Lleve el mensaje a otros por medio de evangelizar
1 Jesús sintió tan vigorosamente la necesidad de efectuar la obra de evangelizar cuando estuvo en la Tierra que dijo: “Tengo que declarar las buenas nuevas [evangelio] del reino de Dios.” (Luc. 4:43) Por eso, al participar en la obra de evangelizar, él dedicó muchas horas del día a propagar las buenas nuevas. A veces, cuando buscaba descanso y alimento, estaba dispuesto a abstenerse de estas cosas a fin de enseñar a las personas interesadas acerca de su Padre celestial. (Mar. 6:31-34) ¡Qué mucho contribuyó esa actitud a llevar el mensaje a otros!
2 Pablo manifestó la misma actitud de Jesús para con el participar en la obra de evangelizar. A él le pareció que era una obligación con la cual tenía que cumplir. (1 Cor. 9:16) ¿Siente usted la misma necesidad urgente de participar en la obra de evangelizar? Pablo estaba dispuesto a dar su “alma” a fin de efectuar esa obra. (Hech. 20:24) ¡Qué útil nos puede ser el tener esa misma actitud a medida que hacemos la obra de evangelizar que se nos ha asignado!
3 Hay muchas maneras en que podemos hacer la obra de evangelizar y llevar el mensaje a los que están buscando la verdad. Jesús recalcó el contacto personal en los hogares. (Mat. 10:11-13) Él también fue de ciudad en ciudad y de aldea en aldea. (Mat. 9:35) Pablo testificó “en la plaza de mercado con los que se hallaban por casualidad allí.” (Hech. 17:17) También dio testimonio a grupos informales. (Hech. 16:13) Felipe le dio testimonio a alguien que viajaba por un camino. (Hech. 8:26-30) Además, Andrés le testificó a su pariente. (Juan 1:40, 41) Así es que, tenemos muchos ejemplos excelentes que seguir.
4 Al viajar, tal vez a algunos de ustedes les sea posible llevar el mensaje a alguien por medio de evangelizar. O, quizás estén de vacaciones y tengan la oportunidad de conversar con alguien de manera informal. De vez en cuando las vacaciones pueden incluir visitas a parientes que quizás no estén en la verdad, pero que tal vez estén dispuestos a tener una consideración informal de la Biblia.
5 Al viajar de ciudad en ciudad y parar en las estaciones de servicio para obtener gasolina, o al detenerse en un restaurante para comer, quizás tenga la oportunidad de dar un testimonio a un empleado o a una camarera. Quizás le pregunten de dónde es usted y si está disfrutando de su viaje. Tal ocasión pudiera surgir al viajar a una asamblea, o al regresar de una, y pudiera ofrecerle la oportunidad de dejar literatura apropiada para ayudar a propagar las “buenas nuevas” y plantar la semilla de la verdad en el corazón de estos individuos. O, pudiera ser que, mientras usted se está quedando en un “motel” o en un hotel, surjan oportunidades de conversar con el administrador o con uno de los trabajadores. Por supuesto, la manera en que nos comportamos al usar estos locales también es un modo de dar testimonio.—Tito 2:1-14.
6 Quizás también haya ocasiones en que podamos trabajar territorio que no se abarca a menudo. Por ejemplo, algunas congregaciones quizás puedan viajar a zonas rurales y así llevar el mensaje a estas personas. En los territorios de otras congregaciones hay zonas de recreo en las que muchas personas pasan tiempo en una casa de vacaciones y sería excelente llevar el mensaje a estas personas.
7 Quizás tengamos oportunidad de usar algún medio de transporte público y podamos entablar una conversación con la persona que se sienta a nuestro lado en el autobús, tren o avión. Al viajar, algunas personas están muy dispuestas a hablar acerca de las condiciones mundiales, el deterioro de los servicios públicos, o de otros temas que pudieran conducir a una consideración bíblica.
8 Así es que se nos ofrecen muchas oportunidades de evangelizar a medida que tratamos de llevar el mensaje a todas las personas que están buscando la verdad.
9 ¿No sería bueno, pues, el hacer de esta obra un asunto de oración tanto individualmente como en grupo de familia, y tal vez orar antes de dejar nuestros hogares?