Esfuércese por llegar al corazón
1 ¿Se siente usted endeudado con las personas que viven en su territorio? Pablo, el apóstol cristiano, se sentía así. Escribió: “Tanto a griegos como a bárbaros, tanto a sabios como a insensatos soy deudor.” (Rom. 1:14) Sí, el apóstol sentía vivamente que tenía la obligación de declarar las “buenas nuevas” a todas las personas a las cuales pudiera llevar el mensaje.
2 Como el apóstol Pablo, nosotros hoy día ciertamente queremos hacer todo lo que podamos para saldar la deuda u obligación que tenemos con nuestro prójimo. Deberíamos sentirnos ‘deseosos’ de poder llegar al corazón de otras personas con las “buenas nuevas.” (Rom. 1:15) ¿Qué requiere esto?
3 Por una parte, tenemos que tener la actitud correcta para con los incrédulos. Quizás no muestren interés o amabilidad, pero, aún así son personas por las cuales Cristo murió. Tenemos la responsabilidad de hacer todo lo que podamos por darles a saber este importante hecho. Con este fin, debemos tener presente el ejemplo del apóstol Pablo: “A los judíos me hice como judío, para ganar a judíos; . . . Me he hecho toda cosa a gente de toda clase, para que de todos modos salve a algunos.”—1 Cor. 9:20-22.
4 En armonía con este ejemplo del apóstol, hacemos bien en tomar en cuenta a las personas de nuestro territorio. Quizás tengan diversos puntos de vista sobre la vida, diferentes metas y sus propios puntos de vista religiosos. Sería útil hablar con otros en cuanto a cómo abordan ellos a personas que tienen diferentes antecedentes y creencias religiosas.
5 Las publicaciones ciertamente han desempeñado un papel vital en llegar al corazón de la gente. Así es que queremos usar bien la oferta actual de literatura. Sin embargo, de vez en cuando, los comentarios del amo de casa pudieran indicar que él sacaría más provecho de otra publicación. Cuando esto suceda, lo mejor es ser flexible. Además, aunque queremos hacer disponible la literatura a otros, no tenemos que sentirnos obligados a ofrecer una publicación en cada caso en la visita inicial. A veces pudiera ser mejor hacer arreglos para tener una consideración bíblica en el futuro.
6 Puesto que la predicación de las “buenas nuevas” en realidad es la obra de Jehová, deberíamos acudir a él en busca de dirección. Por tanto, sería sumamente apropiado que oráramos a Jehová para que él abra el corazón de las personas en el territorio y nos conceda la sabiduría y perspicacia que necesitamos para poder presentarles la verdad de la manera más clara que nos sea posible. Que en todas las ocasiones nuestros motivos y acciones muestren que queremos que Jehová nos use para ayudar a todas las personas en nuestro territorio.—Hech. 16:14; 1 Tim. 2:1, 2.