¿Se ha preguntado usted alguna vez . . . ?

“¿Puedo proteger de la delincuencia a mis hijos?”

“DARÍA cualquier cosa por evitar que mi hijo se descarriara, pero a veces me parece que no podré hacer nada.” Así se sintió cierta persona para con su hijo. Quizás usted se sienta así también.

Para la mayoría de los padres, los hijos son una cosa muy valiosa. Por años los padres invierten tiempo y dinero —en cantidad considerable— en ayudar a sus hijos a hacerse adultos responsables. Sin embargo, son muchos los jóvenes que causan angustia a sus padres. No es necesario entrar en los tristes detalles de ello. Usted sabe lo que está sucediendo en su propio vecindario. Ciertamente el criar hijos hoy en día no es tarea fácil.

¿POR QUÉ SE LES HACE TAN DIFÍCIL A LOS PADRES PROTEGER A SUS HIJOS?

Los padres tienen que competir con muchas fuerzas poderosas que pueden influir dramáticamente en sus hijos. Los hijos están diariamente en la compañía de otros niños y adultos que son egoístas, irrespetuosos e inmorales. Además, muchos de los libros que los jóvenes leen, y las películas populares y programas de televisión que ven, menosprecian los principios justos.

La mayoría de los padres tienen que trabajar largas horas para poder suministrar alimento y albergue. A menudo se sienten demasiado cansados —mental o físicamente— para dar a sus hijos el tiempo y la atención que necesitan. Además, los padres cometen errores en sus propias vidas. Puesto que son humanos, están propensos a hacer cosas que no constituyen el mejor ejemplo para sus hijos.

Todo esto hace difícil evitar que el niño adquiera malos hábitos y se vea en problemas. Sin embargo, estos obstáculos se pueden vencer si los padres mantienen un estrecho enlace emocional con sus hijos.

¿CÓMO MANTENER UN ESTRECHO ENLACE?

El primer paso es reconocer que su hijo o hija tiene gran necesidad de recibir su amor y atención. La Biblia recomienda enérgicamente que los padres “amen a sus hijos” y que “no estén exasperando a sus hijos, para que ellos no se descorazonen.”—Tito 2:4; Col. 3:21.

El libro “Help! I’m a Parent” (¡Auxilio! Tengo hijos) confirma esta necesidad al decir: “Esta búsqueda de un sentido de amor y atención es probablemente lo que mejor explica el comportamiento de su hijo.” Algunos padres que son insensibles a esta necesidad de su prole tienden a sustituirla con otras cosas. Por ejemplo, una joven de 15 años se lamentó de la siguiente manera: “Padres buenos son los que no se parecen a mi madre. La preocupación principal de ella es que yo vista ‘tan bien como los demás.’ Pero ni ella ni papá sacan tiempo para hablar conmigo.”

Los hijos necesitan que usted les dedique tiempo. No hay sustitutivo para ello. Esto significa que usted debe dedicar tiempo a hacer cosas junto con ellos, a hablar con sus hijos y, más importante, a ESCUCHARLES a medida que se desahogan de sus problemas.

El amor genuino significa más que simplemente tener conversaciones placenteras con su hijo o hija. Significa establecer normas justas de conducta para su prole e insistir firmemente en que se adhieran a ellas... en una palabra: ¡DISCIPLINA! La Biblia mostró hace mucho tiempo que ésta es la señal del amor verdadero, cuando dijo: “El que retiene su vara odia a su hijo, pero el que lo ama es el que de veras lo busca con disciplina.”—Pro. 13:24.

Una autoridad informa que la “disciplina es una clase especial de amor.” “Es un amor que dice: ‘Me preocupo por ti. No dejaré que te metas en dificultades. Alborota y enfurécete, . . . pero la contestación es no... ¡y se acabó!’” Sin embargo, a pesar del mejor interés y disciplina por parte de los padres, el niño tiene que enfrentarse a malas influencias de otros.

¿ES POSIBLE PROTEGER A SU HIJO DE LAS MALAS INFLUENCIAS?

Sí, pero usted tiene que vigilar lo que su hijo ve y lee como entretenimiento. Como dijo un veterano jefe de la policía: ‘Los padres no deben permitir que sus hijos alimenten su mente de basura.’ El que es padre también tiene que ejercer cuidado en cuanto a la compañía que le permite tener a su hijo, pues la Biblia dice: “No se extravíen. Las malas asociaciones echan a perder los hábitos útiles.”—1 Cor. 15:33.

Aunque en la actualidad hay influencias corruptoras en todas partes, nos consuela el saber que no son permanentes. La Biblia promete que pronto, dentro de nuestra generación, el gobierno celestial de Dios arreglará los asuntos de modo que Su ‘voluntad se haga en la tierra como en el cielo.’ Esto significa que la iniquidad será eliminada y en la Tierra se establecerán condiciones pacíficas como las que ahora existen en el cielo.—Mat. 6:9, 10; Sal. 37:10, 11.

Hasta cuando ese tiempo llegue, ningún padre puede proteger a su hijo completamente de las malas influencias; por eso la Biblia, con sentido práctico, aconseja a los padres que fortifiquen la mente de su prole. ¿Cómo? Por medio de ‘criar a sus hijos en la regulación mental de Jehová.’ (Efe. 6:4) Si el que es padre puede inculcar las leyes de Dios en la mente y el corazón de su hijo, éstas pueden funcionar como una influencia restrictiva o ‘reguladora.’ Ayudarán al muchacho o muchacha a mantener conducta apropiada aun cuando esté lejos del hogar.

Pero ¿cómo puede usted inculcar tales principios en la mente de su prole?

¿DÓNDE PUEDEN HALLAR AYUDA LOS PADRES?

Por décadas, los testigos de Jehová han estado dedicando millones de horas a la obra de ayudar gratuitamente a las familias a aprender y aplicar los principios bíblicos. Un programa de televisión que se transmitió recientemente en escala nacional en la República Federal de Alemania mostró vívidamente el valor de este trabajo de ellos de ayudar a las personas a enfrentarse a la delincuencia juvenil.

Después de ver el programa, una señora que había quedado profundamente impresionada por el éxito de los Testigos en combatir el abuso de las drogas llamó a una Testigo de la localidad. La señora había visto en la televisión que los Testigos usan el libro “Tu juventud... aprovechándola de la mejor manera”a para ayudar a los padres a inculcar en sus hijos principios correctos. Este libro contiene capítulos como los siguientes: “Las drogas... ¿una llave a lo que sí es vivir?” “¿Te convienen las bebidas alcohólicas?” y “¿Qué piensas de tus padres?” La señora suplicó: “Mi hijo tiene un problema con las drogas. ¿Cree usted que lo puedan ayudar? ¿Estarían dispuestos a tratar de ayudarlo?” Poco después ella y su hijo estaban recibiendo ayuda personal y se estaban beneficiando de la asociación con adultos y menores que, aunque no son perfectos, están tratando de vivir según las normas de la Biblia.

¿Por qué no aprovechar tal ayuda? Usted no tiene nada que perder al hacer tal investigación.

[Nota a pie de página]