Ellos aprecian su ayuda
1 Jehová Dios ama a los niños. Desempeñan un papel en Su magnífico propósito, y durante toda la historia del hombre han traído gozo y desempeñado su papel en el arreglo de familia. (Sal. 68:5; 127:3-5; 128:3-6) En imitación de su padre, Cristo Jesús, también, les tenía tierno cariño a los jovencitos. En una ocasión cuando estaba usando a un jovencito como ejemplo, “lo rodeó con los brazos.” No consideraba que semejante demostración de amabilidad fuera indigno de un hombre. Más tarde, Jesús halló tiempo para tomar algunos niños en los brazos y bendecirlos. Obviamente le gustaban los niños, y el ayudarlos era parte de su ministerio.—Mar. 9:36; 10:13-16.
2 Puesto que vemos las cosas del mismo modo que Jehová Dios y su Hijo, cuánto gusto nos da tener niños como parte de la congregación. Queremos ver que, a medida que crezcan, le tengan amor a Jehová y a la justicia. La congregación se interesa en ver a los jovencitos progresar en la verdad de modo que su “adelantamiento sea manifiesto a todos.” (1 Tim. 4:15) ¡Qué feliz se siente una congregación cuando éstos crecen y sirven en los diferentes campos de servicio de tiempo cabal!
3 Por supuesto, los padres son quienes tienen la responsabilidad principal de ayudar a sus hijos a agradar a Jehová. El tener presente que sus hijos nacen sin la creencia en Dios, pero con la capacidad para conseguirla, será una ayuda. Los buenos ejemplos también ayudan. Así como es posible ganar a los esposos incrédulos “sin una palabra por la conducta de sus esposas,” los hijos pueden llegar a ser creyentes por medio de ser testigos oculares de la conducta piadosa de sus padres.—1 Ped. 3:1, 2.
4 Es preciso que los padres tengan iniciativa y perspicacia si han de vigilar los intereses espirituales de sus hijos. Por ejemplo, los padres que comprenden esto, sabiendo que sus hijos necesitan asociación, hacen más que meramente amonestarles acerca de los resultados de la mala asociación. Ellos mismos disponen de tiempo para estar con sus hijos, y entonces hacen planes para que tengan asociación con niños que también aman a Jehová.
5 La crianza de hijos hoy día no es fácil. Por eso los padres por lo general se complacen en ver que la congregación en conjunto se interese genuinamente en los jovencitos. Aprecian toda ayuda que se les dé. Hasta una palabra en reconocimiento de que requiere tiempo y esfuerzo para traer los hijos a las reuniones y para llevarlos con ellos en el servicio del campo es animador. También les es animador a los niños cuando los ancianos toman un momento para hablarles y les dejan saber cuánto se alegra la congregación de que ellos asistan.
6 Los ancianos, con la aprobación de los padres, pueden mostrar a los jovencitos que son parte de la congregación por medio de incluirlos en las actividades de ésta siempre que sea posible. A algunos se les puede dar asignaciones en el salón. Pudiera ser algo que tiene que ver con la limpieza, el poner en orden las sillas, el distribuir ejemplares del Ministerio del Reino y asignaciones de la Escuela del Ministerio u otros asuntos apropiados para su edad y habilidad. Se pueden usar para presentar discursos en la Escuela del Ministerio, para participar en demostraciones o para relatar experiencias desde la plataforma.
7 El pueblo de Dios es parecido a una familia grande. Todos nos interesamos en los otros, incluso los jovencitos. Puede que los padres reciban con aprecio ayuda para cuidar a los hijos durante las reuniones y también en el servicio del campo. Dejen saber a los niños que los echan de menos cuando faltan al Salón del Reino. Díganles cuánto aprecian su buen ejemplo los nuevos que asisten al Salón del Reino. Incluyan a familias con hijos jóvenes cuando hagan arreglos para actividades sociales. Debemos estar alerta para ayudar a los jovencitos especialmente cuando el padre no está en la verdad. A todos nos interesa hacer lo que podamos para ayudar a los jóvenes a lograr madurez y asumir su responsabilidad en la organización de Jehová.