Regresemos a cultivar el interés
1 Cuando distribuimos las revistas u otras publicaciones teocráticas, difundimos el mensaje que Jesucristo proclamó. Por consiguiente, debemos poner todo nuestro empeño en volver a visitar a los que han demostrado interés.
2 Si captó el interés del amo de casa con un determinado artículo de ¡Despertad!, comente otros puntos del artículo cuando regrese y centre la conversación en torno a un texto clave y quizás uno o dos párrafos. Si todavía tiene interés, explíquele que ¡Despertad! es útil para toda la familia. Todos los números tratan temas muy variados, como el medio ambiente, la superación personal, la manera de hacer frente a los problemas actuales y preguntas que interesan a los jóvenes. Si ve que tiene verdadero interés, explíquele que suscribiéndose a ¡Despertad! recibirá doce números en un semestre.
3 Pero ¿y si no tiene interés en ninguno de los artículos del último número de ¡Despertad!? En vez de dar por terminada la conversación, pudiera aprovechar la oportunidad para enseñarle algunos detalles referentes a la obra que realizan los testigos de Jehová, valiéndose de la información de las páginas 386 y 387 del libro Razonamiento.
4 Si le dejó un número de “La Atalaya” después de leer 2 Timoteo 3:1-5 y de destacar la información de la página 2 de la revista, puede decir algo así cuando vuelva:
◼ “En la conversación que mantuvimos la semana pasada, hablamos del significado de lo que está ocurriendo en el mundo hoy. Muchas personas dan muestras de haber perdido el interés en Dios y en la guía que ofrece la Biblia para nuestra vida. Este hecho ha repercutido sensiblemente en la actitud de la gente para con el prójimo, como lo explica el texto de 2 Timoteo 3:1-5. ¿Cree usted que hay razón para esperar que la situación mejore en el futuro?” Después de permitirle dar su opinión, puede dirigir su atención a 2 Pedro 3:13. Luego acuda a las páginas 302 a 308 del libro Razonamiento y destaque de qué manera beneficiará el Reino de Dios a la humanidad.
5 Cuando vuelva a visitar al amo de casa, quizás perciba que no está dispuesto a hablar de su religión, pues entiende que es un asunto muy personal. Podría decirle algo así:
◼ “En el mundo en que vivimos hay muchas religiones. Como este mundo se ha hecho más pequeño por los viajes y las comunicaciones modernas, todos nos vemos afectados, nos guste o no, por otras fes. Por consiguiente, entender las creencias del prójimo puede llevar a una mejor comunicación entre las personas de diferentes religiones. Puede eliminar parte del odio originado en las creencias religiosas. ¿Qué opina usted?” Después de dejar que comente al respecto, dirija la atención del amo de casa al índice del libro El hombre en busca de Dios.
6 Hagamos todo lo posible para volver a visitar a todos los que han demostrado interés en la verdad y ayudémosles a ir por la senda que lleva a la vida eterna. (Juan 4:23, 24.)