Aumentando su gozo al servir a Dios
1 El gozo es un fruto del espíritu santo de Dios... por tanto, es algo que necesitamos tener. Jesús, lleno del espíritu de Dios, fue un hombre de gozo, aunque fue “un hombre que era para dolores y para estar familiarizado con enfermedad.” (Isa. 53:3) Sin embargo, “por el gozo que fue puesto delante de él aguantó un madero de tormento, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.”—Heb. 12:2.
2 Jesús esperaba con anhelo el servicio que Dios le había reservado como Rey y Sumo Sacerdote. Experimentó gran gozo al enseñar y entrenar a otros que participarían con él en ese Reino. También halló gozo supremo en sostener el nombre de su Padre y fortalecer a sus discípulos para que participaran de ese gozo. Estos gozos hicieron que todos los desaires y ultrajes fueran insignificantes. Al imitar a Jesús, podremos enfrentarnos a situaciones difíciles, así como disfrutar de las favorables, en la predicación de las buenas nuevas. Algo que siempre nos sostiene es el gozo de esperar el nuevo sistema de cosas y lo que Jehová nos tiene reservado, a medida que por el presente apreciamos el tener un grado de salud y fuerzas que podemos usar en su servicio.
LOS GOZOS QUE PODEMOS TENER AHORA
3 Uno de los gozos sobresalientes que podemos tener ahora es el de ayudar a nuestros hermanos, como en períodos de enfermedad, necesidad, aflicción, pérdida de un ser querido o soledad. (Gál. 6:10; Sant. 1:27) Y, ¿qué puede reemplazar el gozo que tenemos de compartir las buenas nuevas con otros, especialmente cuando podemos estudiar la Biblia con ellos? Nada nos anima más que verlos entender la verdad y comenzar a cambiar su vida en armonía con los requisitos de la adoración verdadera. Este es un gozo que hay que experimentarlo para realmente apreciarlo.
4 Al dar testimonio sabemos que estamos compartiendo las mejores buenas nuevas. ¿Por qué, pues, tenemos a veces la tendencia de perder nuestro gozo? Esto se debe a que tenemos la tendencia de olvidar el porqué estamos proclamando las buenas nuevas. Cuando nos encontramos con miradas desagradables o apatía, tenemos que recordarnos de que ninguna parte de nuestra obra es en vano en lo relacionado con el Señor... que Jehová hará que ésta contribuya a su vindicación y gloria. (1 Cor. 15:58) Puesto que él nos ha dado las buenas nuevas y la comisión de proclamarlas, podemos estar seguros de que el que hablemos la Palabra de verdad de Dios nunca dejará de darle gloria a él. Son muchas las experiencias de personas que rechazaron la verdad muchas veces pero que hallaron que no pudieron olvidar lo que habían oído. Con el tiempo sencillamente tuvieron que tomar esto en serio, y el hacerlo trajo verdadero gozo y significado a su vida.
5 Podemos tener gran gozo si hacemos lo que Dios nos pone por delante. Seremos felices si hacemos lo que podemos según nuestra habilidad. Mientras podemos trabajar para mejorar nuestras habilidades y las oportunidades que Dios nos ha dado, destruimos nuestro gozo si nos preocupamos por nuestras debilidades e ineptitudes. Es preciso que recordemos constantemente que no es ni por fuerza ni por poder, ni por la sabiduría del hombre que Dios efectúa su obra, sino por su espíritu. Podemos recibir ese espíritu, junto con la sabiduría necesaria para enfrentarnos a nuestros problemas, si lo pedimos con fe.—Luc. 11:13; Sant. 1:5.