Presentando las buenas nuevas... con las revistas
1 A la congregación cristiana se le ha asignado la responsabilidad de esparcir las buenas nuevas “hasta la parte más lejana de la tierra.” (Hech. 1:8) Todavía es la voluntad de Dios que “hombres de toda clase sean salvos y lleguen a un conocimiento exacto de la verdad.” (1 Tim. 2:4) La Atalaya y ¡Despertad! contribuyen una parte grande y vital al logro de esto.
2 Cierto estudiante universitario quedó impresionado por un artículo que leyó en ¡Despertad! El revisitarlo la siguiente semana resultó en que él asistiera a una asamblea de circuito que se estaba celebrando y comenzara a estudiar la Biblia. Cierta señora cerró violentamente la puerta a un Testigo, pero más tarde el esposo de ella atendió al mismo Testigo y aceptó dos revistas. En la revisita, la señora abrió la puerta, se disculpó humildemente, hizo muchas preguntas e inmediatamente aceptó un estudio bíblico. Cierto hermano dejó algunas revistas en un auto que vendió, y el nuevo dueño se comunicó con él más tarde para aprender más acerca de lo que había leído.
3 El contenido de las revistas se prepara cuidadosamente y se concentra en información que se basa en la Biblia, se relaciona con los tiempos en que vivimos y es práctica para las necesidades actuales. Por ejemplo, ¡Despertad! ha estado destacando la sección “¿Se ha preguntado usted alguna vez . . . ?” La expansión de las instalaciones y facilidades para imprimir ha hecho posible que las revistas sean más atractivas al ojo así como a la mente. Las consideraciones de una amplia variedad de temas relacionados con la Biblia ofrecen algo espiritualmente valioso a gente de toda condición.
4 Ciertamente es apropiado llevarlas con nosotros en todo rasgo del servicio y ofrecerlas a cualquier persona que esté dispuesta a leerlas. El suscribir a la gente este mes a la revista La Atalaya pudiera ayudar a ciertas personas a cultivar mayor interés en la Biblia. Los hermanos que disfrutan de predicar en las calles o llevar las revistas a la gente de negocio informan que el abordar amigablemente y con tacto a las personas produce buena reacción de parte de éstas y resulta en colocar mucha literatura. Las revistas son especialmente útiles para comenzar conversaciones cuando predicamos informalmente.
5 Quién sabe cuántas personas sinceras más escucharán el mensaje y finalmente declararán “¡Es la verdad!” (Isa. 43:9) Si hacemos lo mejor que podamos, nadie podrá quejarse de que no oyó porque no hubiera nadie que predicara.—Rom. 10:14.