Sección de preguntas
◼ ¿Se puede aplaudir después de cada intervención en la Escuela del Ministerio Teocrático y la Reunión de Servicio?
Cuando Jehová creó la Tierra, “las estrellas de la mañana gozosamente clamaron a una, y todos los hijos de Dios empezaron a gritar en aplauso” (Job 38:7). Aquellos hijos angelicales de Dios deseaban alabar a Jehová por su impresionante obra creativa, que era una nueva manifestación de su sabiduría, bondad y poder.
En nuestro caso, es bueno que expresemos gratitud sincera por los esfuerzos de nuestros hermanos y la información que presentan. Por ejemplo, normalmente aplaudimos en los discursos y las demostraciones que se presentan en reuniones especiales, como las asambleas grandes y pequeñas. Preparar dichas intervenciones exige más tiempo y esfuerzo, y con nuestro aplauso no solo expresamos gratitud por el duro trabajo del orador, sino que también agradecemos a Jehová por la instrucción que provee mediante su Palabra y organización (Isa. 48:17; Mat. 24:45-47).
Entonces, ¿se puede aplaudir en la Escuela del Ministerio Teocrático y la Reunión de Servicio? No hay reglas que lo prohíban si es espontáneo, como cuando un estudiante presenta su primer discurso. No obstante, el aplauso fácilmente pudiera convertirse en algo mecánico y perder su sentido. Por eso es que normalmente no aplaudimos después de cada intervención.
Ahora bien, aunque es cierto que no aplaudimos en cada discurso de la Escuela del Ministerio Teocrático o en cada parte de la Reunión de Servicio, hay otras formas de expresar aprecio por la instrucción y los esfuerzos de los participantes. Una de ellas es manteniéndonos despiertos y prestando cuidadosa atención. Y al terminar la reunión, casi siempre es posible decirles personalmente cuánto apreciamos lo que hicieron (Efe. 1:15, 16).