Ayúdense unos a otros a servir con regularidad
1 El trabajar con regularidad en la actividad del campo es una indicación de fortaleza espiritual. Sin embargo, cuando se frustran los planes y el trabajo no se lleva a cabo es señal de que se está enfermo y se necesita ayuda.
2 Jehová es un magnífico ejemplo en cuanto a llevar a cabo todas sus actividades con regularidad. Él provee regularmente lo que necesitamos para satisfacer nuestras necesidades espirituales y materiales. (Rev. 22:2; Mat. 6:11) Nuestra misma existencia depende de la regularidad con que funciona su creación, y aunque no lo merecemos él no nos olvida, sino que es constante en su amor para con nosotros.—Sant. 1:17.
3 Ciertamente apreciamos los beneficios de la regularidad de este servicio de Jehová, ¿no es cierto? Ese aprecio nos moverá a responder de manera similar por medio de dejar espacio en nuestras vidas ocupadas para servirle con regularidad, a fin de que no pase un mes sin que participemos de alguna manera en predicar las buenas nuevas e informar nuestra actividad.
4 También es necesario ayudarnos unos a otros a participar en el servicio con regularidad, pues los informes indican que el año pasado unos 37.000 publicadores en los Estados Unidos, o unos cinco publicadores por congregación como promedio, primero se hicieron irregulares en el servicio del campo y finalmente se hicieron inactivos. Si algunos de éstos están en su congregación, ¿sabe usted quiénes son? Pero más importante aún, ¿qué se puede hacer para ayudarlos? En primer lugar, los ancianos pueden tomar la delantera por medio de visitarlos, quizás llevando consigo a algunos siervos ministeriales que pudieran continuar dando ayuda amorosa eficazmente. Sin embargo, individualmente también tenemos cierta responsabilidad “para con los que están relacionados con nosotros en la fe.” (Gál. 6:10) De modo que lo estimulamos a que hable con los ancianos y se ofrezca para visitar a algunas de estas personas.
5 A menudo todo lo que se necesita es que nos interesemos personalmente en ellos y ofrezcamos llevarlos al servicio con nosotros, quizás que nos acompañen a hacer revisitas o a un estudio bíblico. Esto quizás los ayude a reavivar su gozo y el amor que una vez le tenían al servicio del campo. Esto puede ayudar a algunos a fortalecer su aprecio por las cosas espirituales. Podemos hacer esto por medio de compartir con ellos algún material específico de las publicaciones que despierte su interés, o algunos puntos bíblicos interesantes que aprendimos en las asambleas de circuito o distrito, o algunas experiencias animadoras que escuchamos en el Salón del Reino u otro lugar. Esto puede animarlos a que asistan a las reuniones con regularidad, lo cual resulta en que podamos ayudarlos a participar en el servicio del campo con nosotros.
6 Cuando nosotros mismos nos esforzamos por servir con regularidad “siempre teniendo mucho que hacer en la obra del Señor,” nuestra fe se hace ‘constante’ e ‘inmovible.’ Así, podremos ayudar a los que se han hecho irregulares o inactivos. Podemos estar seguros de que nuestra “labor no es en vano en lo relacionado con el Señor.”—1 Cor. 15:58.