Produce gozo el hablar acerca de Jehová
1 Jehová mandó que sus adoradores de tiempos antiguos vinieran ante él con regocijo. (Deu. 12:18) ¿Por qué no habrían de regocijarse y alabar a Jehová en vista de que estaban recibiendo Sus abundantes bendiciones?—Sal. 20:5.
2 Nosotros también tenemos muchas oportunidades de regocijarnos delante de Jehová. Considere el gozo que tenemos en conexión con las asambleas grandes y pequeñas, además del gozoso refrigerio de las reuniones semanales que se celebran con regularidad en la congregación. Diariamente podemos regocijarnos debido a que Jehová nos ha suministrado abundantemente las cosas espirituales que necesitamos. Tenemos la gozosa esperanza de vida eterna por medio de su Hijo, Jesucristo.
3 Puesto que apreciamos estos dones de Dios, nos sentimos movidos a hablar a otros acerca de él, y esto aumenta nuestro gozo aún más, pues “‘hay más felicidad en dar que la que hay en recibir.’”—Hech. 20:35.
AUMENTANDO NUESTRO GOZO EN EL SERVICIO DEL CAMPO
4 Pero, ¿logra disminuir su gozo la oposición? ¿Lo desanima a usted la indiferencia, o el no hallar gente en casa? Tal vez usted tienda a ser tímido. Quizás debido a su personalidad no sea natural en usted el estar muy dispuesto a abordar a extraños, aun cuando de veras desea hablar acerca de las cosas que le son preciosas a su corazón. ¿Cómo puede usted experimentar el mismo gozo que otros hallan al predicar las buenas nuevas?
5 Primero, recuerde que el gozo es un fruto del espíritu. Es preciso cultivarlo. Aunque Jehová ha prometido ayudarle por medio de su espíritu, usted debe esforzarse por recibir la bendición. Él desea que usted tenga el gozo que viene de saber que usted tiene su favor. Nuestro gozo se puede manifestar en un semblante feliz, pero en realidad significa mucho más que eso... el tener ese profundo sentimiento interior de bienestar que proviene de agradar a Jehová en toda nuestra adoración y servicio.
6 Considere las vidas de Jesús y de los cristianos primitivos. Pasaron por muchas penalidades y a veces por experiencias dolorosas, pero tuvieron gozo en abundancia. Por ejemplo, a los apóstoles los pusieron en custodia, los reprendieron por predicar las buenas nuevas y entonces los azotaron. ¿Cuál fue la actitud de ellos? Lea Hechos 5:41, 42. Cuando Jesús envió a los setenta discípulos, es probable que algunos de ellos se hayan sentido recelosos, pero “volvieron . . . con gozo” y relataron sus experiencias.—Luc. 10:17.
7 Usted también puede tener ese gozo cuando logra que alguien escuche su presentación de las buenas nuevas. Si alguien concuerda en estudiar la Biblia con usted, o responde favorablemente a su invitación de asistir a las reuniones cristianas, el corazón de usted ciertamente se regocijará. El apóstol Pablo expresó su gozo por los que había ayudado a pesar de muchas dificultades y circunstancias muy angustiosas.—1 Tes. 2:9, 19, 20.
8 Sí, ciertamente produce gozo el hablar acerca de Jehová. El plantar, regar y cultivar las semillas de verdad quizás exija muchos esfuerzos de parte suya, pero los buenos resultados que vienen de hablar acerca de Jehová de seguro le traerán gozo.—Sal. 126:5, 6.