘volvamos en la dirección opuesta,’ Jehová nos dará “la lengua de los enseñados” y sabremos ‘cómo responder.’—Isa. 50:4-6.
● Fortalece nuestra aptitud para defender la verdad. Para poder utilizar eficazmente la afilada espada de dos filos, la Palabra de Dios la Biblia, necesitamos práctica. A medida que utilizamos la Biblia con regularidad en la obra de casa en casa, descubrimos que es “viva y ejerce poder.”—Heb. 4:12.
● Da vigor espiritual y físico. El participar con regularidad en la obra de casa en casa nos ayuda a mantenernos espiritualmente alerta y resulta en que tengamos una buena conciencia, lo cual contribuye a nuestro gozo. Para muchos, el esfuerzo y el ejercicio físicos asociados con esta obra han contribuido a que la salud física de ellos mejore.
4 Al considerar los muchos beneficios de la obra de casa en casa, tanto para los que nos escuchan como para nosotros mismos, ciertamente tenemos toda razón para ‘persistir en estas cosas,’ es decir, participar de lleno en esta obra con regularidad.—1 Tim. 4:16.