Nuestro papel de prestar apoyo en la congregación
1 Es la voluntad de Jehová “que hombres de toda clase sean salvos” (1 Tim. 2:3, 4). De hecho, la congregación cristiana está compuesta de una amplia variedad de personas, y cada una tiene talentos y una personalidad diferentes. ¿Qué puede hacer cada uno de nosotros para ayudar a otros a crecer en sentido espiritual y permanecer fuertes en la fe?
2 Prescindiendo de lo que sean nuestras circunstancias, cada uno de nosotros puede ser una fuente de estímulo a otros. Como individuos, podemos tener parte en proporcionar “lo que se necesita”, de acuerdo con las palabras registradas en Efesios 4:16: “De él todo el cuerpo, estando unido armoniosamente y haciéndosele cooperar por medio de toda coyuntura que da lo que se necesita, conforme al funcionamiento de cada miembro respectivo en la debida medida, contribuye al crecimiento del cuerpo para la edificación de sí mismo en amor”.
PROPORCIONEMOS LO QUE SE NECESITA
3 Dos factores importantes que se recalcan en este versículo Efesios 4:16 son útiles para edificar a la congregación. Éstos son la cooperación y el amor. Se requiere esfuerzo solícito para dar de nosotros mismos a favor de otros. En cada congregación hay quienes quizás necesiten ayuda para participar en el ministerio todos los meses. ¿Puede usted ayudarlos? A veces los padres pueden ayudarse mutuamente mediante turnarse en cuidar a los niños si hay varios niñitos que no pueden acompañarlos al servicio del campo. Los padres deben tomar la iniciativa en enseñar a los hijos presentaciones apropiadas que puedan emplear en el ministerio de casa en casa. ¿Les ha enseñado usted a hacer una presentación sencilla para ofrecer las revistas? Si ya pueden leer, ¿les ha enseñado una presentación bíblica? Dicho esfuerzo manifiesta su amor a la congregación y el apoyo que usted le presta.
4 ¿Qué más se puede hacer para dar lo que se necesita? ¿Puede usted ofrecerse a trabajar con un precursor que no tenga compañero? En las reuniones para el servicio del campo, sirva de apoyo a los precursores mediante ser puntual y luego salir al campo sin demora. Todos podemos establecer la costumbre de compartir con otros publicadores de la congregación las experiencias animadoras que hemos tenido en el servicio del campo.
DIRIJAMOS A LAS PERSONAS INTERESADAS EN LA VERDAD A LA ORGANIZACIÓN
5 ¡Qué importante es que todos nosotros dirijamos a las personas interesadas en la verdad a la organización! ¿Podría llevar con usted a diferentes publicadores de su grupo de Estudio de Libro de Congregación cuando conduce sus estudios bíblicos, para que así los estudiantes lleguen a conocerlos poco a poco? Explique el arreglo del Estudio de Libro de Congregación a los estudiantes e invítelos a que lo acompañen al estudio, tal vez hasta pueda hacer arreglos para ir por ellos y llevarlos. Antes y después del estudio de libro ayúdelos a conocer a los otros que asisten a la reunión. Hábleles acerca de la Reunión Pública y del Estudio de La Atalaya y convenga en ir por ellos y llevarlos a estas reuniones a fin de que se sientan cómodos. Además, si se sienta al lado de ellos, comparte su cancionero con ellos y tiene disponible un número adicional de La Atalaya, los ayudará a que se sientan a gusto en las reuniones. El que usted recuerde cómo se sintió cuando comenzó a asistir a las reuniones le ayudará a animar a los estudiantes de la Biblia y a otras personas recién asociadas cuando las vea en el Salón del Reino. Cuanto más pronto los nuevos comiencen a asistir a las reuniones, más rápidamente progresarán en la verdad.
6 Puede que usted conozca a algunas personas que asistieron a la Conmemoración, pero que todavía no son publicadores. Deseamos ayudarlas a que lleguen a ser Testigos dedicados y bautizados que activamente sigan las pisadas de Jesucristo (1 Ped. 2:21). Para alcanzar dicha meta, hay que dedicar tiempo y dar atención solícita a las necesidades de esas personas.
7 Los ancianos y siervos ministeriales, en especial, tienen el privilegio de dar apoyo a otros publicadores de la congregación. Se los anima a fijarse en las necesidades del rebaño y luego trabajar para ayudar a “cada miembro respectivo en la debida medida”. También prestan apoyo a la congregación al esforzarse en el servicio del campo, puesto que su buen ejemplo anima a todos.
8 David dijo: “¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos moren juntos en unidad!” (Sal. 133:1). El pleno apoyo que presta cada uno al dar lo que se necesite contribuye directamente a la unidad y la prosperidad de la congregación.