¿Qué encierra el futuro para las Naciones Unidas?
EVIDENTEMENTE las Naciones Unidas están entrando en una era de vigor y prominencia renovados en la escena mundial. En el futuro cercano estarán envueltas en acontecimientos de impacto sacudidor del mundo. ¿A qué se debe esto?
El conflicto del Oriente Medio en octubre de 1973 y su secuela ayudaron a restaurar mucho del prestigio de las N.U. Cierto, las potencias grandes desempeñaron papeles dominantes en los arreglos de tregua entre Israel, Egipto y Siria. Pero como escribe el historiador finlandés Max Jakobson en el Saturday Review/World (23 de marzo de 1974):
“Aun las superpotencias encontraron que no podían prescindir enteramente de las Naciones Unidas. El acuerdo de cesar el fuego negociado . . . fue legitimado por el Consejo de Seguridad [de las N.U.]. Las Naciones Unidas suministraron la supervisión del terreno. La vista de las boinas azules a lo largo de las riberas del canal de Suez revivió la fe entre los creyentes: Las Naciones Unidas se necesitaban después de todo.”
De la designación del secretario general de las N.U., Kurt Waldheim, como presidente de la conferencia de paz del Oriente Medio, el reportero de las N.U., Anthony Astrachan, dice:
“Su papel como presidente de las conversaciones de apertura sobre la paz en Ginebra puede ser simbólico, pero los símbolos desarrollan importancia, si no desarrollan poder. Moscú y Washington . . . lo cultivan ahora para proteger sus opciones con el mundo.”
El más reciente conflicto en Chipre también enfocó muy claramente el papel de mantenedor de la paz de las N.U.
PROBLEMAS QUE CLAMAN POR ACCIÓN INTERNACIONAL
Pero el Oriente Medio solo es una parte pequeña del cuadro global. Hay, mundialmente, una comprensión creciente de la necesidad de acción unida veloz, internacionalmente, para enfrentarse con los problemas severos que ahora ascienden en el horizonte de la humanidad.
Enormes regiones de la Tierra se encuentran ahora en lamentable necesidad de alimento. Pero los graneros del mundo virtualmente están vacíos de abastecimientos de reserva. Mientras tanto la población del mundo continúa ascendiendo constantemente... setenta y ocho millones más en 1973.
La pobreza se profundiza. Según el presidente del Banco Mundial, Robert McNamara, 800.000.000 de personas logran vivir actualmente con aproximadamente treinta centavos de dólar al día. En otros países más acaudalados, la inflación desenfrenada produce precios que se elevan estratosféricamente, y las monedas nacionales por lo general se enfrentan a su peor tiempo de inestabilidad.
El poder destructor de las armas desarrolladas por las grandes potencias en años recientes hace parecer realmente pequeñas a las bombas atómicas de la II Guerra Mundial. Ahora, por explosión de un dispositivo nuclear, la India ha llegado a ser el sexto miembro del ‘Club de Armas Atómicas.’ La probabilidad de que otras naciones sigan este derrotero aumenta la probabilidad de que algún miembro del ‘club’ recurra a armas nucleares en un conflicto futuro. La destrucción que se podría desarrollar hace vacilar la imaginación.
Las demandas de recursos energéticos están sobrepujando los abastecimientos disponibles. La crisis energética ha empujado a último término la preocupación por la contaminación. Pero el problema de la contaminación del aire, tierra y mares del planeta Tierra no desaparece así. Continúa y empeora.
Hablando acerca de estos problemas ante las Naciones Unidas, el secretario de estado de los EE. UU., Henry Kissinger, dijo: “Los desafíos de esta magnitud no se pueden resolver por un mundo fragmentado en naciones-estados autónomos o bloques rígidos.” La situación requiere acción colectiva en escala mundial. Pero todavía hay otros factores que realzan la posición de las Naciones Unidas.
OTROS FACTORES BÁSICOS
Como señala el Dr. George W. Shepherd, el mundo ya no es como un tablero de ajedrez en el cual las dos superpotencias se enfrentaban una a la otra, con las naciones europeas como los caballos y los alfiles, y las naciones del “Tercer Mundo” como peones. “Es por eso,” dice este profesor de la Universidad de Denver, “que estamos viendo un reavivamiento de [las Naciones Unidas].”
Aunque anteriormente las naciones del “Tercer Mundo” solo podían hacer ruido en las N.U. y aprobar resoluciones que nunca eran puestas en vigor, las potencias grandes ya no pueden tratar a estas naciones más pequeñas a la ligera. El reciente boicot del petróleo árabe mostró el poder potencial que existe en el “Tercer Mundo.” Esto es cierto no solo de las tierras ricas en petróleo. Muchas de las materias primas y minerales básicos —estaño, cinc, cobre, manganeso, uranio, mineral de hierro, bauxita (para producir aluminio)— de los que dependen fuertemente las naciones industrializadas, provienen de estas llamadas naciones “subdesarrolladas.” ¿En qué puede resultar esto?
Un artículo en el periódico alemán Schwabacher Tagblatt dice que sería asombroso si estos países más pobres fuesen a resistir por largo tiempo la tentación de “desafiar a las llamadas naciones ricas y doblar los músculos de su despertada autoconfianza,” imitando a las naciones árabes. El artículo añade: “Cuando sintamos el agarro de la despertada autoconfianza de estos países alrededor de nuestra manzana de Adán, entonces será demasiado tarde . . . surgirán problemas sociales en nuestro mundo industrial con dimensiones como nunca antes nos han confrontado.”
Todo esto aumenta la inseguridad que mueve a las naciones políticas, grandes y pequeñas, a buscar acuerdos globales Y acción que traiga alivio. El interés en la paz y la seguridad agarra fuertemente a las naciones hoy día como rara vez antes en la historia y ha producido una actitud dominante o “espíritu” que está moviendo a las naciones cada vez más a pensar y obrar sobre una base global. Señalando por qué se puede esperar que se dirijan con más frecuencia a las Naciones Unidas como su instrumento, el ex-embajador de los EE. UU. a las N.U., Charles W. Yost, dice:
“Las N.U., a pesar de todo, tienen una enorme ventaja sobre todos los otros medios para la conducta de las relaciones internacionales... son una institución permanente. Sin importar cuáles sean los méritos de las reuniones en la cumbre, conferencias regionales, acuerdos bilaterales y multilaterales, todos descansan sobre las arenas mudables del acaudillamiento y opinión pública caprichosos y cambiables. Solo las N.U., como los gobiernos nacionales, se basan firmemente en una constitución y unidades administrativas que tienen vida propia y que duran de década en década.”
LO QUE REVELA LA PROFECÍA BÍBLICA
Sin embargo, la respuesta concluyente en cuanto a lo que encierra el futuro para las Naciones Unidas no se halla analizando las condiciones o tendencias mundiales. Se halla en la inspirada Palabra de Dios, la Biblia, y sus profecías. Los acontecimientos y tendencias del día presente confirman lo correcto de esas profecías.
En la Biblia, a las potencias mundiales políticas se les representa bajo el símbolo de bestias. (Vea Daniel 7:17, 23; 8:20-22.) El capítulo 17 del libro de Revelación predice una organización política compuesta, combinando en sí los restos de las potencias mundiales de la historia. Está representada bajo el símbolo de una bestia de siete cabezas (cada cabeza representando a una potencia mundial, las cuales se cuentan sobre la base de su efecto sobre los siervos del Dios verdadero) con diez cuernos, los cuernos representando la totalidad de los gobiernos políticos terrestres. Esta organización habría de desaparecer de la escena por un tiempo, cayendo como si fuese en un hoyo de inactividad semejante a la muerte. Luego volvería a aparecer y se movería a su destino final.
Las Naciones Unidas, con su predecesora, la Sociedad de Naciones (que entró en un período de inactividad semejante a muerte durante la II Guerra Mundial), cuadran con esta descripción simbólica. Tal como los gobiernos representados por los “diez cuernos” obtuvieron autoridad aumentada sobre una escala mundial por medio de asociarse con la organización política compuesta, así también vemos que aun naciones pequeñas han conseguido una voz, importancia y poder por medio de ser miembros de las Naciones Unidas.—Rev. 17:7-13.a
Como se representó proféticamente, estos reyes simbólicos diferentes “tienen un solo pensamiento.” (Rev. 17:13) Es decir, aunque no están de acuerdo en numerosas proposiciones, están unidos en su determinación de utilizar un proyecto humano para establecer paz y seguridad duraderas en escala global. Al proceder así, rechazan la propia provisión de Dios para efectuar esto: su reino por medio de Cristo Jesús. Por lo tanto la profecía muestra que esta organización política internacional pelea contra el Rey nombrado de Dios y contra los que están de parte de él en la cuestión. Esto hace inevitable la destrucción final de esa organización política compuesta y todos sus miembros y apoyadores, abriendo el paso así para el propio gobierno de Dios de la Tierra.—Rev. 17:14; compare con Daniel 2:44.
Pero antes de pasar de la escena terrestre, esa organización política compuesta cumplirá otro rasgo de la profecía divina. La Biblia muestra que las naciones miembros de la organización por largo tiempo han estado bajo la engañosa dominación de sistemas religiosos mundanos, los cuales forman un imperio mundial de religión falsa representado en Revelación por una mujer meretricia llamada “Babilonia la Grande.” Pero la profecía muestra que las potencias políticas se cansarán de la hipocresía, el entremetimiento, las demandas de los sistemas religiosos meretricios y se volverán contra ellos, devastándolos completamente.—Rev. 17:1-6, 15-18.b
Aunque parece extraño, precisamente cuando esta organización global parezca alcanzar el cenit de su prominencia, aparentemente en el umbral de establecer un fundamento político para paz y seguridad, simultáneamente se acercará al punto de su propia caída. Como fue inspirado el apóstol Pablo a escribir: “Cuando sea que ellos estén diciendo: ‘¡Paz y seguridad!’, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente.” (1 Tes. 5:2, 3) Y, aunque después de dicha proclamación esta organización mundial participará en su acto más dramático y sacudidor del mundo —la destrucción del imperio mundial de la religión falsa— ese acto no la protegerá de ser destruida por Dios como una falsificación, un esfuerzo fútil y rebelde para sustituir con un arreglo político el reino prometido de Dios.
Por esta razón crecientes cantidades de personas en más de 200 países e islas del mar, sí, gente de muchas naciones, ahora se unen en cifrar su plena confianza y esperanza, no en un sistema político de este mundo afligido, sino en el gobierno de Cristo Jesús, el cual gobierno con base en el cielo es la fuente verdadera de paz y seguridad duraderas para esta Tierra.
[Notas]
a Para información adicional sobre esta profecía, vea el libro God’s Kingdom of a Thousand Years Has Approached, págs. 308-311.
b Vea el libro “¡Babilonia la grande ha caído!” ¡El reino de Dios domina!, págs. 173-179, para una explicación más detallada.