¿Continúa usted progresando?
¿Qué progreso es de la mayor importancia? ¿Cómo se puede lograr?
EN TODO nivel de la sociedad hay interés en progresar. Los gobiernos instituyen programas para el progreso cultural, educativo y económico de sus ciudadanos. Las corporaciones comerciales siempre están a la mira de hombres con inclinación progresiva que sirvan en puestos de administración. Y, ¿qué padre no se siente gozoso al notar elogio en el “Informe de Progreso” que su hijo trae a casa de la escuela?
Así, pues, sin importar a dónde miremos hoy, observamos que la gente se interesa en el progreso. Sin embargo, una breve meditación revela que el progreso en que la mayoría se interesa es de naturaleza económica o materialista. Poco o ningún énfasis se da a los valores morales o espirituales. Como resultado, estamos presenciando en escala global lo que le sucedió a la antigua nación de Israel cuando se dio demasiado énfasis al aspecto material de la vida.
Reconociendo el hecho de que las personas que tienen prosperidad material fácilmente pueden olvidarse de Dios y poner su confianza en sí mismas, Moisés, el profeta de Dios, le dio esta advertencia a aquella nación cuando estaba para tomar posesión de la tierra rica que Dios le había prometido:
“Cuídate de que no vayas a olvidar a Jehová tu Dios de modo que no guardes sus mandamientos y sus decisiones judiciales y sus estatutos que yo te estoy mandando hoy; por temor de que comas y realmente te satisfagas, y edifiques casas buenas y realmente mores en ellas, y aumenten tu vacada y tu rebaño, y se te aumenten la plata y el oro, y aumente todo lo que es tuyo; y tu corazón realmente se eleve y realmente olvides a Jehová tu Dios.”—Deu. 8:11-14.
Más tarde la historia bíblica nos dice que eso fue exactamente lo que sucedió: “Israel empezó a olvidar a su Hacedor.” (Ose. 8:14) ¡Pues, hasta se pusieron a adorar a un dios falso materialista llamado Baal, atribuyéndole a él su prosperidad material! Así que, en vez de adquirir mayor favor con el Dios verdadero, Jehová, la nación retrocedió. O, como Jehová mismo lo expresó, “se hicieron retrógrados en dirección y no adelantadores.” (Jer. 7:24) Por no progresar espiritualmente debido a falta de fe la nación por fin fue rechazada por Dios.—Heb. 3:19.
En cuanto a los juicios que Dios ejecutó sobre aquella nación de Israel el apóstol cristiano Pablo escribió: “Estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos, y fueron escritas para amonestación de nosotros.” (1 Cor. 10:11) Ahora bien, ¿qué lección que nos sirva de amonestación, de advertencia, debemos aprender de esa nación que ‘se hizo retrógrada en dirección y no adelantadora’? La lección de que si no continuamos aumentando en fe para con Dios, si no continuamos progresando espiritualmente, mereceremos la desaprobación de Dios.
Por eso, ¿está usted progresando espiritualmente? ¿Está usted aumentando en fe?
LA FE ESENCIAL PARA PROGRESAR
A la mención de fe mucho se inclinan a responder: “¡Oh, yo tengo fe en Dios!” No obstante, muchos de éstos ni siquiera han leído la Biblia, la Palabra de Dios. Por lo tanto, lo que quizás sepan acerca de Dios sencillamente es lo que otros les han dicho. Y en este día y era cuando tantos están representando falsamente a Dios estamos justificados al preguntar: “¿Realmente tienen estas personas un conocimiento exacto de Dios?” Por lo general no lo tienen. Si deseamos conocimiento exacto es vital que estudiemos personalmente la Biblia.
La fe verdadera es la convicción firme que está basada en un conocimiento exacto de la Palabra de Dios, que es la verdad. (Rom. 10:17; Juan 17:17) La Biblia define la fe verdadera como “la expectativa segura de cosas esperadas, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplan.” La fe verdadera se funda en “realidades,” no rumores.—Heb. 11:1.
En consecuencia, sin un conocimiento exacto de la Palabra de Dios es imposible tener la fe con la cual agradar a Dios. El que usted continúe progresando espiritualmente o no, realmente depende de la profundidad de su aprecio a Dios y sus provisiones para la vida. Tal aprecio aumenta en relación con el conocimiento que usted obtenga de él. Por consiguiente, ¿qué está haciendo usted para aumentar su conocimiento de Dios de modo que su aprecio se haga más profundo, de modo que su fe sea edificada?
NECESIDAD DE AUMENTAR EN CONOCIMIENTO EXACTO
Es posible que usted tenga algún conocimiento de la Biblia por haberla leído. O es posible que hasta haya estudiado la Biblia con los que distribuyen esta revista, los testigos cristianos de Jehová. Y quizás usted haya asistido a algunas de las reuniones de ellos en el Salón del Reino local. Cuando usted medita en el conocimiento que tiene ahora de la Biblia en comparación con el conocimiento que tenía cuando llegó a conocer por primera vez a los testigos de Jehová, muy probablemente descubra que su conocimiento bíblico exacto ha aumentado. Pero, ¿continúa usted logrando adelantamiento espiritual? ¿Tiene usted ya “fe que resulta en conservar viva el alma”? (Heb. 10:39) ¿O ha permitido usted que las inquietudes de la vida estorben su progreso espiritual?
Jesús, en su ilustración del sembrador, manifestó que habría personas que oirían la palabra de verdad, pero que permitirían que “la inquietud de este sistema de cosas y el poder engañoso de las riquezas” estorbaran su progreso espiritual. (Mat. 13:22) Aunque es verdad que en casi todas partes de la Tierra se está haciendo más difícil suministrar los artículos de primera necesidad de la vida, ¿es esto razón para permitir que ‘la palabra sea ahogada’? Jesús mostró que los que están demasiado preocupados con los artículos de primera necesidad cotidianos, preguntándose qué se pondrán y qué comerán, realmente carecen de fe. (Mat. 6:30) Si tenemos el mismo deseo que los apóstoles de Jesús, que dijeron: “Danos más fe,” entonces no desatenderemos nuestras necesidades espirituales a causa de la inquietud por cosas materiales.—Luc. 17:5.
También, hay muchas personas que aman la Palabra de Dios pero que permiten que parientes o amigos los desanimen de tomar en serio el estudio de la Palabra de Dios. Pudiera decirse que estas personas tienen un impedimento en su progreso espiritual porque están presas en un lazo, pues “el temblar ante los hombres es lo que tiende un lazo.” (Pro. 29:25) ¿Se halla usted preso en ese lazo? Si tal es el caso, entonces le sería beneficioso recordar que no es el hombre, sino Jehová Dios el que “debe ser el objeto de su temor, y él debe ser Quien los haga temblar.”—Isa. 8:13.
Debemos tenerle temor reverente a Dios, un temor de desagradarle. “Jehová está complaciéndose en los que le temen,” pero en cuanto a aquel que “se retrae” él dice: “Mi alma no se complace en él.” (Sal. 147:11; Heb. 10:38) Por eso, es obvio que no podemos retraernos o transigir si queremos recibir la aprobación de Aquel que nos puede remunerar con vida eterna.
Los que con buen éxito están venciendo los desafíos a su fe reconocen la necesidad de desarrollar su fe por medio del estudio regular de la Biblia y por medio de asociarse con regularidad con el pueblo que lleva el nombre de Dios. Reconocen la necesidad de ser ‘nutridos con las palabras de la fe’ para hacerse firmes en la fe. (1 Tim. 4:6) En su deseo de ‘crecer a la salvación’ han formado “el anhelo por la leche no adulterada que pertenece a la palabra.” (1 Ped. 2:2) No están satisfechos con el estudio infrecuente de la Biblia ni con el alimentarse de vez en cuando a la mesa espiritual de Dios en las reuniones de congregación. Para que usted ‘siga aumentando en el conocimiento de Dios,’ tiene que seguir el excelente ejemplo de fe de esas personas.—Col. 1:10.
HACIENDO DECLARACIÓN PÚBLICA DE SU FE
A medida que usted continúe adquiriendo cada vez más conocimiento y entendimiento de la verdad de la Palabra de Dios, descubrirá que su fe en Dios va aumentando. La expectativa segura del cumplimiento de las promesas de Dios en cuanto a un nuevo orden de justicia llegará a ser la expectativa de usted. Cuando usted lea en la Biblia los destellos proféticos del nuevo sistema de cosas de Dios dados con anticipación allí, dentro de usted se irá cultivando la esperanza de vivir en ese tiempo para disfrutar de sus bendiciones. (2 Ped. 3:13; Rev. 21:3, 4) Y muy naturalmente usted sentirá el impulso de hablar a otros acerca de su esperanza basada en la Biblia, de hablar desde la abundancia de su corazón.—Mat. 12:34.
El apóstol cristiano Pablo sintió el impulso de hacer declaración pública de su fe. (Rom. 10:10) Sabía que la voluntad de Dios “es que hombres de toda clase sean salvos y lleguen a un conocimiento exacto de la verdad.” (1 Tim. 2:4) Debido al conocimiento exacto que tenía de la verdad, se consideraba deudor de todos. Sobre declarar las buenas nuevas dijo: “Por mi parte me siento deseoso de declarar las buenas nuevas . . . Porque no me avergüenzo de las buenas nuevas; son, en realidad, el poder de Dios para salvación a todo el que tiene fe.” (Rom. 1:14-17) ¿Manifestará usted el vivo deseo que sentía Pablo de compartir las buenas nuevas, o se avergonzará usted de las buenas nuevas y por eso se quedará callado?
El apóstol Pablo no fue una persona que aceptara la bondad inmerecida de Dios y dejara de cumplir su propósito. (2 Cor. 6:1) Comprendió que verdaderamente estaba en una carrera que tenía como premio la vida, y estaba resuelto a correr de tal manera que pudiera alcanzarlo. “Por lo tanto,” dijo él, “la manera en que estoy corriendo no es incierta.” (1 Cor. 9:24-27) Más bien, estaba ‘extendiéndose hacia adelante a las cosas más allá, prosiguiendo hacia la meta para el premio.’ Estaba progresando en el camino que conduce a la vida y nos estimuló a hacer lo mismo, al decir: “Hasta donde hemos progresado, sigamos andando ordenadamente en esta misma rutina.”—Fili. 3:13-16.
¿A qué grado ha progresado usted? ¿Significa el alcanzar el premio de la vida tanto para usted como significó para Pablo, o está usted corriendo inciertamente, cojeando sobre dos diferentes opiniones, por decirlo así? Si usted todavía no está sirviendo a Dios con un corazón completo, entonces, ¿no aplican en su caso las siguientes palabras del apóstol cristiano Pedro: “Basta el tiempo que ha pasado para que ustedes hayan obrado la voluntad de las naciones”? (1 Ped. 4:3) Sabiendo que la voluntad de las naciones no puede prevalecer sobre la voluntad de Dios, ¿no debería usted responder positivamente a la pregunta: “¿Quién está de parte de Jehová?” (Éxo. 32:26) Pero quizás usted pregunte: “¿Cómo puedo declararme de parte de Dios?”
DECLARÁNDOSE DE PARTE DE DIOS
Usted puede declararse de parte de Dios reconociendo humildemente que él es ‘digno de recibir la gloria y la honra porque creó todas las cosas,’ que “por él tenemos vida y nos movemos y existimos.” (Rev. 4:11; Hech. 17:28) Este reconocimiento tiene que ser respaldado por una decisión de parte de usted de hacer la voluntad de Dios. Ésta debe ser una decisión que se base en el conocimiento que usted haya adquirido de Dios y de sus propósitos, y en un deseo sincero de hacer su voluntad. Y, ¿cómo se le debe dar a conocer a Dios este reconocimiento humilde y decisión de servirle?
Apropiadamente se le da a conocer a Dios en oración, tal como lo hizo Jesús cuando se presentó para hacer la voluntad de su Padre. En ese tiempo dijo: “¡Mira! He venido para hacer tu voluntad.” (Heb. 10:9) La decisión de usted, o su dedicación para hacer la voluntad de Dios, es un paso muy importante hacia adelante en su vida de alabanza a Dios. Después de darlo, entonces debe demostrar a otros que usted ha optado por hallarse de parte de Jehová sometiéndose al bautismo en agua, según el ejemplo de Jesús.—Mat. 3:13-17.
Según se ve a la luz de la profecía bíblica, los acontecimientos mundiales de la actualidad significan que el tiempo que queda en el cual usted puede identificarse de parte de Dios se ha acortado mucho. Ya dentro de poco Dios pondrá en la mente de los gobernantes de la Tierra el destruir completamente lo que queda del imperio mundial de la religión falsa, “Babilonia la Grande.” Ese día de la ejecución del juicio de Dios sobre la religión falsa vendrá súbitamente, velozmente. Entonces será demasiado tarde para escapar de ese sistema semejante a ramera que mantiene en esclavitud a todos los que no disfrutan de la libertad que solo proviene de la adoración verdadera. Por lo tanto, es urgente que usted dé el paso positivo de declararse de parte de Jehová sin demora.—Rev. 17:5, 16, 17; 18:21.
Gran gozo viene como resultado de efectuar adelantamiento espiritual. Y, debido a que el destino eterno de uno está envuelto en ello, realmente no hay adelantamiento que sea más urgente. No se desanime por los pasos progresivos que hay que dar para alcanzar la madurez cristiana. A medida que su fe aumente por recibir usted la Palabra de Dios en un corazón recto y bueno, el aumento de fe lo impelerá a dar cada paso lógico hacia adelante.
Tal como un niño progresa hacia la edad adulta poco a poco, de la misma manera usted puede esperar llegar a estar completamente desarrollado en sentido espiritual. Y tal como los padres amorosos están atentos para ayudar a su hijo a adelantar hacia la madurez física, mental y emocional, así los testigos cristianos de Jehová están deseosos de ayudarle a usted a efectuar progreso hacia la madurez espiritual. Sienten un gozo singular al ver a las personas con quienes estudian la Biblia adelantar en conocimiento y entendimiento de los propósitos de Dios hasta el grado de también llegar a ser siervos activos de Dios. Por lo tanto, acepte la ayuda de ellos con la plena seguridad de que la ofrecen sin motivo egoísta, sino más bien por “amor” genuino que “no busca sus propios intereses.”—1 Cor. 13:4, 5.