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Los hijos... ¿bendición, o angustia?¡Despertad! 1981 | 8 de octubre
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Los hijos... ¿bendición, o angustia?
“PARA cuando llegamos a casa yo estaba en estupor,” recuerda un padre que acababa de estropear a un muchacho con su camioneta. El jovencito se había lanzado a la calle repentinamente y la camioneta lo había arrollado. El chillido de los frenos, el deprimente sonido del golpe y la sirena de la ambulancia, todo esto estaba dando vueltas en la cabeza del hombre cuando él finalmente llegó con sus hijos a casa.
“Los muchachos podían ver que me encontraba muy mal,” dijo el padre. Describió que sus hijos entonces hicieron que él se echara sobre el piso de la sala y le dieron un masaje en la espalda. “Hiciste todo lo que pudiste, papá. Hiciste todo lo que pudiste,” dijeron los compasivos jovencitos. El cuidado amoroso que brotaba de aquellas manitos jóvenes a medida que le friccionaban la espalda no solo eliminó la tensión, sino que también ayudó al padre a evitar mucho del trastorno emocional que usualmente es el resultado de tal tragedia.
¡Cuán agradecido estaba este padre por tener hijos como aquéllos! ¿No amaría usted también a jovencitos como ellos? Sí, los hijos pueden ser un deleite.
¡Pero qué diferente fue la escena en otro hogar! En éste, también, el padre estaba echado en el suelo y su hijo e hija estaban rondando alrededor de él. Pero este padre estaba muerto... según habría de informar luego la policía, ¡murió a manos de un asesino que sus propios hijos habían contratado! Ahora las manos ansiosas de los dos jóvenes estaban despojando al padre muerto de $300 (E.U.A.) y de sus tarjetas de crédito, las cuales utilizaron prontamente. “Él no nos dejaba hacer lo que queríamos, como, por ejemplo, fumar marihuana,” dijeron los jóvenes para justificarse.
Muy pocos hijos van hasta el punto de causar la muerte a sus padres, pero millones de hijos se rebelan de otras maneras. Un creciente número de padres están profundamente preocupados por lo que hacen y dicen sus hijos. Con demasiada frecuencia, infantes encantadores se convierten en jóvenes que atacan tanto a sus padres como a la sociedad. En la mente de un sinnúmero de padres persiste la pregunta: “¿Por que se comportan así?”
Hay respuestas, pero son complejas. Hijos de un mismo padre y una misma madre a menudo obran muy diferentemente. Algunos, aun habiendo recibido el mejor cuidado de sus padres, se convierten en delincuentes. También sucede lo opuesto. Un hombre se lamentó así: “Debido a que nací de padres no casados, mi madre me dejó con su hermana, quien me trató sin amor, pues me daba palizas frecuentemente y me consideraba un simple ‘instrumento’ para desempeñar los quehaceres domésticos. Para los catorce años de edad yo me había convertido en un jugador empedernido, y mi tío se mofaba de mí, diciendo: ‘¡Nunca tendrás éxito en la vida!’” No obstante, este hombre ahora está criando bien a 10 hijos.
El relato de este hombre, como veremos más adelante, revela un factor que puede cambiar dramáticamente el comportamiento de una persona en su vida adulta.
SI USTED ES PADRE, O MADRE... el adquirir entendimiento de las razones que pudieran llevar a los hijos a obrar de ciertas maneras puede determinar su fracaso o éxito en desempeñar su papel de padre o madre. Tal conocimiento puede ayudarle a ser más eficaz en sus esfuerzos por educar a sus hijos.
SI ERES HIJO, O HIJA... hay muchas fuerzas poderosas que pueden hacer que te comportes de ciertas maneras. El saber cuáles son éstas y cómo tener éxito al tratar con ellas puede aumentar tu propia felicidad.
Entonces, ¿cuáles son algunas de las razones que hacen que los hijos se comporten como lo hacen?
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¿Qué hace que se comporten así?¡Despertad! 1981 | 8 de octubre
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¿Qué hace que se comporten así?
LOS investigadores creían que habían llegado a comprenderlo todo. Habían examinado cuidadosamente a 200 niños desde la infancia hasta la adolescencia. Habían hecho un análisis de los padres, del ambiente que existía en el hogar y de la disposición de cada niño. Entonces predijeron cuáles de estos niños serían felices en su vida de adultos. La fórmula parecía sencilla... una infancia feliz bajo agradables condiciones de familia produciría felicidad en la vida de adultos de los jóvenes.
Después de esperar hasta que los niños llegaron a la edad de 30 años, volvieron a entrevistarlos. ¡Los investigadores se equivocaron en dos de cada tres de sus predicciones! No hay ninguna manera sencilla de explicar por qué los hijos se comportan como lo hacen. Sin embargo, varios factores desempeñan un papel importante en determinar qué dirección sigue el niño en su desarrollo.
¿NACEN ASÍ?
En gran medida adquirimos nuestra apariencia física de nuestros padres. Pero, ¿qué hay de nuestro comportamiento? Ciertas autoridades, como el Dr. A. H. Chapman, dicen: “El efecto de la crianza es mucho más importante que el efecto de la herencia en el desarrollo de la personalidad del niño. . . . El papel que desempeña la herencia es pequeño.” No obstante, muchos padres están en vigoroso desacuerdo con este punto de vista. Por ejemplo, cierta madre preguntó acerca de su hijo: “¿Cómo puede él imitar tan perfectamente a su padre —con su carácter malo, desafiador y rencoroso— cuando nunca lo ha visto? Su padre [me abandonó] unos dos minutos después de dejarme encinta.”
Recientemente un equipo de científicos estudió a 15 pares de mellizos idénticos; en el caso de cada par, cada mellizo había sido criado por separado del otro. Los científicos quedaron “asombrados al observar las similitudes entre los pares que fueron parte [del estudio].” Puesto que se había separado a los mellizos y éstos se habían criado en diferentes ambientes, los científicos opinaban que la herencia había sido un factor importante en lo que tenía que ver con las notables similitudes de comportamiento. Uno de los científicos, David Lykken, concluyó que el estudio demuestra “que los factores genéticos tienen mucho más poder determinativo e influencia en el comportamiento humano de lo que jamás habíamos creído.”
AMBIENTE
DONDE VIVE EL NIÑO: “Tomasito era el niño más desafortunado que yo había conocido,” empezó a relatar un asistente social que había tratado con jóvenes por cinco años. “Él vivía con diez parientes en un apartamentito de cuatro habitaciones y media en el cual no había agua caliente. . . . En casa Tomasito afrontaba las frustraciones de tener un padre borracho, vivir en una habitación atestada . . . y sentirse absolutamente inútil y como un estorbo.” El muchacho se hizo adicto a la heroína a los 14 años de edad y tres años después murió como resultado de una dosis excesiva de esa droga. Evidentemente, el ambiente en el cual vivió este jovencito le afectó de manera negativa. No obstante, el resultado fue diferente en el caso de otro adolescente, que también vivió en una ciudad de gran población. Su madre informa: “Aunque a veces puedo percibir que Jeff se siente frustrado, el que mis hijos hayan estado entre algunas personas de la cercanía que realmente se han interesado en ellos los ha hecho cariñosos y amigables para con otras personas.”
LO QUE EL NIÑO OBSERVA: Según se informa, en algunos países los niños tal vez dediquen casi 8.000 horas a mirar la televisión antes de alcanzar la edad escolar. Esto tiene que afectar su parecer sobre la vida. “Les enseña que el que tiene el poder tiene la razón,” dice Robert Liebert, sicólogo y uno de los más respetados observadores del comportamiento infantil. “La lección que enseñan la mayoría de los programas de televisión es que las personas ricas, poderosas y mañosas son las que tienen el mayor éxito.”
Además, muchas investigaciones están sacando a relucir que el dedicar mucho tiempo a la televisión incapacita en cierto grado respecto a la adquisición de conocimiento. Una autoridad informa: “Cuando la televisión está puesta, todos se paralizan . . . cesa todo lo que estuviera transcurriendo entre las personas... los juegos, las discusiones, los despliegues de emoción que contribuyen al desarrollo de la personalidad y de las aptitudes. Por eso, cuando uno pone la televisión, apaga el proceso mediante el cual los seres humanos llegan a ser humanos.”
LA DIETA... ¿CUÁN IMPORTANTE?
‘Es muy importante,’ dicen algunos médicos. Esto se ilustra por la experiencia de un muchacho cuya madre dijo: “Tiene siete años de edad y le encanta la escuela una vez que llega allí. Pero tengo que sacarlo de la cama, vestirlo a la fuerza y darle una zurra para que coma. Vomita. Lo llevamos a la escuela en automóvil.” Lamentándose de la situación, agregó: “¿No habrá mejor manera de vivir?” Un médico perceptivo descubrió que el muchacho comía mucho helado cada noche antes de acostarse. Cuando este bocado dulce fue reemplazado con algo más nutritivo, la conducta del muchacho por las mañanas mejoró dramáticamente. En su libro Improving Your Child’s Behavior Chemistry (Mejorando la química del comportamiento de su hijo) el perceptivo médico Lendon H. Smith recalca la importancia de la buena nutrición, y dice: “El que alguien pueda desempeñar sus obligaciones con éxito depende de la alimentación total del cerebro.”
“El comer ‘basura’ puede significar que con el tiempo ‘el cuerpo se convierta en basura,’” informa Science World (22 de febrero de 1979), al señalar el daño que resulta de un aumento en el consumo de bebidas carbonatadas, dulces, bocadillos de salchicha, pasteles de fruta, y así por el estilo, especialmente en el caso de los jóvenes. Por lo menos un estudio ha afirmado que esta clase de dieta puede causar “graves cambios de personalidad, por lo general [haciendo que la persona se haga] muy agresiva e irritable.”
También las alergias a ciertos alimentos y otras sustancias pueden afectar el comportamiento del niño. Al describir a su hijo de 11 años de edad, una madre dijo que era muy malhumorado, y que siempre se hallaba infeliz y taciturno y presto para argüir. Un médico descubrió que el niño tenía una alergia, y los padres informan que el muchacho fue una “nueva persona” después de haber recibido el tratamiento adecuado. Se han informado resultados parecidos en el caso de ciertos niños hiperactivos cuya dieta ha sido cuidadosamente controlada.
EJEMPLO DE LOS PADRES
“Le tenía lástima a mi madre,” explicó un muchacho de 17 años de edad. ¿Cómo demostró tal lástima? A punta de cuchillo acababa de cometer abusos sexuales contra una muchacha. Según dijo él, lo hizo para avergonzar a su propio padre, quien con desparpajo estaba siendo infiel a su esposa.
En vez de rebelarse contra el mal ejemplo de sus padres, muchos hijos reaccionan de otra manera. El libro Who’s Bringing Them Up? (¿Quién los está criando?) explica: “El infante aprende por imitación . . . absorbe todos los hábitos, sentimientos, tensiones, gozos, pesares y modales de los adultos a quienes imita. Niños cuyos padres son violentos tienden a copiar la violencia; los que tienen padres amorosos tienden a imitar este comportamiento.”
Hay muchas fuerzas que afectan la vida del niño, pero como lo expresó un especialista en educación: “Los padres . . . tienen que reconocer que ellos siguen siendo la fuerza más importante en la vida de sus hijos.”
LA BÚSQUEDA JUVENIL DE AMOR Y ACEPTACIÓN
Después de haber estado en el mundo por solo tres meses, cierto infante se dio cuenta de que le faltaba algo vital. Sus persistentes convulsiones fueron su forma más violenta de protesta. Los médicos no podían dar con el problema. “Pero se enteraron de que la madre no había querido al niño, que nunca lo tenía en los brazos ni lo acariciaba, sino que simplemente colocaba un biberón en la cuna cuando era tiempo de alimentarlo,” según se informa en el libro The Secret World of Kids (El mundo secreto de los niños). Cuando las enfermeras mostraron afecto al niño, las convulsiones cesaron.
Buscamos el amor desde el momento de nacer. “Esta búsqueda de un sentimiento de amor y de atención es probablemente la más importante explicación del comportamiento de su hijo,” declara Bruce Narramore, sicólogo de niños. Si se le niega este amor, el niño puede sentirse frustrado y hacer casi cualquier cosa... mentir, robar, causar incendios, envolverse en el abuso de las drogas, en la inmoralidad, y así por el estilo. El deseo de ser amado, que aumenta a medida que el niño crece, se refleja de otra manera también.
LA “MAYOR PRESIÓN” PARA EL JOVEN: ‘No proviene de los profesores, ni del querer recibir buenas calificaciones,’ admite un adolescente. “[La mayor] presión es la que proviene de otros niños.” El deseo de ser aceptado por otros jóvenes dicta el comportamiento de muchos. Un asistente social que trató de reformar a miembros de pandillas de adolescentes violentos informó: “Básicamente lo que están buscando estos desafortunados mocosos es simplemente lo que todos nosotros deseamos... el ser alguien más bien que no ser nadie, el ser reconocido como ser humano, el ser apreciado y aun amado.” (Las bastardillas son nuestras.) Desesperadamente procuran hallar esto entre sus iguales.
¿Exactamente cuán fuerte es el deseo de recibir la aceptación del grupo? Un equipo de médicos decidió enterarse de esto. Hicieron que un grupo de 10 adolescentes entrara en un salón y les mostraron cartelones en los cuales había varias líneas. “Cuando señalemos a la línea más larga,” dijeron los médicos, “hagan el favor de levantar la mano.” Pero, sin que lo supiera cierto joven del grupo, de antemano se había dicho a los demás que votaran incorrectamente.
Cuando llegó el momento de votar, el adolescente a quien los médicos estaban observando quedó incrédulo al notar que los demás votaron por la línea más corta. “Debe ser que entendí mal, y debo hacer lo que hacen los demás; si no, van a reírse de mí,” pensó el joven. Por eso, ¡tuvo cuidado de levantar la mano al mismo tiempo que los demás! Esto se repitió varias veces. Para evitar ‘que se rieran de él,’ no hizo caso de su propia inteligencia. “¡Más del 75 por ciento de los jóvenes sometidos a esta prueba,” informó el Dr. James Dobson, “se comportan de la misma manera!”
¡Cuántos niños no han hecho caso de su propia inteligencia al envolverse en la inmoralidad, el abuso de las drogas, la borrachera y así por el estilo, todo ello debido a su deseo de ser aceptados por el grupo! No obstante, hay otra emoción que afecta el comportamiento de los niños.
“SIEMPRE ME SENTÍA INFERIOR ENTRE MIS AMIGAS”: Así se sentía una joven de 15 años de edad debido a que pesaba demasiado y no tenía novio. Hizo planes para suicidarse. Le salvó la vida un consejero alerta que estaba a cargo de una línea telefónica de emergencia para los casos de suicidio. Esta muchacha no es la única que ha experimentado tales sentimientos.
“¿Sabe usted que más o menos el 80 por ciento de los adolescentes de nuestra sociedad están descontentos con su apariencia? ¡El 80 por ciento!,” informa el Dr. Dobson en su libro Preparing for Adolescence. Sí, ¡se creen demasiado altos o demasiado bajos, demasiado gordos o demasiado delgados! Otros se sienten incómodos debido a granos que les salen en la cara. Además, en este tiempo en que muchos padres dan importancia a lo que el hijo logra, más bien que a lo que él es interiormente, los jóvenes frecuentemente se sienten desilusionados de sí mismos y tienen poco amor propio. Muchos de ellos se rebelan, cometen actos de vandalismo, obran de manera brutal y áspera, están en constante movimiento, simplemente debido a que no pueden vivir consigo mismos.
EL FLORECIMIENTO DEL APETITO SEXUAL: Una glándula diminuta situada en la base del cerebro empieza a dar “mandatos” agudos a los adolescentes. La glándula pituitaria, de hecho, dice al cuerpo: ‘¡Vamos, prepárate para ser padre, o madre!’ Las secreciones de las glándulas endocrinas hacen que los órganos sexuales maduren. Pero estas hormonas hacen mucho más.
“Durante la adolescencia ocurren . . . en las glándulas endocrinas cambios que estimulan orgánicamente al joven o a la joven a excitarse. Los jóvenes son realmente vapuleados por sus secreciones endocrinas, que finalmente tienen que alcanzar un nuevo equilibrio,” declara The Story of Human Emotions, por G. M. Lott, M.D. Sí, estas hormonas ‘realmente vapulean’ las emociones de los adolescentes. Durante este período el adolescente empieza a hacer valer su independencia. Probablemente aumente su interés en alguien del sexo opuesto.
La Biblia describe este período como “la flor de la juventud” y recomienda que uno se case después de haber “pasado” de este período. (1 Cor. 7:36) La palabra griega que se utilizó originalmente (hyperakmos) literalmente se refiere a estar más allá del ‘punto máximo de cualquier cosa, el florecimiento pleno.’ Durante la pubertad, por primera vez florece o se hace intenso el apetito sexual de la persona joven. Hace cien años, por término medio las muchachas tenían su primera menstruación a los 16 años de edad, pero ahora la tienen a los 12 años de edad. Esto agrava el problema, pues algunas muchachas que apenas están en la adolescencia se ven ahora obligadas a enfrentarse a situaciones ante las cuales no saben qué hacer.
Cuando los adolescentes permiten que el apetito sexual los domine, los resultados frecuentemente son trágicos... enfermedades venéreas, preñeces no deseadas, abortos y falta de un sentido de dignidad. Es necesario controlar tales deseos. (Col. 3:5) Al reflexionar sobre esta etapa de su vida, un estudiante universitario admitió: ‘A los quince años de edad tuve, por primera vez, relaciones sexuales con la chica a quien quería. Habíamos hecho todo menos aquello, y entonces una noche ella me preguntó si podíamos hacerlo todo. Unos cuantos días después rompimos nuestra relación. Aquel fue el tiempo más doloroso de mi vida. Estuve deprimido, malhumorado y nervioso. Me parecía que era un fracaso.’
Evidentemente son muchos los factores que contribuyen a que los niños se comporten como lo hacen. Cada niño es diferente, de modo que no todos reaccionan o responden de la misma manera a las mismas influencias. Lamentablemente, las acciones de algunos dejan cicatrices emocionales que duran toda la vida. ¿Qué pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos a evitar tales heridas? ¿Habrá también algo más que ayude a garantizar buenos resultados?
[Ilustración en la página 5]
Demasiada televisión puede incapacitar respecto a la adquisición de conocimiento, y algunos programas pueden enseñar mala conducta
[Ilustración en la página 6]
El consumo constante de alimentos de limitado valor nutritivo puede llevar a comportamiento agresivo
[Ilustración en la página 7]
Los hijos de padres amorosos tienden a imitar el comportamiento de éstos
[Ilustración en la página 8]
El deseo de ser aceptado por otros jóvenes dicta el comportamiento de muchos
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¿Qué pueden hacer los padres para ayudar?¡Despertad! 1981 | 8 de octubre
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¿Qué pueden hacer los padres para ayudar?
EL DR. Bruce Narramore, sicólogo, informa: “Se cuenta el relato de un practicante de sicología infantil que comenzó a ejercer su profesión con cuatro teorías y ningún hijo. ¡Años después tenía cuatro hijos y ninguna teoría!”
Sí, las teorías acerca de la crianza de los hijos llegan y se van. Pero usted solo tiene una oportunidad para criar a su hijo. ¿Cuál es el mejor modo?
En medio de opiniones en conflicto en cuanto a la crianza de los hijos, una fuente ha provisto pautas que consecuentemente han tenido éxito. Esta fuente es la Biblia. Vea en las siguientes páginas: (1) lo que ésta recomienda, (2) por qué está ayudando en la actualidad a millones de personas de todo el mundo a ser mejores padres y (3) cómo poner en práctica el consejo de la Biblia en su hogar.
¿No muestran los padres amor al alimentar, vestir y albergar a los hijos?
Sí, y a menudo esto significa años de sacrificio para los padres. Pero, quizás el padre solo pueda suministrar a su familia escasas provisiones, “verduras.” Sin embargo, si éstas se proveen “con amor,” entonces, según muestra la Biblia, son mejores “que carne de res con odio.” (Pro. 15:17, Versión Popular) El amor es de mucho más valor que una buena comida. Los hijos prosperan cuando se les muestra afecto... unas palabras de compasión cuando tienen una lesión en la rodilla, un cálido abrazo, el felicitarlos o simplemente decirles: “¡Estoy tan orgulloso de ti!” Es preciso que los hijos perciban, de una manera que sus mentes jóvenes puedan entender, el genuino afecto e interés de sus padres.
Pero, ¿cómo se puede amar a un niño que se porta mal?
No es fácil. Sin embargo, la Biblia recalca el compartir “sentimientos como compañeros.” (1 Ped. 3:8) A menudo puede que haya razones subyacentes para la mala conducta del niño. Por ejemplo, cierto joven comenzó a portarse mal en la escuela. El preocupado padre de este muchacho, quien por horas habló con su hijo, dijo: “Continuamos mostrándole que le teníamos cariño. Entonces nos dijo lo que andaba mal.” Otros niños lo molestaban porque usaba un audífono, de modo que él se portaba mal en la clase para ganarse la aprobación de ellos.
El padre tuvo ‘sentimientos de compañero’ para con él y, después de varias otras conversaciones reconfortantes, el comportamiento del muchacho mejoró. Años más tarde, el muchacho escribió a sus padres lo siguiente: “Yo sé que hice algunas cosas que les disgustaron, pero gracias por no haberse dado por vencidos respecto a mí.” Frecuentemente la frustración, la envidia, la ira reprimida, el temor y la inseguridad pueden impulsar a la mala conducta.
¿Qué hay si el niño nace con características indeseables?
Tal vez usted observe la misma debilidad en usted mismo o en su cónyuge. Esto debe producir en usted ‘sentimientos de compañero’ al igual que le debe proporcionar datos esenciales para aconsejar a su hijo con buen juicio. Por ejemplo, una madre notó que su hijo de nueve años era tan retraído como ella había sido retraída durante su niñez. Dijo: “Hablé con él sobre este asunto, y le mencioné que la manera en que él se sentía y las cosas que estaban pasando dentro de él me habían afectado a mí también cuando era joven. Solía decirle: ‘Yo sé como te sientes, Rowland, porque yo todavía estoy trabajando en ello.’ Como resultado de esto estamos más unidos, y él es más comunicativo.”
¿Cómo pueden saber los padres que algo realmente perturba a un hijo?
Los sentimientos y pensamientos del niño, sus verdaderas intenciones, yacen en su corazón como agua en el fondo de un pozo profundo. ¡Es difícil sacarlos! “El consejo [propósito o intención personal] en el corazón de un hombre es como aguas profundas, pero el hombre de discernimiento es el que lo sacará.” (Pro. 20:5) Algunas preguntas de sondeo ‘pueden sacar’ tales sentimientos. Se necesita DISCERNIMIENTO para evaluar cuándo un niño se está rebelando deliberadamente y cuándo está portándose mal debido a frustración.—Pro. 24:3.
¿Importa realmente la manera en que los padres hablan al hijo?
Sí, verdaderamente importa. Para ilustrar este punto: Un asombrado entrevistador preguntó a una niña de cinco años de edad: “¿Por qué te quieres morir?” La niña de ojos tristes respondió: “Porque todo sería muy pacífico. Mamá no me estaría gritando siempre.” Los niños tienen sentimientos. Los comentarios irreflexivos de los padres pueden ser devastadores. Un proverbio declara: “Existe el que habla irreflexivamente como con las estocadas de una espada.” ¡Esto hiere a la persona! Pero “la lengua de los sabios es una curación.” (Pro. 12:18) Edifique la dignidad personal de su hijo mediante encomio sincero. Elogie sus logros sin importar lo pequeños que sean.
Si un niño cree que ‘se le va a gritar’ debido a sus sentimientos, no los va a revelar. Al niño se le hace especialmente difícil considerar sus sentimientos sexuales. Puede que se sienta avergonzado. Sin embargo, aunque la manera de pensar del niño sea incorrecta, él debería sentir que puede expresarse con toda libertad. Un padre dijo: “A veces a uno le parece que va a estallar cuando sus hijos revelan lo que hay en su corazón. Pero no se atreva a manifestar lo que siente, porque entonces dejarán de expresarse.”
Trate de penetrar en el mundo de su hijo, llegar a sus sentimientos. Dedique cinco minutos a estar con él cuando lo acueste. Háblele de las cosas que a usted le han hecho sentir felicidad, tristeza, molestia o temor. Es muy importante compartir no solo las experiencias, sino también los sentimientos. Sobre todo, escuche mientras su hijo o hija pone al descubierto los sentimientos de él o ella.
¿Significa el amor dejar que el niño siempre haga lo que desee?
Muchos piensan que así es. Desean que su hijo los ame. El niño puede amenazar a sus padres así: “Te querré si me das un caramelo.” Más tarde puede ser que diga: “Te querré si me dejas estar levantado hasta tarde,” “comer lo que quiera” o “jugar con mis propios amigos.” Los padres ceden ante el hijo. ¿Qué resultado tiene esto? Una generación de jóvenes incontrolables e inseguros. La Biblia recomienda: “El que lo ama [a su hijo] es el que de veras lo busca con disciplina.” La disciplina significa instrucción que moldea o corrige. Desarrolla el carácter y proporciona estabilidad.—Pro. 13:24.
¿Qué hay si el niño no presta atención a la disciplina?
La Biblia recomienda: “Castiga a tu hijo y te traerá descanso y le dará mucho placer a tu alma.” (Pro. 29:17) La corrección envuelve castigo. Esto puede ser una azotaina literal o negar un preciado privilegio. El niño aprenderá una lección vital... respetar la autoridad. Dios da el ejemplo de cómo se debe administrar el castigo conforme a medida, cuando dice: “Tendré que castigarte hasta el grado debido.” No obstante, a las mismas personas a quienes castigó él las tranquilizó, al decir: “porque yo estoy contigo.” Todavía las amaba. De modo que Jehová fija unos límites amorosos y sin embargo firmes respecto a lo que es la conducta apropiada. ¡Padres, hagan lo mismo!—Jer. 46:28.
¿Acerca de qué asuntos deben ser firmes los padres?
Sean firmes en asegurarse de que el niño consuma alimento nutritivo, ya que los hijos pueden desarrollar deficiencias graves que impidan su crecimiento físico. Al mismo tiempo, no permita que su hijo alimente su mente con “basura” que destaca la violencia y la inmoralidad y que se transmite por los programas de televisión, las revistas y el cine.
Sin embargo, la mayor amenaza a la buena instrucción de su hijo son las asociaciones... otros jóvenes de su edad. Si el niño acompaña a jóvenes cuyos hábitos son corruptos, usted puede estar seguro de que, por regla general, se ‘familiarizará’ con tal conducta y caerá en un lazo. (Pro. 22:24, 25) Usted tiene un deber de romper tales malas asociaciones. Esto requiere disciplina, pero cuando el padre reemplaza las malas asociaciones con buenas asociaciones, o hace que sus propias actividades de familia sean más interesantes, la tarea de disciplinar será mucho más fácil.
¿Cuán pronto desarrollará el niño un sentido de lo correcto y lo incorrecto?
Por cuenta propia, puede que el niño nunca desarrolle ese sentido. La Biblia indica que el muchacho no sabe “rechazar lo malo y escoger lo bueno.”—Isa. 7:16.
¿Cómo se le puede enseñar esto al niño?
Hay que llegar al corazón. El niño tiene que desarrollar su propia fuerza motivadora interna para “rechazar lo malo y escoger lo bueno.” Si no, simplemente fingirá, con astucia, que no se mete en líos. De modo que, además de la “disciplina,” es preciso que los padres ‘críen’ a sus hijos en la “regulación mental de Jehová.”—Efe. 6:4.
Esto requiere poner en la mente del niño información que le llegue al corazón. Esta información debe mover al niño a ir en la dirección correcta y debería servirle de advertencia para librarse de peligros futuros. El término bíblico “regulación mental” incluye “todo lo que es necesario para que la amonestación se haga parte de la persona, y se tome a pecho.”a
¿Cuán importante es enseñar al niño acerca de Dios?
Un cristiano, anciano de una congregación, consideró de cerca los casos de un grupo de jóvenes que afirmaban ser cristianos, pero que se habían metido en serias dificultades, entre las cuales estuvo el abuso de drogas, la inmoralidad y la borrachera. ¿Qué había salido mal? “Estos jóvenes sencillamente no temen a Dios,” dijo el anciano. “He aquí la situación. Hay oscuridad. Están en el asiento trasero del automóvil con alguien del sexo opuesto. Todo lo que sienten es que sus hormonas andan desenfrenadas por su cuerpo. Poco les podrían importar las consecuencias. Y hacen esto semana tras semana.” Sin embargo, algunos ‘rechazaron lo malo.’ “Se había llegado al corazón de éstos, lo cual permitió que establecieran una relación de persona a persona con Jehová,” hizo notar él. “Veían a Jehová como una Persona amorosa que lo ve todo.” Por eso, ayude a su hijo a desarrollar tal relación.—Pro. 16:6.
Es preciso que primero el padre o la madre desarrollen ellos mismos tal relación con Dios. Se requiere estudio personal de la Biblia y meditación. Los testigos de Jehová están dispuestos a ayudar en eso. De hecho, fue mediante esta instrucción bíblica que los Testigos ofrecen que el joven mencionado en el primer artículo de esta revista cambió hasta llegar a ser un padre excelente, a pesar de que tenía tan malos antecedentes. Él admite lo siguiente: “El estudio de la Biblia es lo que me ha beneficiado.”
La conducta de usted —sea buena o mala— será más que cualquier otra cosa la manera de enseñar rápidamente a su hijo, y de grabar una profunda impresión en él. Debido a la pecaminosidad innata, el niño está más presto a imitar los hábitos malos. (Sal. 51:5) Así que el primer paso es examinarse usted mismo.
¿Es siempre culpa de los padres?
Ni los padres ni los hijos son perfectos. Ambos pueden cometer errores lamentables. Sin embargo, algunos padres creen que ellos son los únicos culpables cuando al hijo le va mal, ya que la Biblia dice que el niño al que se entrena correctamente “no se desviará.” (Pro. 22:6) No obstante, hay que examinar este versículo en su marco apropiado. Es parte del consejo que el libro de Proverbios da a los padres. El padre sabe si solo aparentó estar de acuerdo con este consejo o no.
En este libro también se da consejo a los hijos. Si ellos quieren que les vaya bien, se les insta a ‘escuchar,’ ‘atesorar,’ ‘no olvidar,’ ‘prestar atención [a],’ ‘observar’ y ‘no abandonar’ los mandamientos y la disciplina de los padres. (Pro. 1:8; 2:1; 3:1; 4:1; 6:20) ¡En tan solo este libro de la Biblia se ofrece cuatro veces más consejo a los hijos que a los padres!
Algunos niños ‘desprecian la obediencia’ que deben a los padres. (Pro. 30:17) Cierto padre ejemplar de un hijo indócil comentó: “Vez tras vez he tratado de llegar a su corazón. Ya no sé qué hacer, debido a la multitud de cosas que he tratado. Nada ha dado resultado.”
El hijo tiene la responsabilidad de prestar atención a los versículos que aplican a él. Si tanto los padres como los hijos prestan atención al consejo bíblico, la regla general será que el hijo no se desviará. Es inútil que el padre se descorazone por sentimientos de culpa ante lo sucedido en el pasado. Interésese en lo que puede hacer ahora para su hijo.
[Nota a pie de página]
a R. C. Trench, erudito en el idioma griego.
[Ilustración en la página 11]
Ayude a su hijo a desarrollar una relación con Dios mediante aprender juntos acerca de la Biblia
[Recuadro en la página 10]
PREGUNTAS QUE SE DEBEN HACER CUANDO EL NIÑO SE PORTA MAL
¿Te sientes bien?
¿Crees que estoy siendo injusto? ¿Por qué?
¿Estás teniendo problemas en la escuela?
¿Te sientes bajo demasiada tensión?
¿Es solo que te sientes triste?
¿Te estás llevando bien con tus amigos?
¿Crees que yo espero demasiado de ti?
¿Hay algo en que te pueda ayudar?
[Recuadro en la página 10]
¿POR QUÉ SE SUICIDAN LOS JÓVENES?
Un experto explicó lo siguiente: “No pueden tolerar la presión.” Recalcó que “la disciplina es necesaria... la clase de disciplina que desarrolle el carácter de modo que los jóvenes no se desplomen ante la presión.”
[Recuadro en la página 11]
¿CUÁN PRONTO SE DEBE EMPEZAR?
Un acongojado padre dijo: “Siempre pospuse el dar atención a mis hijos. Pensé que teníamos años para moldear sus vidas, pero ya casi son adultos. Dejamos que nuestra oportunidad de ejercer mayor influencia en nuestros hijos se nos escapara de las manos.” ¡Comience desde la infancia!
[Recuadro en la página 12]
‘ENTRENANDO’ PARA LA VIDA DE ADULTO
“Entrena al muchacho conforme al camino para él.” (Pro. 22:6) Al niño se le debe entrenar en aptitudes de persona adulta tales como la firmeza, el despliegue de iniciativa y el control de sí mismo. Si no se le provee tal entrenamiento, fracasará al llegar a adulto.
Una etapa especialmente delicada es la de la adolescencia... una época de transición. En cierto momento el niño puede quejarse: “¡No me digas lo que tengo que hacer!” Y una hora más tarde quizás pregunte: “Mamá, ¿qué debo hacer ahora?” El progenitor puede ayudar a su prole en ese período de transición al no ser ni demasiado restrictivo ni demasiado despreocupado.
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Jovencitos... ¿importa realmente el comportamiento de ustedes?¡Despertad! 1981 | 8 de octubre
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Jovencitos... ¿importa realmente el comportamiento de ustedes?
NADIE tenía que decirle a Joanna, de 15 años de edad, que el comportamiento de una persona puede causarle angustia mental. ¡Ella lo sabía! Después de un año de participar en relaciones sexuales promiscuas, absolutamente frustrada escribió: “¡Estoy hastiada de la vida!” Un disparo que ella misma se hizo con una escopeta puso fin a su sufrimiento. ¡Qué pérdida trágica!
Tú tal vez nunca hayas pensado en suicidarte, pero sabes que uno puede sentirse tan angustiado que ninguna otra cosa parezca importar. Algunos jóvenes tratan de aliviar la infelicidad que sienten mediante abusar de las drogas, o entregarse a la borrachera o a conducta sexual inmoral. A lo sumo los efectos son temporáneos. ‘¡Si solamente hubiese procedido de manera diferente!,’ es una queja común. Nadie hace planes para sufrir. Pero cuando surge la desdicha, ¿de quién es la culpa?
¿Debería culpar a mis padres?
Una joven quedó desconsolada cuando su padre, que era alcohólico, murió. Además, su madre y su madrastra la rechazaron. No obstante, años más tarde ella reflexionó así: “Sufrimos, pero no dejamos que el sufrimiento nos destruya.” Otros jóvenes también han vencido la influencia de semejantes antecedentes duros. Una investigadora y sicóloga, Arlene Skolnick, después de considerar centenares de ejemplos, concluyó: “A pesar de lo que algunos sicólogos han estado diciendo [a los padres] por años, los padres no pueden ejercer poder absoluto en el desarrollo de sus hijos para bien o para mal.” Sí, ustedes los jóvenes tienen la última palabra en cuanto al proceder que siguen.
La Biblia concuerda con esto: “Aun por sus prácticas el muchacho se da a conocer en cuanto a si su actividad es pura y recta.” (Pro. 20:11) El joven demuestra la clase de persona que es, no debido a la clase de padres que haya tenido, ni debido al lugar donde haya vivido, sino más bien “por sus prácticas.” La “actividad” de algunos jóvenes no ha sido “pura y recta.” Puesto que los resultados suelen ser trágicos, tú quizás te preguntes: ‘¿Cómo puedo controlar mis acciones?’
Vigila tu corazón y tu mente
La Biblia insta: “Hijo mío . . . más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón, porque procedentes de él son las fuentes de la vida.” (Pro. 4:20, 23) Es del corazón que proceden los sentimientos, los motivos y las preferencias respecto a las cosas. Por lo general, lo que haces es el resultado de una decisión tomada en el corazón.
El corazón responde a lo que uno pone en la mente. Pon normas rectas en tu mente y éstas te protegerán de adoptar una actitud que ha destruido a un sinnúmero de mentes jóvenes. “¿Cómo limpiará un joven su senda?” pregunta la Biblia. “Manteniéndose alerta conforme a tu palabra [la de Dios].” (Sal. 119:9) Es necesario que leas la Biblia y la literatura que la explica. Cristianos maduros tendrán mucho gusto en ayudarte.
Una vez que estas normas estén fijas en tu mente, tú puedes facilitar —o dificultar— el que se queden fijas allí. Una joven dijo: “Las películas presentan el pecado como algo hermoso. Hacen que parezca que el sexo es la única cosa que realmente importa en la vida. Después de un tiempo uno llega a pensar que se está perdiendo algo y que eso es lo que necesita para ser feliz.” Esta joven se dio cuenta de que se estaba ejerciendo una sutil influencia en su mente. Desde entonces evitó las películas, los programas de televisión y los libros que hacían resaltar la violencia y lo sexual. El seguir el mismo derrotero puede ayudarte a salvaguardar el corazón y la mente.
“Nunca lo hubiera hecho si de él solo hubiera dependido”
“Él era un buen muchacho, un muchacho amable,” dijo sollozando la madrastra de un joven de 16 años de edad a quien se arrestó por homicidio. “Nunca lo hubiera hecho si de él solo hubiera dependido.” Otros tres jóvenes estuvieron envueltos en el crimen. ¡Imagínate que tú hubieras sido ese joven! ¡Tanta angustia!... debido a sus “amigos.”
Un joven que se vio envuelto en el abuso de las drogas por la presión que le impusieron jóvenes como él reflexionó: “Miré a mis amigos y pensé: ‘¿Adónde van estos muchachos? ¿Qué les espera de aquí a cinco años?’ Me dio miedo y me sentí deprimido de solo pensar en ello.” Entonces dio pasos para cambiar y comenzó a ‘andar con personas sabias.’ (Pro. 13:20) “Vi que cuando estaba entre buenos compañeros ellos también sabían divertirse,” siguió relatando el joven. “Me sentía bien al estar con ellos. Pensaba: ‘Esto es agradable.’ Y no sentía el remordimiento que sentía antes.”
Además de solo ‘hacerte sentir bien,’ buenas asociaciones como ésas pueden fortalecer tu resolución de apegarte a la Biblia. Así que busca como amigos a personas cuyas prácticas sean ‘puras y rectas.’ Ello tendrá poderosa influencia en la manera en que actúes.
Algo que separa a los hombres de los muchachos
Un infante no tiene dominio de sí mismo, pero a medida que tú vas creciendo tienes que ejercer esa cualidad. “Más vale ser paciente que valiente; más vale vencerse uno mismo que conquistar ciudades,” dice la Biblia.—Pro. 16:32, Versión Popular.
“¡Ah, tú todavía eres virgen!,” se mofaba un joven de otro. La respuesta del joven que estaba tratando de vivir de acuerdo con la Biblia fue sencilla: “¿Qué requiere más fuerza: ¿resistir, o ceder?”
Tienes que ‘vencerte a ti mismo.’ Presenta un desafío el ‘ser severo con uno mismo’ y no dejar que la mente esté constantemente puesta en asuntos sexuales. Durante “la flor de la juventud” esto exige una verdadera lucha. (1 Cor. 7:36) Aplica tu mente a actividades provechosas, tal vez a algún pasatiempo sano o alguna forma de ejercicio físico. Muchas personas han hallado que esto ayuda mucho. Nunca pierdas de vista que si trabajas vigorosamente por ejercer control de estos deseos —y persistes— la lucha se hará más fácil a medida que pase esta etapa de la vida en que los deseos sexuales están en auge.
El que tengas asociación íntima con personas del sexo opuesto simplemente hace más difícil tu lucha. El control de ti mismo que desarrolles al no experimentar con el sexo antes del matrimonio te ganará el respeto de otros y te preparará para un matrimonio feliz. Se ha dicho que es “probablemente mil veces más fácil” ejercer dominio de uno mismo si uno nunca comete el primer acto de fornicación que el dejar de practicarlo después.
También demuestra control de ti mismo al prestar atención al consejo de tus padres. Responde bien a sus palabras de disciplina. (Pro. 17:10) A veces puede que te pidan que hagas algo correcto que preferirías no hacer. Pero el aprender a hacer cosas que a uno no le agradan es vital para alcanzar la madurez. El que ejerzas dominio de ti mismo edificará la estima que tienes de tu propia persona, porque es una cualidad interna que supera a la belleza y la fuerza físicas.
Una relación preciosa
Sin duda tus padres te han enseñado algo acerca de Dios. Sin embargo, para la mayoría de las personas jóvenes (como también para las adultas) Dios parece estar muy lejos. Pero, ¿no te gustaría tener un amigo a quien pudieras revelar todos tus sentimientos, sabiendo que él comprendería? Alguien que se interesara en ti, no en lo que tienes. Hasta cuando cometes un error, y te arrepientes, él está allí para decir: “Está bien, todavía soy tu amigo.” ¿No apreciarías profundamente a tal amigo?
Esa es exactamente la clase de relación que puedes tener con el Dios Todopoderoso. Él nos invita a que ‘derramemos nuestro corazón’ ante él, porque ‘conoce bien la formación de nosotros y muestra misericordia.’ ‘Se interesa por nosotros.’ (Sal. 62:8; 103:13, 14; 1 Ped. 5:7) Por medio de la oración y un deseo profundo y sincero de agradarle, puedes desarrollar tal amistad con Dios. Un adolescente de 18 años de edad dijo: “Lo que atesoro por encima de toda otra cosa es mi relación con Jehová Dios.” ¿Por qué es tan vital esto? “El llegar a conocer a Jehová como Amigo es lo que me proveyó la madurez y el sentido común para resistir la presión de las personas de mi misma edad y las tentaciones,” explicó otra joven.
“Tengo en la vida una esperanza”
A una joven de 15 años de edad se le preguntó: “¿Qué ventaja tienes sobre las personas que no viven de acuerdo con la Biblia?” Sin titubear, contestó: “Tengo en la vida una esperanza que ellos no tienen. La Biblia promete vida eterna en una Tierra paradisíaca para las personas que obedecen a Dios.”
Sí, la Biblia promete que las personas que ‘hacen el bien’ sobrevivirán a la destrucción de los inicuos, para disfrutar de “la abundancia de paz.” La enfermedad y la muerte cesaran para siempre. Hasta las personas que duermen en el sepulcro se levantarán. La Tierra será restaurada a la condición de un hermoso paraíso y estará poblada por personas que se amarán unas a otras. A todas se les darán ‘las peticiones de su corazón.’ ¿No disfrutarías de tal recompensa?—Sal. 37:3, 4, 10, 11; Juan 5:28, 29; Rev. 21:3, 4.
Esta esperanza provee fuerte estímulo para obedecer la Biblia. Como escribió una joven que acababa de perder a su padre en la muerte: “Me gustaría vivir en la Tierra paradisíaca y volver a ver a mi padre. Esta es mi meta principal en la vida. ¡Voy a hacer todo esfuerzo posible por alcanzarla!”
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