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  • Testifique públicamente y de casa en casa
    Ministerio del Reino 1983 | octubre
    • hoy día. Si es posible, deseamos hablar con todas las personas que viven en el territorio. Trate de darles un testimonio breve y prudente, y quizás dejar con ellas La Atalaya y ¡Despertad! y hacer arreglos para volver a visitarlas.

      4 ¿Tienen ustedes territorio inaccesible debido a que el edificio tiene un portero que solamente permite entrar a los inquilinos y a los invitados de ellos? ¿Sería posible ponerse en contacto con las personas que viven en tales edificios si hiciéramos la obra en las calles por las que la mayoría de los residentes pasan al entrar a estos edificios y salir de ellos? Así, en cierto territorio donde era imposible ir de casa en casa, una congregación pudo generar tanto interés entre las personas que se estableció un Estudio de Libro de Congregación. Los publicadores que participaron en la obra en las calles estuvieron alerta para abordar a las personas y discretamente obtener los nombres y las direcciones de las que mostraban interés en la verdad, para poder volver a visitarlas.

      5 Todos podemos buscar oportunidades para testificar de manera informal dondequiera que estemos. Cuando viajamos en metro o subterráneo, autobús, tren, avión, automóvil o a pie, a menudo podemos compartir las buenas nuevas con otras personas. Muchas veces hallamos que las personas con las que hablamos en realidad no saben mucho acerca de los testigos de Jehová ni del mensaje del Reino. Si colocamos revistas o dejamos tratados con las personas que muestran interés en la verdad, esto puede proporcionarles alguna información que pueden considerar después.

      6 Se nos ha recalcado la importancia de participar regularmente en la actividad con las revistas, incluso en la obra en las calles, especialmente el segundo y cuarto sábados de cada mes, si no podemos salir todos los sábados. Por lo general, es mejor hacer una presentación breve, quizás de medio minuto a un minuto de duración.

      7 Por lo general, los publicadores que tienen éxito en colocar revistas al participar en la testificación en las calles, son los que toman la iniciativa en abordar a la gente y presentar la oferta. En vez de sencillamente estar parado y esperar a que las personas lo aborden mientras usted muestra La Atalaya y ¡Despertad!, prepare unos comentarios breves que dirijan la atención de las personas a un artículo en particular, y, después de saludar amigablemente, presente las revistas. Aunque no deseamos obstruir el paso de los transeúntes ni interrumpir descortésmente las conversaciones de ellos, la persona que espera el autobús o que está desocupada al momento, tal vez aprecie que se le informe sobre algún tema importante en una de las revistas corrientes.

      8 En algunas zonas puede que sea aconsejable que haya otro publicador cerca de uno cuando participamos en la testificación en las calles. Sin embargo, si estamos conversando unos con otros, esto frustra el propósito de la testificación en las calles. Por consiguiente, esté alerta para observar cualquier interés que se manifieste en las publicaciones que usted presenta. Sonría amigablemente y salude alegremente. Al abordar a las personas sea positivo. Si toma la iniciativa y hace presentaciones breves y bien preparadas, usted también podrá tener éxito en colocar revistas en las calles.

      9 Como se registra en Proverbios 1:20, la sabiduría “sigue dando su voz” en las plazas públicas y así se la hace disponible a todos los que la buscan. Nunca antes en la historia del hombre ha habido mayor necesidad de proclamar públicamente la sabiduría de Dios que se halla en Su Palabra (Mat. 24:14). A medida que nos acercamos al fin del presente sistema, las personas a quienes el sistema mantiene en oscuridad necesitan oír la Palabra de Jehová mientras todavía haya tiempo. Tenemos el maravilloso privilegio de estar ‘ocupados en la obra santa de las buenas nuevas de Dios’ mediante el testificar públicamente y de casa en casa. (Rom. 15:16.)

  • Haga discípulos de sus hijos
    Ministerio del Reino 1983 | octubre
    • Haga discípulos de sus hijos

      1 Jesús mandó a sus seguidores: “Vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, [...] enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado” (Mat. 28:19, 20). No hay obra alguna que sea más vital. Los padres tienen la responsabilidad adicional de hacer discípulos de sus hijos también. (Efe. 6:4.)

      2 El hacer discípulos de los hijos envuelve muchos factores. Uno de los más importantes de éstos es el conducir con regularidad semanal un estudio bíblico de familia. Cuando estudiamos con una persona interesada en la verdad, consideramos cuidadosamente su personalidad y cualquier actitud que pudiera estorbar su desarrollo espiritual. Animamos a la persona a hablar y escuchamos detenidamente sus respuestas para determinar qué estímulo espiritual necesita. Los padres interesados en sus hijos deben dar aún más atención solícita a las ideas y las actitudes de los hijos.

      3 Los padres deben estar alerta para percibir cualesquier señales que indiquen que los hijos se están desviando hacia el mundo. Si nosotros mismos, como cristianos adultos, tenemos que estar alerta a este peligro, cuánto más tenemos que asegurarnos de que nuestros hijos progresen en asuntos espirituales. Si los niños no comentan en las reuniones o si solo leen una respuesta sencilla del párrafo, necesitan la ayuda de sus padres. Durante el estudio de familia, haga que escojan los párrafos sobre los cuales van a comentar y ayúdelos a preparar la respuesta en sus propias palabras. Plantee preguntas que sugieran la respuesta a fin de ayudarlos a razonar sobre asuntos bíblicos. Inculque en ellos aprecio por el amor y la bondad de Jehová, y ayúdelos a entender que tienen que rendir cuentas a Él por todas las cosas. (Ecl. 11:9.)

      4 Cada día el niño se enfrenta a nuevas ideas en la escuela. Debido a falta de experiencia, los niños tal vez acepten valores falsos, y puede que poco a poco el espíritu del mundo comience a corroer el fundamento espiritual que los padres han procurado edificar. Cada día los padres se encaran a la tarea de averiguar qué se ha implantado en la mente de sus hijos, desarraigar lo que es perjudicial e incorrecto y reemplazarlo con las verdades sanas de la Palabra de Dios. Esto exige que los padres consideren detenidamente estos asuntos y les presten atención constante si quieren hacer discípulos de sus hijos. (2 Cor. 10:4; Efe. 6:10-18; 1 Ped. 5:8.)

      5 Una de las mejores maneras de instruir al hijo es mediante el ejemplo. Las palabras sin las acciones correspondientes no surten efecto duradero. El ejemplo principal que el joven imita es el de los padres. A medida que lo animen a poner los intereses del Reino en primer lugar, den un buen ejemplo ustedes mismos para que así él llegue a tener la motivación correcta. Si los padres están animando al hijo a que sea precursor, entonces ellos deben tomar muy en serio el ministerio del campo y hacer cuanto puedan, hasta servir de precursores auxiliares de vez en cuando si es posible. Jamás debe haber dos normas de conducta y habla, una para el Salón del Reino y otra para la casa.

      6 En estos últimos días, realmente es un desafío para los padres el criar a los hijos en la verdad. Verdaderamente, éstos son “tiempos críticos, difíciles de manejar” (2 Tim. 3:1-5). Reconocemos que el mundo procura obligar a nuestros hijos a que se amolden a él. Sabemos que Jehová desechará a los que se conformen al mundo (Rom. 1:28-32). Por eso, qué vital es que nos esforcemos vigorosamente por hacer discípulos de nuestros hijos, mientras trabajamos duro por ayudar a nuestro prójimo a asirse del galardón de “la vida de ahora y de la que ha de venir”. (1 Tim. 4:8b.)

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