Abogando por la Biblia
1 Puesto que nosotros en nuestro ministerio del campo animamos a otros a leer la Biblia, deberíamos poder responder “Sí” a la pregunta: “¿La ha leído usted?” Los de nosotros que sean publicadores nuevos de las buenas nuevas quizás no han podido completar la lectura de toda la Biblia. Sin embargo, todos nosotros sabemos que el leer la Biblia es “imprescindible” y que, por lo tanto, tiene prioridad sobre la TV u otras actividades semejantes. (Heb. 4:12) Por esa razón hacemos bien en incluir la lectura de la Biblia en nuestro horario teocrático regular.
2 La Sociedad aprecia la importancia de la lectura de la Biblia. En uno de los edificios de sus fábricas de Brooklyn hay un lema en letras grandes que dice: “Lea la Palabra de Dios la Santa Biblia diariamente.” Se requiere que los nuevos miembros de la familia del Betel de Brooklyn lean la Biblia completa durante sus primeros seis meses en Betel. Es cierto que ellos están muy ocupados trabajando durante todo el día laborable, asistiendo a las reuniones de congregación y participando en el ministerio del campo. Sin embargo, con un buen horario pueden completar su lectura de la Biblia, así como también estudiar otras publicaciones de la Sociedad. Después de estar en Betel por seis meses, se les estimula a mantener un buen horario para continuar la lectura de la Biblia. Algunos programan tiempo antes del desayuno, mientras que otros leen la Biblia mientras usan la transportación pública o antes de acostarse en la noche. Por supuesto, la meta al leer la Biblia no es simplemente poder decir: “Yo la he leído.” Más bien, estamos deseosos de establecer y mantener una buena relación con Jehová. Sabemos que al leer su Palabra escrita podremos aumentar en conocimiento exacto, así como fortalecer nuestra fe.—Rom. 10:17.
3 Durante diciembre vamos a tener el placer de ofrecer la Traducción del Nuevo Mundo junto con el libro ¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios? Sabemos por experiencia propia que estos dos libros pueden servir de verdadero estímulo para leer la Biblia captando su significado, así es que los ofreceremos con entusiasmo. Pero muchas personas a las que presentaremos la oferta la rehusarán, diciendo que ya tienen una Biblia. Entonces ¿qué? ¿Deberíamos tratar de convencerlas de que la Traducción del Nuevo Mundo es mejor que la Biblia que ellos ya tienen? Posiblemente veamos que se puede tener más éxito por medio de simplemente pedirle a la persona que traiga su Biblia. Muchas personas se complacerán en mostrarnos una Biblia por la cual pagaron una gran cantidad de dinero, o de hablarnos acerca de lo que ellas mismas han leído, si es que leen la Biblia. Podemos continuar nuestra presentación bíblica usando la Biblia de ellos, ¿no es así? ¿Y, no es cierto que nuestra verdadera meta es ayudarles a leer y a entender la Biblia, sin importar qué traducción? ¿Por qué no tratar de comenzar un estudio bíblico usando la Biblia de ellos?
4 Para abogar a favor de la lectura de la Biblia con buen éxito necesitamos entender por qué la gente tiene ciertos puntos de vista u opiniones diferentes. Esto requiere que logremos que el amo de casa se exprese al comienzo de nuestra presentación. Permita que la persona le diga si tiene Biblia, si realmente cree que ésta es la Palabra de Dios, etc. Para estimular a la persona a expresarse, puede que descubra que es eficaz decir lo que ella quizás esté pensando pero vacila en decir. Podría decir: “Muchas personas tienen preguntas sinceras acerca de la Biblia. Saben que se dice que la Biblia es la Palabra de Dios, pero se preguntan si realmente hay prueba de que es de Dios.” Un modo de abordar de esa clase quizás estimule al amo de casa a decirle lo que él cree. Esto le dará una buena oportunidad para dirigir su atención al libro ¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios? Ofrézcalo junto con la Biblia. Por supuesto, si el amo de casa no quiere los dos libros, usted puede ofrecer solo el libro Palabra de Dios por 25 centavos.
5 Por lo general es necesario vencer algunas de las objeciones iniciales, tales como “Estoy ocupado” antes de dar nuestra presentación bíblica. Algunos publicadores hacen esto eficazmente por medio de, primero, simpatizar con el amo de casa y segundo, invitarlo a que se exprese. Usted puede lograr esto diciendo: “Comprendo cómo se siente, pues muchas veces yo quisiera hacer algunas cosas y sin embargo no tengo suficiente tiempo para ello. Dígame, ¿no le parece que ahora tiene menos tiempo para hacer las cosas que, digamos, hace un año?” Deje que él comente sobre su situación. Entonces mencione el estímulo que usted ha recibido del libro La verdad, y dígale que su arreglo por temas lo ha ayudado a conseguir mucha información práctica de la Biblia en solo un corto período de tiempo. Puede ofrecer la hoja doblada o prospecto del estudio bíblico, si está disponible; y si parece apropiado puede explicar y demostrar el método de estudio.
6 Cuando podemos hacer nuestra presentación bíblica, queremos ayudar a las personas a captar el sentido de los textos que se consideran. (Mat. 13:19) ¿Cuál es la mejor manera de hacer esto? Después de leer un texto, en vez de “decirle” a la persona “la Biblia dice esto o aquello,” ¿por qué no le hace preguntas para ayudarla a razonar sobre lo que acaba de leer? Anímela a expresarse en cuanto a lo que ella misma ve allí en la Biblia. Si su corazón tiene la disposición correcta es muy probable que llegue a las mismas conclusiones que nosotros.
7 Lo que todos necesitan realmente es la verdad que se encuentra en la Biblia. ¿No es ésa la razón por la cual defendemos la Biblia? Lo hacemos por nuestro ejemplo, con la literatura que ofrecemos, y estimulando a otros a escuchar las buenas cosas que la Palabra de Dios contiene.
En todas partes seamos testigos del Mesías de Jehová.