Aumentando la espiritualidad en la congregación
1 ¿Cómo está el espíritu de su congregación? Si los miembros individuales en conjunto tienen un espíritu cooperativo, caluroso y amoroso, entonces el espíritu total o ambiente predominante o actitud de la congregación será muy excelente. Será un verdadero placer asociarse con la congregación, y habrá celo y aprecio por el ministerio. Pero este espíritu no puede darse por sentado. Pablo oró: “Que . . . sea conservado el espíritu . . . de ustedes . . . hermanos de manera intachable.”—1 Tes. 5:23.
2 En nuestras asambleas de distrito todos quedamos impresionados con la necesidad de crecer espiritualmente, pero particularmente se amonestó a los superintendentes u “hombres de mayor edad” a ‘prestar atención a sí mismos y a todo el rebaño, . . . para pastorear la congregación.’ (Hech. 20:28) Esto aplica a todos los “hombres de mayor edad” y esa exhortación debe llevarse a cabo inmediatamente, cada “hombre de mayor edad” debe sentir intensamente la necesidad de hacer arreglos en su horario para participar en pastorear el rebaño. El siervo de congregación puede encargarse de la coordinación en general de los asuntos para que a todos se les suministre la ayuda y el estímulo que necesitan, pero la cosa importante es que cada “hombre de mayor edad” esté alerta a las necesidades de los diversos miembros y suministre a estos interés amoroso.
3 Cuando los superintendentes visitan a los miembros de la congregación están interesados, no solo en lo que se hace en el ministerio del campo, sino principalmente en cómo les va a los hermanos en cuanto a mantener fuerte su aprecio por Jehová, en edificar amor por los otros, en ver que tienen gozo en el ministerio y en asistir a las reuniones. Nadie debe pensar que algo va mal solo porque uno de los superintendentes visita su hogar.
4 ¿Cómo deben los superintendentes hacer estas visitas de pastoreo? Por qué no visitar tal como uno haría con un amigo estimado o con un hermano carnal. Vayan por amor a verlos y a conversar con ellos acerca de las cosas de las cuales usted más disfruta... las buenas cosas de la palabra de Jehová y su amor por nosotros. No hay necesidad de mencionar algún problema conocido a menos que éste sea serio y necesite atención inmediata. Si existe un problema, usualmente no lo menciona el hermano o la hermana a quien se visita sino hasta después que se haya ganado su confianza. Si el siervo es uno que lee la Biblia y las publicaciones de la Sociedad con regularidad, él tendrá su mente llena de cosas espirituales de las cuales puede hablar. Solo tomando el tiempo para leer una porción de la Biblia juntos (quizás la asignada para esa semana en la escuela del ministerio) o un artículo en las revistas, resultará muy estimulante y edificante.
5 A veces se encuentra el espíritu de queja o la tendencia de chismear acerca de otros de nuestros hermanos. El consejo hábil y positivo de las Escrituras ayudará a rectificar las cosas, y sin embargo se espera que los que se visitan se sientan reanimados más bien que regañados. En una visita quizás no se alcance el nivel de espiritualidad que se desea, pero a medida que varios superintendentes siguen visitando se logrará mucho bien, y al seguir mejorando la salud espiritual de cada miembro el espíritu de la congregación entera se mantendrá a un buen nivel saludable.
6 ¿Cuándo puede hacerse la obra de pastorear? Cada “hombre de mayor edad” tiene que escoger el mejor tiempo para visitar los hogares de los publicadores. Quizás decida reducir su servicio del campo por un domingo al mes a fin de poder hacer varias visitas. Quizás el tiempo más apropiado sea durante las noches. Es posible que la mañana o la tarde del sábado sean convenientes, o quizás una visita se pueda hacer después de cada período de servicio del campo. Las circunstancias de cada uno son diferentes, pero con interés genuino y amor por los hermanos, los “hombres de mayor edad” harán arreglos en sus activos horarios a fin de poder apartar tiempo para visitar a todos los del rebaño. Ellos harán esto a pesar de que a veces quizás no podrán dedicar tanto tiempo en el ministerio del campo. ¿Y no es verdad que apreciamos lo que ellos hacen por nosotros como pastores del rebaño? ¡Ciertamente que sí!