Asambleístas que tienen “Esperanza Viva”
‘ES UN gozo volver a estar juntos para banquetear en la mesa de Jehová, para regocijarnos en medio de la asociación más feliz y para estimularnos a “continuar en el Señor con propósito de corazón.”’ (Hech. 11:23) Los asambleístas estaban de acuerdo por completo con estas palabras del discurso de apertura del presidente en las asambleas “Esperanza Viva.” La mismísima presencia de ellos indicaba que así era.
Mientras muchas de las asambleas estaban en marcha, el viajar en automóvil planteó un problema en los Estados Unidos debido a que la gasolina no se podía obtener fácilmente. Un Testigo dijo: “Llené de gasolina el tanque de mi automóvil días antes de comenzar la asamblea cuando encontré abierta una gasolinera. Luego estacioné mi automóvil y caminé en vez de usarlo, hasta que llegó el momento de partir para la asamblea.” Otras personas hicieron arreglos similares, para asegurarse de que tendrían suficiente gasolina para llegar a la ciudad de su asamblea.
No se pueden pasar por alto los esfuerzos loables que las madres hicieron por asistir con sus bebés y niñitos. ¡Qué animador fue verlas cuidar con ternura a sus pequeñuelos, mientras se esforzaban por beneficiarse del programa de la asamblea! La presencia de grupos de familia también proveyó un excelente testimonio a los observadores, y probó que la esperanza tiene un efecto saludable en la vida de la gente. Una señora del centro de la ciudad de Portland, Maine, comentó: “Creo que es maravilloso el que lleven a sus hijos con ustedes... hasta los pequeñuelos con sus respectivas identificaciones. Los he observado cada mañana cuando se dirigen a la asamblea... es una bella escena.” Un cartero de la misma ciudad se sintió impulsado a detener a un Testigo y su esposa para decirles: “En verdad los admiro... todos tan bien vestidos, hasta los pequeñuelos.”
ESPERANZA BIEN FUNDADA
Para algunas personas, el que hubieran podido asistir a la asamblea les confirmó que la esperanza que tienen en Dios descansa sobre un fundamento sólido. Tome el caso de Robin y sus dos hijas, Kim y Kari. Cuando se enteró de los deseos de éstas de asistir a la asamblea “Esperanza Viva,” el esposo de Robin, que no es Testigo, dijo: “No puedo pagar ningún viaje de vacaciones de cuatro días.” Robin nos dice lo que pasó:
“Nos preguntábamos qué sucedería, y orábamos. ¿Podríamos cultivar suficientes fresas en nuestro modesto fresal y venderlas por suficiente dinero como para pagar nuestra estadía en la ciudad de la asamblea? Nuestro vecino no nos sirvió de estímulo. Al comparar las plantas de él con las nuestras, ¡las de él parecían tan fuertes y saludables!. . .
“Sin embargo, nuestras fresas produjeron tanto que reunimos suficiente dinero para nosotras, y también pudimos ayudar a otros dos Testigos a asistir. De hecho, personas de nuestros alrededores vinieron a ver las plantas de fresas que habían producido tanto. Durante todo el tiempo que estuvimos recogiendo fresas, hablábamos a los compradores de fresas acerca de la asamblea y del estímulo que recibiríamos allí. A nuestro vecino sencillamente se le hacía imposible entender cómo nuestras plantitas habían producido con mayor abundancia que las de él.
“Pero eso solucionó solo uno de nuestros problemas. Todavía no sabíamos cómo lograríamos transportarnos a la asamblea. Al debido tiempo nuestras oraciones nuevamente recibieron respuesta. Éste era el año en que mi hija Kari se graduaría de la escuela secundaria. Un día, su tío, de las afueras del pueblo, se presentó con un regalo de graduación... un automóvil.
“De manera que desaparecieron todos los obstáculos, y nosotras pudimos asistir a la asamblea, donde mi hija Kim y yo simbolizamos nuestra dedicación por medio de bautismo.”
SUSTENTADOS POR LA ESPERANZA
El hecho de que la esperanza tiene un tremendo poder se hizo particularmente manifiesto entre las personas impedidas que estuvieron presentes en las asambleas. Hubo personas confinadas a sillas de ruedas, otras que estaban virtualmente desvalidas y otras que eran tanto ciegas como sordas, pero a quienes se ayudó a obtener beneficio del programa por medio de intérpretes que usaron el método de comunicar información por el tacto.
Por ejemplo, Marvin, de 55 años de edad, ha asistido a muchas asambleas a través de los años. Con aprecio dijo: “La única razón por la que puedo asistir es que mi madre me prepara y un bondadoso, amoroso y confiable compañero Testigo hace el trabajo agobiador de levantarme y ponerme en la silla de ruedas, y luego sacarme de ella de nuevo. Como víctima de una parálisis cerebral, he estado confinado a la silla por los pasados nueve años. Durante mis 32 años como testigo de Jehová, he tenido el privilegio y placer de asistir a muchas asambleas... internacionales, de distrito y de circuito. He aprendido algo nuevo y diferente en cada una de ellas. A causa de las excelentes instrucciones y el consejo que se han dado en éstas, uno llega a ser mejor siervo de Jehová. Por supuesto, no hay que olvidar el gozo y placer de ver a viejos amigos queridos y entablar nuevas amistades. Espero con ansias el día en que ‘el cojo trepe justamente como lo hace el ciervo, y la lengua del mudo clame con alegría.’”—Isa. 35:6.
Wayne, otro Testigo, ha estado paralizado desde que nació. Pero él también asistió a una de las asambleas “Esperanza Viva.” La familia tiene una casa-remolque con alambrado para sonido, y esto le permite escuchar el programa de la asamblea desde su cama. Relatando cómo su hijo había llegado a tener la esperanza que viene de Dios, la madre señaló:
“Mi hijo Wayne fue lesionado con instrumentos cuando nació. Esto resultó en que sufriera una parálisis espástica, una clase de parálisis cerebral. A medida que el muchacho comenzó a desarrollarse, se me dijo que la mente de éste era enseñable, pero que se necesitaría mucha repetición.
“Yo llevaba a Wayne conmigo cuando llevaba la verdad bíblica a otros de casa en casa; lo cargué en los brazos por muchos años, hasta que se hizo demasiado pesado para mí. Aun desde temprana edad él mostró amor por la verdad, y parecía que las cosas que estaba aprendiendo llegaban a su corazón. Él tenía tanta sed de conocimiento que me deletreaba las palabras, y preguntaba cómo decirlas. A veces me hacía repetir una palabra varias veces hasta que se le hacía posible recordarla y entenderla. En 1960 Wayne se bautizó, a la edad de 19 años.
“Él no puede asistir en persona a las reuniones del Salón del Reino, puesto que está confinado a su cama de hospital en nuestro hogar. Pero tenemos televisión de circuito cerrado y él puede ver lo que sucede en el Salón. También tenemos una conexión telefónica directa para que él pueda participar en las reuniones regularmente. Desde su cama, Wayne ha servido como anciano de la congregación por los pasados dos años. Ahora conduce cinco estudios bíblicos con personas que lo visitan en su casa-remolque, y a veces ha conducido hasta 11.”
Wayne mismo expresó lo siguiente: ‘Estoy convencido de que si usted puede aprender, Jehová le abrirá el camino para pasar a otros lo que aprenda y así pueda servirle. Aun si usted no puede hablar ni oír, su felicidad, fe y aguante pueden ayudar a otras personas, y esto resultará en un testimonio.’
El entero reparto de un drama bíblico, con todo el vestuario, fue a ver a Wayne durante la asamblea. Cuando lo dejaron, se sentían muy animados por haber observado tan admirable ejemplo de fe y esperanza.
OBTUVIERON UNA ESPERANZA
No fueron pocas las personas que, por asistir a las asambleas “Esperanza Viva,” llegaron a apreciar lo triste que era su situación antes de que hubieran adquirido un conocimiento exacto de la verdad. En algunos casos, habían tenido un anhelo por la verdad que no fue satisfecho sino hasta que estaban en los últimos años de su vida.
Tenemos el caso de Chris, de 77 años de edad, quien se bautizó en la asamblea de Billings, Montana. “En 1934,” dijo él, “dejé la Iglesia Católica y comencé a buscar la verdad.” Luego fue de iglesia en iglesia y gastó miles de dólares viajando a muchos lugares de los Estados Unidos. Varias veces llegó a pensar que había encontrado la verdad. Pero entonces, siempre parecía que lo que había hallado ‘no era suficiente,’ y por lo tanto continuaba buscando. Él declara: “Finalmente me uní a una ‘religión de televisión,’ y les envié grandes sumas de dinero y salí en campañas especiales a diferentes partes del mundo. Fue después de recibir una carta de uno de los ‘predicadores de la televisión’ en la que me comunicaba que las cuotas que se me cargaban habían ascendido a 295 dólares (E.U.A.) por mes, que vine a darme cuenta de que esto no podía ser la verdad; era un atraco. Decidí romper mis lazos con aquel predicador, pero no podía librarme de él. Seguían llegando las cartas con las que trataba de ganar mi favor y mi dinero.
“En vista de mi edad, decidí dejar de buscar la verdad y permanecer en mi hogar en la granja. Después, un testigo de Jehová estuvo visitando los hogares de nuestra zona aislada y comenzó a hablar con mi yerno, quien también vive y trabaja en mi granja. Él no estaba interesado. Pero lo que el Testigo dijo acerca del Reino me pareció razonable. De modo que le pedí que volviera para que me hablara más.”
¿Qué resultado tuvo esto? Se comenzó un estudio bíblico. Chris concluye diciendo: “El aprender la verdad de la Biblia me ha dado una verdadera esperanza.”
Un Testigo sordo, que también está legalmente ciego, manifestó muy claramente cómo el mensaje de la Biblia le había dado esperanza y un verdadero propósito en la vida. Dijo:
“Siempre me he propuesto no dejar que mi impedimento físico signifique que no pueda llevar una vida satisfaciente y feliz. Yo estaba en el equipo de pista y campo de mi escuela, mantuve el primer lugar en la liga del juego de bolos para ciegos y con el tiempo recibí un premio por logros sobresalientes como persona con impedimentos. Todo esto me hizo sentir muy orgulloso y seguro de mí mismo, pero no feliz. Llegué a ser la primera persona en mis condiciones empleada por la Polaroid, y tenía un puesto de responsabilidad. Para atraer a las mujeres compré una casa grande y un barco. Pero ni las posesiones materiales ni la inmoralidad me trajeron ningún sentido de satisfacción. No tenía metas en la vida; tampoco un futuro. Como católico, procuraba obtener la vida celestial por medio de la observancia escrupulosa de ritos. Pero la conexión entre las leyes de Dios y mi modo de vida nunca me fue explicada. Estas desilusiones me hicieron escéptico.
“Un testigo de Jehová me encontró en esa condición. Regresó la semana siguiente con una Testigo que sabía comunicarse por señas. Por medio de sujetar la mano de ella mientras ella hacía las señas, pude comunicarme. Mi respuesta a casi toda declaración era: ‘¿Dónde está la prueba?’ Siempre se me respondía con la Biblia.
“Al principio yo no estaba realmente interesado en la Biblia; solo quería someter a una prueba a los testigos de Jehová, pues esperaba que ellos fueran como los miembros de otras religiones. Me quedé esperando el día en que se me presentara una factura por las clases bíblicas, pero ese día nunca llegó. Les pedía que me hicieran pequeños mandados, no porque yo no pudiera hacerlos, sino para ver si estaban dispuestos a hacer algo más que solo estudiar la Biblia conmigo. Cuando asistía a las reuniones de los testigos de Jehová me acercaba a los que estaban presentes y olía su aliento, para determinar si en él había olor a alcohol o tabaco. Invitaba al Testigo sordo a una comida en mi patio y después revisaba para ver si se había llevado algo de mi hogar. Finalmente tuve que reconocer que estas personas eran diferentes y que su mensaje era la verdad.”
“¡Cuán agradecido estoy a Jehová por haberme dado tiempo para desarrollar un corazón bueno y por haberme concedido una esperanza verdadera! Es un gozo participar regularmente en predicar las ‘buenas nuevas’ a otros, no solo a los sordos de nuestro sector, sino también de casa en casa. Espero con ansia el tiempo en que podré oír y ver. Tengo fe plena en las promesas del Dios que no puede mentir.”—Heb. 6:17, 18.
TOMARON DE SU TIEMPO PARA COMPARTIR SU ESPERANZA
El viernes por la mañana, en su asamblea, muchos Testigos aprovecharon la oportunidad de compartir su esperanza con los residentes de las ciudades en las que se celebraron asambleas. Los noticiarios mostraron considerable interés en esta testificación pública. Una cantidad de reporteros, en calidad de observadores, hasta acompañaron a los Testigos en esta actividad.
En Providence, Rhode Island, un reportero escuchó a una señora de 72 años decir a un Testigo: “Esta mañana yo estaba tan furiosa que quería ir a Washington y volarlo.” Después que el Testigo dirigió la atención de ella a la solución que la Biblia señala para los problemas mundiales, ella contestó: “Supongo que usted tiene razón. Quizás usted tiene la actitud correcta... un modo de pensar positivo. ¿Sabe una cosa? Ya me siento más alegre. Ya ni siquiera siento el deseo de hacer que Washington vuele en pedazos.”
La serie de asambleas “Esperanza Viva” han probado ser en verdad una bendición para todos los asistentes, así como para muchas otras personas a quienes se llevó el mensaje de la Biblia en las ciudades donde se celebraron las asambleas. Si usted está entre los que buscan una brillante esperanza para el futuro, lo invitamos a hablar con los testigos de Jehová la próxima vez que lo visiten. ¿Por qué no investiga usted mismo cuán poderosa puede ser la fuerza de una esperanza dada por Dios en su vida?
[Ilustración en la página 5]
Wayne Patrick, paralítico desde el nacimiento y ahora anciano cristiano, escuchó desde su cama el programa de la Asamblea “Esperanza Viva”
[Ilustración en la página 6]
Cinco generaciones de esta familia disfrutaron de la asamblea celebrada en San Antonio, Texas
[Ilustración en la página 7]
John C. Booth, del Betel de Brooklyn, examina junto con tres jóvenes Testigos una publicación presentada en la asamblea