Superintendentes que llevan la delantera. El conductor del Estudio de La Atalaya
1 La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová, es el instrumento primordial del “esclavo fiel y discreto” para darnos el alimento espiritual “al tiempo apropiado” (Mat. 24:45). El anciano que dirige el Estudio de La Atalaya tiene una importantísima responsabilidad como maestro competente que da un excelente ejemplo de vida cristiana (Rom. 12:7; Sant. 3:1).
2 Para enseñar eficazmente, el conductor del Estudio de La Atalaya debe prepararse todas las semanas a conciencia y bajo oración. Su profundo interés por la congregación se refleja en sus esfuerzos genuinos por hacer que la información que estudiamos nos llegue al corazón. Se concentra en los puntos principales de la lección y nos ayuda a ver su relación con el tema del artículo.
3 La preparación concienzuda exige que busque los textos bíblicos de antemano y conozca su aplicación. Durante el estudio, hace que la Palabra de Dios ocupe un lugar preponderante y anima a la congregación a hacer buen uso de ella. Si los comentarios del auditorio no incluyen un punto importante o se pasa por alto la aplicación de un texto clave, formula una pregunta específica para extraer la información. Así nos ayuda a llegar a conclusiones correctas y a saber poner en práctica lo que aprendemos.
4 El conductor del Estudio de La Atalaya procura mejorar constantemente su aptitud docente. En lugar de comentar en exceso, nos anima a nosotros a hacerlo, con nuestras propias palabras y de forma breve y concisa. Puede que de vez en cuando nos recuerde que el primer comentario sobre un párrafo ha de contestar la pregunta impresa con brevedad y precisión. Los demás comentarios pueden indicar la aplicación de textos bíblicos, presentar argumentos de apoyo o mostrar la utilidad de la información. Al fomentar la preparación individual y en familia, el conductor del Estudio de La Atalaya intenta sembrar en todos el deseo de participar.
5 Como “personas enseñadas por Jehová”, nos sentimos agradecidos por las “dádivas en hombres”, como los conductores del Estudio de La Atalaya, que “trabajan duro en [...] enseñar” (Isa. 54:13; Efe. 4:8, 11; 1 Tim. 5:17).