¿Aprueba Cristo la Navidad?
EN MUCHAS partes de la Tierra es común ver belenes (nacimientos) durante las Navidades. En ellos a menudo hay figuras de tamaño casi natural del niño Jesús en un establo, con María, José, pastores, los reyes magos y algunos animales. ¿Aprueba Cristo tales representaciones de Navidad?
De hecho, ha habido mucha polémica sobre la pertinencia de los belenes, e incluso se ha debatido la cuestión en el Tribunal Supremo de los Estados Unidos. La revista Time del pasado mes de diciembre informó: “Gracias a una decisión del Tribunal Supremo de principios de año, las representaciones de Navidad también adornan este año los parques públicos y edificios de algunos municipios que habían dejado de tenerlas durante el tiempo en que se estaba debatiendo esta cuestión”.
Pero, en realidad, la cuestión de si es legal colocar belenes en el dominio público aún se está debatiendo. “La decisión del Tribunal Supremo —sigue diciendo la revista Time— no dejó zanjada la cuestión.” De nuevo este año, en un fallo igualado de cuatro a cuatro con respecto a la legalidad de un belén colocado en Scarsdale, Nueva York, el Tribunal Supremo no se pronunció con claridad.
¿Promueve el cristianismo?
Los que se oponen a los belenes, como la Unión Americana de Libertades Civiles, dicen que las representaciones de Navidad suponen una promoción estatal de la religión y, por lo tanto, violan la constitución. Pero el columnista Bill Hall, al escribir en el Seattle Post-Intelligencer, replica que la Navidad de ningún modo promueve el cristianismo:
“¿De dónde sacó la Unión Americana de Libertades Civiles la idea peregrina de que la Navidad es una fiesta cristiana? Un paseo por cualquier centro comercial de los Estados Unidos durante las Navidades es suficiente para disipar tal idea.
”La Navidad tiene muy poco que ver con el cristianismo. La Navidad es una celebración pagana de abundancia, codicia y glotonería.
”El cristianismo, por otra parte, es una religión en peligro de extinción basada en las enseñanzas de alguien llamado Jesucristo. Era una religión que insistía en la generosidad, el amor y la no violencia. [...]
”A pesar de ello, la UALC ha llegado a la hilarante conclusión —probablemente debido a la similitud de los nombres— de que la Navidad y las iglesias cristianas actuales tienen algo que ver con el cristianismo auténtico y original. [...]
”La UALC comete la común equivocación de pensar que la Navidad es básicamente una celebración cristiana que los americanos paganos también celebran. Lo contrario es cierto. La gran mayoría de los que celebran la Navidad son personas que no van a la iglesia. Es básicamente una juerga pagana”.
¿La Navidad, “una juerga pagana”? ¿Puede ser eso cierto? ¿No es la Navidad el cumpleaños de Cristo?
¿El cumpleaños de quién?
No, no es el cumpleaños de Cristo. “El día del nacimiento de Cristo no puede deducirse del N[uevo] T[estamento], ni de ninguna otra fuente”, explica la Cyclopedia of Biblical, Theological, and Ecclesiastical Literature. Una cosa es cierta, Cristo no nació el 25 de diciembre. Cuando nació, los pastores estaban en los campos de noche cuidando a sus rebaños, lo cual no hubiera sido posible durante las frías noches de diciembre. (Lucas 2:6-8.)
Además, el ministro luterano John C. McCollister escribió en su reciente libro The Christian Book of Why: “En aquel tiempo todos los cristianos pensaban que la celebración de cualquier cumpleaños (incluso el del Señor) era una costumbre de los paganos. En un esfuerzo para divorciarse de todas las prácticas paganas, los cristianos primitivos evitaron fechar el nacimiento de Jesús”.
¿Cuál es el origen, pues, de la celebración de la Navidad el 25 de diciembre? El libro Celebrations—The Complete Book of American Holidays (Celebraciones: El libro completo de las fiestas americanas), de Robert J. Myers, contesta: “Antes de la celebración de la Navidad, el 25 de diciembre era en el mundo romano el Natalis Solis Invicti, el cumpleaños del Sol invencible. Esta fiesta, que tenía lugar justo después del solsticio de invierno según el calendario juliano, se celebraba en honor del Dios Sol, Mitra”.
“Además de la influencia mítrica —sigue diciendo Myers— otras fuerzas paganas también estaban influyendo.” Los romanos celebraban las licenciosas fiestas saturnales durante la última parte de diciembre, y, según Myers explica: “El clero finalmente introdujo el revuelto mundo de las saturnales en la Iglesia misma”. No es de extrañar que el libro Christmas Customs Around the World diga: “Los puritanos demostraron su rechazo de esta fiesta pagana trabajando especialmente en ese día y promulgando una ley que prohibía la celebración de la Navidad”.
¿La aprueba Cristo?
‘Pero los puritanos eran demasiado rígidos’, algunos pueden objetar, ‘y también lo eran los cristianos primitivos. Actualmente la Navidad honra a Cristo’. ¿Es eso cierto? Cristo siempre defendió la verdad, sin embargo la Navidad fomenta falsedades. (Juan 14:6.) ‘Es el cumpleaños de Cristo’, dicen incluso maestros de escuela y clérigos. ¡Sin embargo no lo es! ‘Santa Claus te traerá regalos si eres bueno’. ¡Pero eso no es cierto! Considere también los belenes.
Muchos de estos muestran a los reyes magos, o astrólogos, junto a Jesús recién nacido. Pero la Biblia dice que cuando los astrólogos visitaron a Jesús, él ya no era un recién nacido en un pesebre, sino un niño pequeño que vivía en una casa. (Mateo 2:7-11.) ¿Cree usted que Cristo puede aprobar una celebración que deforma de este modo la verdad?
Más seria aún es la falsa impresión que da la Navidad de Jesús, representándolo como un recién nacido indefenso. Se oyó una vez a una niña pequeña que estaba mirando un belén preguntar a su madre: “¿Llegó a crecer Jesús?”. ¿Por qué preguntó esto? “Bueno —dijo ella— es que él no ha crecido desde que lo vi el año pasado.” Y esta es precisamente la impresión que da la Navidad, que Cristo es un recién nacido indefenso, no el Rey reinante que pronto limpiará la Tierra de toda injusticia. (Salmo 2:9, 12; 110:1, 2; Revelación 12:5; 19:15, 16.)
Cuando se examinan todas las implicaciones de la Navidad, ¿cómo podría Cristo aprobarla? “Los alcohólicos y sus familias lo pasan especialmente mal porque el espíritu de la Navidad tan frecuentemente viene en botellas”, informó la revista Time. “Y la marca de pintura de labios que se trae de vuelta a casa de la fiesta de la oficina también perturba a incontables millones de personas.” Sí, la Navidad no ha cambiado el espíritu licencioso de sus primeros tiempos.
El libro Curiosities of Popular Customs, de William S. Walsh, observa: “A pesar de la condena de la gente sabia y sensata, la Navidad en los días primitivos frecuentemente reproducía las peores orgías, libertinajes e indecencias de las bacanales y las saturnales. [...] Las delirantes juergas de la Navidad en tiempos antiguos rayan en lo increíble”.
Al pensarlo, es posible que usted concuerde con la opinión que se expresó el pasado mes de diciembre en The Sunday Express, un periódico de Sudáfrica. “Ha llegado de nuevo el tiempo del año —empezaba el artículo— cuando vuelve el espíritu festivo y la gente religiosa dice: ‘Pongamos de nuevo a Cristo en la Navidad’.
”Como Cristo nunca estuvo en ella, lo mejor sería eliminar cualquier referencia a Cristo y llamar a la Navidad por cualquier otro nombre.
”¿Por qué manchar el nombre de Cristo relacionándolo con el mercantilismo, el comer y el beber con exceso, y la juerga?”
¿Qué hará usted?
Con toda seguridad, Cristo no aprueba la Navidad. Le deshonra a él y deshonra sus enseñanzas. De modo que, ¿qué hará usted en ese tiempo del año?
El periódico sudafricano anteriormente citado recomienda: “Seamos más bien honrados y convirtamos de nuevo la Navidad en la fiesta pagana que fue al principio, y relajémonos y disfrutemos de los jolgorios con todos sus adornos típicos, sin pretender que estamos celebrando el nacimiento de Cristo”.
Por supuesto, puede que tal proceder no sea hipócrita, pero Cristo no aprueba las fiestas paganas licenciosas, sea que se celebren en su nombre o no. (2 Corintios 6:14-18.) De modo que si usted desea verdaderamente la aprobación de Cristo, ¿qué debe hacer? El columnista Bill Hall, anteriormente citado, contesta: “Cualquier cristiano auténtico —considerando que aún quedan algunos en el mundo— debe evitar toda asociación con la celebración moderna y mundana conocida como la Navidad”.
Los testigos de Jehová de cualquier parte del mundo hacen precisamente eso. No participan en la celebración de la Navidad porque tratan sinceramente de ganarse el favor de su Rey celestial, Jesucristo. También se esfuerzan por vivir de acuerdo con sus enseñanzas, no solo en ocasiones especiales, sino cada día del año. Si ese también es su deseo, los testigos de Jehová se deleitarán en ayudarle a realizarlo.
[Ilustración en la página 12]
¿Enseñan los belenes la verdad acerca de Cristo?