Sigan edificándose los unos a los otros
1 Pablo nos dice: “Todos ustedes son hijos de luz e hijos del día”. Nos insta a que nos quedemos despiertos, mantengamos nuestro juicio y llevemos puesta la armadura espiritual. ¿Por qué? “Porque Dios nos asignó [...] a la adquisición de salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. [...] Por lo tanto sigan [...] edificándose los unos a los otros, así como de hecho lo están haciendo” (1 Tes. 5:5-11). Vivimos en el tiempo en que ha de sobrevenir destrucción instantánea al presente sistema de cosas inicuo. Por eso, tenemos buena razón para animarnos unos a otros. ¿Cómo podemos hacer esto?
MEDIANTE LA PARTICIPACIÓN EN EL SERVICIO DEL CAMPO
2 Una manera de hacerlo es trabajando con diferentes hermanos y hermanas en el servicio del campo. Es necesario que nos conozcamos mejor unos a otros. El trabajar juntos en el servicio del campo provee una excelente oportunidad para compartir experiencias edificantes. Además, podemos ayudarnos unos a otros a efectuar este ministerio. Así, a la vez que atendemos a nuestra responsabilidad fundamental de predicar y hacer discípulos, también podemos estar edificando a nuestros hermanos (Mal. 3:16; Mat. 28:19, 20). ¿Por qué no hace arreglos ahora para salir con alguien en la obra, tal vez alguien con quien usted no haya trabajado últimamente?
3 Durante los meses del verano, muchos hermanos salen de vacaciones. Esto pudiera brindar otras buenas oportunidades para animar a otros hermanos. ¿Por qué no hace planes para asistir a las reuniones de la congregación del lugar donde pasará las vacaciones y para participar con ésta en el servicio del campo? Los hermanos de esa congregación apreciarán su buen compañerismo y buena conversación espiritual, y usted también se edificará. Tal vez el único viaje que usted haga este verano sea a la asamblea de distrito. Haga planes desde ahora para participar en el servicio del campo en la ciudad de la asamblea el viernes por la tarde. Durante los meses del verano surgen muchas situaciones que pudieran distraernos de la predicación, pero, si planeamos nuestras actividades en torno al servicio del campo y a otras funciones de la congregación, podremos disfrutar de unas vacaciones refrescantes en sentido espiritual y que edifiquen a otros.
MEDIANTE EL EJEMPLO
4 El apóstol Pablo reconocía que su buen ejemplo influía en otros y era una fuente de gran estímulo para sus hermanos (Fili. 1:13, 14). Cuando damos un buen ejemplo, aun en asuntos pequeños, el efecto es el mismo. Por ejemplo, ¿acostumbra usted reunirse con el grupo cuando va a participar en el servicio del campo? ¿Está bien preparado, habiendo leído las publicaciones que se están ofreciendo? ¿Considera detenidamente cómo las va a presentar? Al hacerlo estará dando un buen ejemplo a otros y dará más lustre a su presentación.
PUBLICADORES NUEVOS, IRREGULARES E INACTIVOS
5 Muchas personas nuevas en la verdad, y otras que se habían hecho inactivas, asistieron a la celebración de la Conmemoración en abril. Éstas necesitan que se les ayude personalmente y se les anime a asociarse con regularidad para que ganen la fuerza espiritual necesaria. (Heb. 10:24, 25.)
6 ¿Qué hay de otros publicadores que tal vez se hayan hecho irregulares en el servicio o que falten a menudo a las reuniones? ¿Pudieran estar desanimados debido a problemas que estén experimentando? ¿Puede invitarlos a trabajar con usted en el ministerio del campo o a acompañarle a conducir un estudio bíblico? ¿Pudiera incluir a uno de ellos en otras actividades de la congregación? A menudo, todo lo que hace falta para ayudar a los que se han desanimado es una palabra bondadosa que refleje comprensión y se diga al tiempo apropiado. (Pro. 25:11.)
7 A medida que nos esforzamos por mantener intacta nuestra armadura espiritual y ayudamos a nuestros hermanos a hacer lo mismo, estamos prestando atención al consejo del apóstol Pablo de “prestar ayuda a los que son débiles”, y así experimentaremos la realidad de las palabras de Jesús de que “hay más felicidad en dar que la que hay en recibir”. (Hech. 20:35.)