Jehová confiere poder que es más allá de lo normal
1 A todos los discípulos de Jesús se les ha confiado un inestimable privilegio de servicio sagrado: el ministerio cristiano (Mat. 24:14; 28:19, 20). No obstante, la imperfección humana y las presiones del sistema de cosas actual a veces pueden hacer que nos sintamos poco aptos para llevarlo a cabo.
2 Cuando esto suceda, podemos confortarnos con la carta que Pablo envió a los cristianos ungidos de Corinto. Él escribió: “Tenemos este tesoro en vasos de barro” (2 Cor. 4:7). Pablo tenía confianza: “Por eso, teniendo este ministerio [...], no nos rendimos” (2 Cor. 4:1). Es cierto que seguir declarando las buenas nuevas ‘sin rendirnos’ supone una prueba para todos nosotros, seamos ungidos o miembros de las “otras ovejas”. Necesitamos la fuerza que proviene de Dios, quien suministra “el poder que es más allá de lo normal” (Juan 10:16; 2 Cor. 4:7b).
3 Resulta alentador el celo que despliegan muchos Testigos en su obra de evangelización a pesar de que afrontan enconada oposición, graves problemas de salud o penurias económicas. Todos debemos comprender que nuestra comisión de predicar cuenta con el apoyo de Jehová. En vez de permitir que el desánimo o la aprensión debiliten nuestra resolución de predicar, sigamos “adquiriendo poder en el Señor y en la potencia de su fuerza” (Efe. 6:10; Pro. 24:10).
4 Cómo obtener el poder de Dios: Persevere en la oración y pida a Dios que lo ayude y le dé fuerzas (Rom. 12:12; Fili. 4:6, 7). Confíe de todo corazón en que Jehová le conferirá poder más allá de lo normal (Pro. 3:5). Lea las biografías de tiempos modernos que aparecen en nuestras revistas, pues estas atestiguan que Jehová ayuda a sus siervos de hoy para que soporten las pruebas. Manténgase cerca de los hermanos y no falte a las reuniones de la congregación (Rom. 1:11, 12; Heb. 10:24, 25).
5 Hagamos cuanto esté a nuestro alcance para recibir el poder de Jehová, un poder que es más allá de lo normal y que nos ayudará a no rendirnos en la importantísima obra de predicar el Reino.