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  • ¿De ida y vuelta a la muerte?
    ¡Despertad! 1979 | 22 de diciembre
    • ¿De ida y vuelta a la muerte?

      ¿SE PUEDE hacer que la persona que ha muerto vuelva a vivir? Muchos reportajes y noticias procedentes de todas partes del mundo relatan que esto ha sucedido. El Star de Toronto, del 20 de febrero de 1976, llevaba este asombroso título:

      “Médicos reaniman muchacho ‘muerto’ por 105 minutos”

      El periódico canadiense explicó:

      “Un joven de 16 años de edad que hace tres semanas estuvo ‘muerto’ por 105 minutos ahora está listo para volver a la escuela.

      “Edward Milligan se desmayó en una expedición escolar de andar en la nieve con raquetas y su corazón dejó de latir, perdió el pulso y no respiró por lo menos por 105 minutos. . . .

      “El Dr. Arnold Tweed, especialista en el [Hospital General Selkirk], dijo: ‘Hasta donde sabemos éste es el espacio de tiempo más largo’ en el que el corazón de un paciente ha dejado de latir y el paciente se recobró sin evidencia de daño cerebral.”

      Poco menos de un año después, el 20 de enero de 1977, el Post de Nueva York publicó un informe aún más asombroso. Los titulares del periódico decían:

      “Muerta por el mayor tiempo: Revive después de 4 horas”

      El informe relataba acerca de Jean Jawbone, una india chippewa de 20 años de edad, que fue hallada inconsciente en un banco de nieve. ¡Había estado allí por casi dos horas a temperaturas tan bajas como 36 grados centígrados bajo cero! ¡Su corazón se había detenido y su temperatura corporal era de solo 24 grados centígrados, más de 13 grados centígrados por debajo de lo normal! El Post informó lo siguiente:

      “Los médicos le dieron masaje al corazón sin parar, hundiendo el esternón y comprimiendo el corazón durante dos horas antes de que tuvieran señal alguna de reanimación.

      “Le insertaron un tubo en la tráquea a fin de inyectar aire.

      “Por fin, usaron una técnica rara que se conoce como diálisis peritoneal... inyectando una solución caliente en la cavidad abdominal.

      “Después que la temperatura corporal de la mujer subió lo suficiente, usaron un desfibrilador para suministrar al corazón un choque eléctrico a fin de establecer el ritmo regular de latidos.

      “Recobró el sentido, pudo hablar, y ‘se comportó igual que la persona que sale de los efectos de la anestesia,’ dijo [el Dr. Brian] Pickering.

      “Ayer, la señorita Jawbone ‘ya estaba preparada para irse a casa.’”

      De seguro éstos son recobros sorprendentes. Y con el advenimiento de las técnicas médicas modernas, recobros como éstos están ocurriendo con más frecuencia. Pero, recobros de esta índole pueden plantear preguntas intrigantes, como se hizo notar en un encabezamiento del Union de San Diego del 1 de octubre de 1978:

      “Caso presenta problema sobre ‘muerte’ en Texas”

      El periódico explicó lo siguiente:

      “El sorprendente regreso a la vida de Roger Ragland, después de 12 horas de estar aparentemente muerto desde el punto de vista clínico, ha renovado el debate sobre lo que constituye la definición de muerte en Texas. . . .

      “‘Tenía todas las señales neurológicas de que el cerebro había muerto,’ dijo el Dr. James Lindley, quien examinó al joven en la sala de emergencia del Hospital Brackenridge.

      “Los médicos habían recibido el permiso de la familia del adolescente para usar sus riñones en un trasplante, y lo habían puesto en un aparato para administrar respiración artificial a fin de continuar la circulación de la sangre y el aire a través de los tejidos del cuerpo. La familia ya había notificado a la funeraria.

      “Sin embargo, un día después del accidente, el neurocirujano Bryon Neely notó movimiento en las piernas de Ragland y entonces detectó actividad cerebral. . . .

      “En la actualidad Texas no tiene una definición legal de lo que constituye la muerte. Se podría presentar tal legislación ante la Legislatura cuando sus miembros se reúnan en enero.”

      ¿Efectivamente han regresado de la muerte estas personas? ¿Pueden ellas dar a los vivos algún discernimiento sobre la condición de los que han muerto? En verdad, ¿qué es la muerte?

  • Identificando lo que la muerte es
    ¡Despertad! 1979 | 22 de diciembre
    • Identificando lo que la muerte es

      POR mucho tiempo no pocas personas han considerado que la muerte sencillamente es un cambio de una forma de vida a otra. Según ese punto de vista cuando ocurre la muerte el alma se libera del cuerpo y continúa viviendo en otra parte. Pero, ¿es esto lo que en realidad sucede?

      Lo veremos más tarde, pero primero examinemos algunas de las cosas que se han aprendido acerca de la muerte. El proceso de la muerte no se verifica todo al mismo tiempo; es un proceso que se ha separado en dos clasificaciones.

      Muerte desde el punto de vista clínico

      The World Book Encyclopedia explica que “cuando el corazón y los pulmones de la persona dejan de funcionar se puede considerar que la persona está muerta desde el punto de vista clínico.” A esto también se le conoce como muerte aparente. No obstante, miles de personas que en un tiempo estuvieron muertas desde el punto de vista clínico en la actualidad están vivas y saludables. Como resultado de un ataque cardiaco, de ahogarse o de electrocución el corazón y los pulmones de estas personas cesaron de funcionar. Pero había personas presentes en ese momento que sabían invertir el proceso de la muerte. ¿Cómo?

      Aplicaron la resucitación cardiopulmonar, y lograron reanimar a la víctima.a Si el corazón de la persona ha dejado de latir y ésta ha dejado de respirar por más de unos cuatro a seis minutos, por lo general es demasiado tarde para restaurarla a una vida significativa. Para ese entonces su cerebro por lo general ha sido dañado debido a haber estado privado de oxígeno por demasiado tiempo. ¿Cómo, pues, quizás pregunte usted, es posible que personas que hayan estado muertas desde el punto de vista clínico por horas a veces hayan sido restauradas a buena salud?

      El rápido descenso de la temperatura corporal de estas personas al momento de la “muerte” es responsable de ello. El Dr. Brian Pickering, quien recientemente hizo revivir a Jean Jawbone (mencionada en el artículo anterior), explica acerca de ella: “Es una mujer muy afortunada. El frío extremado tuvo el efecto de congelar el cerebro e impedir que éste sufriera daño.” A las personas que se ahogaron en agua sumamente fría también se les ha podido reanimar con buen éxito después que estuvieron “muertas” por bastante tiempo.

      ¿Discernimiento en cuanto a la muerte?

      Hoy día a nuestro alrededor hay literalmente miles de personas que están disfrutando de buena salud y que en un tiempo estuvieron muertas desde el punto de vista clínico. ¿Les ha dado su experiencia algún discernimiento en cuanto a la muerte? ¿Recuerdan cosa alguna en cuanto a ella?

      Muchos dicen que sí. Los médicos han entrevistado a muchísimas de estas personas, y varios libros recientes se basan en los relatos que éstas han hecho. Los periódicos han informado los hallazgos bajo titulares llamativos. Por ejemplo, el 6 de enero de 1979, un encabezamiento del Star de Toronto decía:

      “Hay vida después de la muerte y quizás sea un infierno, dice médico

      Libro informa experiencias de personas que han ‘muerto’”

      The National Observer llevaba el encabezamiento:

      “¿De vuelta de la muerte?

      Unos cuantos que han estado en el más allá dicen que hallaron señales de vida”

      Semejantemente el Constitution de Atlanta proclamó:

      “Vida después de la vida

      Personas que han estado muertas ‘desde el punto de vista clínico’ describen lo que se siente cuando el alma deja el cuerpo”

      Muchos de los relatos que se cuentan captan la atención y son verdaderamente sorprendentes. El cardiólogo Dr. Maurice Rawlings, del Hospital de diagnóstico de Chattanooga, Tennessee, ha hecho revivir a centenares de pacientes. A menudo, dice él, los pacientes describen experiencias vívidas al revivir. Casi todos ellos hablan de haber disfrutado de cosas sumamente agradables y dichosas. Aunque no todos. En un caso, un cartero de 48 años de edad “cayó muerto” mientras corría en un molino de rueda de andar en su oficina. Rawlings lo reanimó vez tras vez, y explicó:

      “Cada vez que el corazón del paciente comenzaba a latir y él recobraba la respiración, gritaba: ‘¡Estoy en el infierno!’ Estaba aterrorizado y me suplicaba que lo ayudara. . . .

      “Este paciente tenía una mueca grotesca que expresaba puro horror. Sus pupilas estaban dilatadas y estaba sudando y temblando... parecía que se le habían erizado los cabellos.

      “Dijo: ‘¿No entiende? Estoy en el infierno. Cada vez que usted deja de darme el masaje en el pecho vuelvo al infierno. ¡No me deje volver al infierno!’”

      Experiencias como ésta han convencido al Dr. Rawlings que hay vida después de la muerte. Y otros médicos e investigadores han llegado a la misma conclusión como resultado de los relatos que han oído narrar a personas “muertas.” El Post de Nueva York publicó los siguientes titulares:

      “La ciencia comienza a creer que hay vida después de la vida”

      ¿Por qué creen en los relatos?

      Lo cierto es que los relatos que hacen los pacientes revividos a veces son ciertamente sorprendentes, desconcertantes. La Dra. Elizabeth Kubler-Ross, una de las principales investigadoras de las llamadas experiencias después de la muerte, relata acerca de una niña de 12 años de edad que, ‘al pasar por las puertas del más allá,’ fue recibida por su hermano mayor, a quien describió en detalle. Pero, como explicó la doctora, el hermano había muerto tres meses antes de nacer la niña, y los padres de ella nunca le habían contado acerca de este hermano.

      El Dr. Raymond A. Moody, quien también ha entrevistado a muchos de estos pacientes, dice que mientras estaba “muerta,” una niña salió de su cuerpo y fue a otra habitación del hospital. Allí halló a su hermana que estaba llorando, y decía: “Oh, Kathy, por favor, no te mueras.” Más tarde, cuando Kathy le dijo a su hermana exactamente lo que ella había dicho y dónde había estado cuando lo dijo, su hermana quedó asombrada.

      ‘¿No prueban las experiencias de esta índole que algo deja el cuerpo al ocurrir la muerte y que continúa viviendo en otra parte?’ quizás pregunte alguien. El Dr. Moody afirma: “No es posible que esas personas hayan adivinado de algún modo normal lo que estaba pasando en la habitación mientras estaban ‘muertas.’” Dice él: “Si el Sr. Jones le dice a uno que su espíritu flotaba cerca del techo y entonces describe quién estaba en la habitación y lo que sucedió, parece que uno no tiene otra alternativa sino creerle.”

      No obstante, ¿es cierto que no hay otra explicación? ¿Es exacto decir que estas personas estaban verdaderamente muertas? ¿Significa el que hayan cesado de respirar y que el corazón haya cesado de latir que la muerte efectiva sigue inmediatamente después?

      Muerte biológica

      No, no significa eso. Como se hizo notar antes, el proceso de la muerte no se verifica todo al mismo tiempo. The World Book Encyclopedia explica: “Las células individuales del cuerpo continúan viviendo por varios minutos [después de la muerte desde el punto de vista clínico]. Es posible que la persona reviva si el corazón y los pulmones comienzan a funcionar de nuevo y suministran a las células el oxígeno que éstas necesitan.” Pero, ¿qué sucede si no se provee el oxígeno vital lo suficientemente rápido?

      Esta enciclopedia continúa diciendo: “Las células cerebrales —que son sumamente sensitivas a la falta de oxígeno— comienzan a morir. La persona rápidamente muere más allá de toda posibilidad de ser reanimada. Gradualmente, otras células del cuerpo también mueren. Las últimas en perecer son las células de los huesos, de los cabellos y de la piel, que quizás continúen creciendo por varias horas.”

      De modo que esas personas que según informes fueron restauradas a la vida en realidad no estaban muertas. No habían experimentado la muerte completa o biológica. Sencillamente su corazón había cesado de latir y la persona había dejado de respirar temporeramente.

      ¿Por qué, pues, es que tantas personas que han revivido relatan experiencias tan asombrosas? ¿No es posible que, en su estado de muerte aparente, puedan estar recibiendo una vista previa de lo que les espera en la vida futura? ¿Abre la muerte la puerta a una vida en el más allá?

      [Nota]

      a Vea ¡Despertad! del 8 de julio de 1979, págs. 8-10, para una consideración de la “resucitación cardiopulmonar.”

  • La muerte... ¿una puerta a qué?
    ¡Despertad! 1979 | 22 de diciembre
    • La muerte... ¿una puerta a qué?

      DE SEGURO todo el mundo desea disfrutar de una vida de felicidad más allá de nuestra existencia actual. La vida de ahora es demasiado breve y está demasiado llena de dificultades. Un estudiante de la Universidad de Virginia resumió bien la actitud general de la gente cuando dijo:

      “Es sumamente duro para el trabajador medio vivir la vida y todo lo que ésta nos impone y entonces decirse: ‘¿Quieres decir que esto es todo cuanto hay?’ La idea general es que tiene que haber algo más que solamente esto.”

      Es natural que los seres humanos se sientan así. ¿Por qué? Porque Dios creó al hombre, no para vivir solo 70 u 80 años, sino para vivir para siempre. Así, la Biblia habla de la “esperanza de la vida eterna que Dios, que no puede mentir, prometió.”—Tito 1:2.

      Pero, ¿cómo se realizará esta esperanza? ¿Por medio de un alma inmortal? Muchos lo creen así.

      Informes opuestos

      La creencia en un alma inmortal es casi universal. La revista Presbyterian Life del 1 de mayo de 1970 describe de este modo el concepto popular: “En cada uno de nosotros hay un alma divina, encarcelada en nuestro cuerpo. Cuando, al morir, desechamos el cuerpo, nuestra alma regresa a su verdadero hogar en el cielo.”

      Los informes de muchas personas que han revivido de la muerte aparente parecen confirmar este concepto. Por ejemplo, es típica la descripción de lo que, según dijo una mujer, le sucedió mientras se suponía que estaba muerta:

      “Después de flotar hacia arriba, pasé a través de este túnel oscuro y salí a una luz brillante. Poco después, estaba con mis abuelos y mi padre y mi hermano, quienes habían muerto. Nos rodeaba una luz sumamente brillante. Y era un lugar hermoso. Había colores —colores brillantes— no como los que hay aquí en la Tierra, sino sencillamente indescriptibles. Había personas allí, personas felices.”

      Por otra parte, la mayoría de las personas que reviven no dicen nada acerca de la vida en el más allá. El Dr. George E. Burch, que es un famoso cardiólogo en el Centro Médico Tulane, explica lo siguiente: “He entrevistado aproximadamente a 100 de dichos pacientes. . . . Me dijeron que durante los tres minutos y cuarto o menos antes de revivir lo que todos experimentaron fue una sensación de sueño profundo, agradable, apacible.” No recordaban nada.

      ¿A qué se deben estos informes tan opuestos? ¿Qué nos sucede en realidad cuando morimos?

      ¿Continúa la vida después de la muerte?

      “Personas de casi todas las culturas creen que, al morir, algo que deja el cuerpo continúa teniendo vida,” declara el libro Funeral Customs the World Over (Costumbres funerales de todas partes del mundo). Pero surgen las siguientes preguntas: ¿Dónde se originó esta creencia? ¿La enseña la Biblia?

      La revista Presbyterian Life que citamos antes, la cual describe el concepto popular del alma, señala a la fuente de la creencia. Explica: “La inmortalidad del alma es una noción griega que se formó en los antiguos cultos misteriosos y fue elaborada [en la antigua Grecia] por el filósofo Platón.” El Dr. Moody, quien buscó en los escritos antiguos relatos paralelos a los que le contaron los pacientes que habían revivido, escribe lo siguiente: “El filósofo Platón nos ha dejado descripciones de sucesos muy similares a los que se han experimentado en situaciones en las que los individuos estuvieron cerca de la muerte.”

      Pero, ¿no apoya la Biblia también esta enseñanza de la inmortalidad del alma? Moody tuvo que reconocer el hecho de que en realidad la Biblia no hace esto. Y Presbyterian Life concluyó enfáticamente que “no hay nada en la Escritura que apoye la idea de que las almas tienen una ‘subsistencia inmortal.’”

      De acuerdo con esto, The Jewish Encyclopedia declara: “La creencia de que el alma continúa su existencia después de la disolución del cuerpo es asunto de especulación filosófica o teológica, más bien que de simple fe, y por consiguiente no se enseña expresamente en ninguna parte de la Santa Escritura.” (Se han añadido las bastardillas.)

      No, el alma no es una parte separada de los seres humanos que puede sobrevivir a la muerte. La Biblia no enseña este concepto pagano, como explica la New Catholic Encyclopedia: “El alma en el V[iejo] T[estamento] significa no una parte del hombre, sino el hombre entero... el hombre como ser viviente. Semejantemente en el N[uevo] T[estamento] significa la vida humana: la vida de un sujeto individual, consciente.”

      Por mucho que uno busque en la Biblia, no hallará ningún texto que diga que el alma es inmortal o que sobrevive a la muerte de la persona. Sin embargo, hallará muchos textos bíblicos que dicen que el alma muere, o que está sujeta a la muerte. Por ejemplo, los textos de Ezequiel 18:4, 20 dicen: “El alma que esté pecando... ella misma morirá.”

      De modo que la Biblia no enseña que la muerte sea una puerta a la vida en el más allá. Tal enseñanza es una mentira. En la revista Psychology Today de julio de 1977 se declara lo siguiente: “Hace miles de años, nada menos que una culebra le dijo a cierta joven: ‘Ustedes de seguro no morirán.’ Desde aquel entonces parece que hemos creído, o que nos ha gustado creer, esta primera mentira.” (Gén. 3:4) Lo cierto es que, la muerte es un enemigo terrible... es el fin de la vida, la inexistencia.—1 Cor. 15:26.

      ¿Cómo es, pues, que algunas personas, después de revivir, informan que han experimentado la vida después de la “muerte”? De seguro, no todas las personas que informan estas cosas están mintiendo, ¿no es verdad?

      Posibles explicaciones

      Desde la juventud en adelante a muchas personas se les ha inculcado la creencia de que hay vida después de la muerte, de modo que tienen estas ideas acerca de la inmortalidad profundamente fijas en la mente. El Dr. Nathan Schnaper, que ve a muchos de estos pacientes que han revivido, descarta los relatos que éstos hacen como fantasías sicológicas. “Estas personas están experimentando un vacío,” dice él, “y sicológicamente no podemos soportar un vacío. Es un vacío que tenemos que llenar, y por eso inventan esas experiencias.”

      Esto no quiere decir que lo hagan intencionalmente. Es significativo el hecho de que pacientes que están recibiendo medicamentos también han informado alucinaciones y experiencias fuera del cuerpo. Semejantemente en los minutos críticos en los que el paciente está cerca de la muerte —cuando el corazón cesa de bombear sangre, pero antes de morir las células— la condición privada de oxígeno en la que se ve el cerebro produce efectos extraordinarios. Puede que los que se hayan recobrado sencillamente estén informando los resultados de este estado alterado. Julian DeVries, el redactor médico de Republic de Arizona, identifica a tales factores como los responsables de las experiencias que se han informado.

      “Cuando la habilidad física está en su punto más bajo,” escribe él, “como cuando la persona está anestesiada, o como resultado de una enfermedad o una lesión, el control automático de las funciones del cuerpo disminuye a igual grado. Así, las neurohormonas y las catecolaminas del sistema nervioso son liberadas y derramadas en una cantidad incontrolable. El resultado, entre otras manifestaciones, es la alucinación de haber muerto y regresado a la vida, de lo cual, después de recobrar la conciencia, se trata de dar una explicación racional.”

      Preguntas sin contestar

      Sin embargo, lo dicho antes no explica cómo es que ciertos pacientes, después de revivir de su estado de muerte aparente, saben acerca de cosas que han sucedido mientras ellos estaban inconscientes. Como el Dr. Moody dijo: “Si el Sr. Jones le dice a uno que su espíritu flotaba cerca del techo y entonces describe quién estaba en la habitación y lo que sucedió, parece que uno no tiene otra alternativa sino creerle.” ¿Cómo puede explicarse este sorprendente conocimiento de los pacientes que han revivido?

      Además, si la muerte pone fin a la vida, ¿cómo se realizará la esperanza de la vida eterna que Dios ha prometido? ¿Cómo puede alguien llegar a disfrutar de vida más allá de la tumba?

      Examinemos ahora estas preguntas.

      [Comentario de la página 8]

      “Pasé a través de este túnel oscuro y salí a una luz brillante . . .”

  • ¿Revelaciones de otro mundo?
    ¡Despertad! 1979 | 22 de diciembre
    • ¿Revelaciones de otro mundo?

      LAS “revelaciones” procedentes de ‘otro mundo’ simplemente están tan difundidas que no se les puede pasar por alto. La creencia general es que estas comunicaciones supuestamente vienen de personas muertas a quienes los vivientes conocían como seres humanos. En sus diarios, W. L. Mackenzie King, quien fue primer ministro de Canadá por más de 20 años, afirmó que recibía revelaciones de esa clase. El Star de Toronto del 3 de enero de 1979 lo explica así:

      “Sus visiones y sesiones espiritistas lo mantuvieron en comunicación con su madre (a quien adoraba y que hace mucho había muerto), con Hitler y con el presidente estadounidense Franklin Roosevelt, entre otros.

      “El 29 de ago. de 1948, en Kingsmere, el domicilio que tenía en las colinas Gatineau al norte de Ottawa, King escribió que había tenido una visión en la que vio al dictador alemán Adolf Hitler andando sobre ‘algo que se parecía a la colcha de mi cama, haciendo hileras de ojales en la parte superior.’

      “Todas sus ‘conversaciones’ y ‘visiones’ estaban registradas en sus diarios.”

      James Albert Pike, que durante los años cincuenta y sesenta fue un eminente obispo episcopal, también recibió revelaciones de ‘otro mundo.’ Las comunicaciones que se lograron con la ayuda de un médium espiritista provenían, según se dice, de su hijo difunto, Jim. En la revista Look, Pike informó que tuvo la siguiente conversación con Jim:

      “‘Gracias, Jim,’ contesté. ‘ . . . Voy a llamar a tu madre y decirle de lo que está aconteciendo aquí.’

      “‘Bien,’ fue la respuesta. ‘Quiero que sepa —que sepa que realmente la amo— que estoy vivo.’

      “‘Ella cree eso, Jim,’ respondí en tono tranquilizador. ‘Lo ha creído todo el tiempo. De paso, en cuanto a las cosas en tu nueva situación: ¿Estás . . . solo, o—’

      “‘Tengo multitudes de personas a mi alrededor, y manos que me levantan, por decirlo así,’ se transmitió... y, después de una pausa, ‘me sentía tan infeliz hasta que pudiera hacértelo saber.’”

      Hay muchos informes de conversaciones como éstas, así como hay informes similares que han hecho personas a quienes se ha vivificado de la muerte aparente. Evidentemente, se están recibiendo comunicaciones de alguien. ¡Pero no se están recibiendo de los muertos! La Biblia es muy enfática en cuanto a esto cuando dice: “Los vivos están conscientes de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no están conscientes de nada en absoluto.”—Ecl. 9:5.

      ¿Quién, pues, es responsable de estas revelaciones procedentes de ‘otro mundo’?

      Promotores de la primera mentira

      ¿Recuerda usted lo que Dios le dijo a la primera pareja humana que sería la pena que recibirían por la desobediencia? “Positivamente morirás,” le dijo Dios al primer hombre. (Gén. 2:17; 3:3) Pero fue “la serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás, que está extraviando a toda la tierra habitada,” que le dijo a Eva: “Positivamente no morirán.” (Rev. 12:9; Gén. 3:4) En vista de esto, ¿realmente debe sorprendernos que el ángel rebelde Satanás, y los ángeles que se unieron a él en la rebelión contra Dios, promovieran esta mentira de que si las personas desobedecían el mandato de Dios no morirían?

      Esto lo han hecho por medio de enseñar que, al tiempo de morir el cuerpo humano, el “alma” sigue viviendo en una región de espíritus. Para apoyar esta idea, proveen a hechiceros, mediums espiritistas y adivinos con conocimiento especial que parece originarse de las almas de los difuntos o espíritus de los muertos. Pero Jehová Dios ha querido proteger a su pueblo de este engaño malvado. Cuando los israelitas iban a entrar en la tierra de Canaán, Dios les mandó:

      “No debes aprender a hacer conforme a las cosas detestables de aquellas naciones. No debería hallarse en ti . . . nadie que emplee adivinación, practicante de magia ni nadie que busque agüeros ni hechicero, ni uno que ate a otros con maleficio ni nadie que consulte a un médium espiritista o a un pronosticador profesional de sucesos ni nadie que pregunte a los muertos. Porque todo el que hace estas cosas es algo detestable a Jehová.”—Deu. 18:9-12; Lev. 19:31; 20:6, 27.

      Sin embargo, personas que Satanás usa para propagar su mentira de la inmortalidad humana han tentado a los siervos de Dios repetidas veces, tal como dice la Biblia: “La gente les dirá a ustedes que pidan mensajes a los adivinos y a los mediums, que cuchichean y susurran. Dirán: ‘Después de todo, la gente debe pedir mensajes de los espíritus y consultar a los muertos en favor de los vivos.’” Pero, ¿qué aconseja la Biblia? “Contéstenles: ‘¡Escuchen lo que el SEÑOR les enseña! No escuchen a los mediums... lo que les digan no les hará a ustedes ningún bien.’”—Isa. 8:19, 20, Today’s English Version.

      Sin embargo, alguien puede oponerse, diciendo: ‘Pero, ¿no es cierto que la Biblia misma promueve la idea de que los vivos pueden consultar con los muertos? ¿No consiguió el rey Saúl información del profeta muerto Samuel?’ Examinemos esto.

      Petición del rey Saúl al difunto

      Saúl conocía bien la ley de Dios acerca de los mediums espiritistas y los adivinos. Por eso se introduce el relato acerca de la petición de información que dirigió a un difunto con el siguiente comentario: “Ahora bien, Samuel mismo había muerto, y todo Israel había procedido a plañirlo y a enterrarlo en Ramá su propia ciudad. En cuanto a Saúl, él había quitado del país a los mediums espiritistas y a los pronosticadores profesionales de acontecimientos.”—1 Sam. 28:3.

      Pero surgió una situación desesperada en el año 40 del reinado de Saúl. Un poderoso ejército enemigo de filisteos se levantó contra el ejército israelita acampado en el monte Gilboa en el valle de Jezreel. Saúl estaba aterrorizado. Puesto que había abandonado las leyes de Jehová, Jehová ya no respondía a sus súplicas. El profeta Samuel, poco antes de su muerte, había rehusado ver a Saúl. Ahora, en esta situación desesperada, Saúl deseaba hallar una médium espiritista para conseguir consejo.

      Los siervos de Saúl le dijeron que una médium vivía en la ciudad de En-dor, situada a unos 16 kilómetros de allí, no muy lejos de los filisteos que estaban acampados en la ciudad de Sunem. De modo que Saúl se disfrazó y con dos de sus hombres hizo el peligroso viaje a En-dor al amparo de la noche. Hallaron a la mujer y, después que ella recibió la seguridad de que no sería expuesta por practicar su arte condenado por Dios, convino en comunicarse con el Samuel muerto. (1 Sam. 28:4-12) Durante la sesión espiritista, “Samuel” aparece, según la siguiente descripción que la médium espiritista da al rey Saúl:

      “‘A un dios vi que subía de la tierra.’ En seguida [Saúl] le dijo a ella: ‘¿Cuál es su forma?’ a lo que dijo ella: ‘Es un viejo que sube, y está cubierto con una vestidura sin mangas.’ Ante eso Saúl reconoció que era ‘Samuel,’ y procedió a inclinarse con su rostro a tierra y a postrarse.

      “Y ‘Samuel’ empezó a decirle a Saúl: ‘¿Por qué me has perturbado, haciendo que me hagan subir?’ A lo que dijo Saúl: ‘Estoy en grave aprieto, puesto que los filisteos están peleando contra mí, y Dios mismo se ha apartado de mí y no me ha contestado más . . . Y ‘Samuel’ pasó a decir: ‘¿Por qué, pues, inquieres de mí, cuando Jehová mismo se ha apartado de ti?’”—1 Sam. 28:13-16.

      ¿Está la Biblia enseñando aquí que esta mujer realmente hizo que Samuel volviera en alguna forma espiritual? O ¿visualizó su mente controlada por los demonios una representación de Samuel?

      ¿Samuel o no?

      Recuerde que la ley de Dios condenaba a los mediums espiritistas, diciendo: “No se vuelvan a los mediums espiritistas, y no consulten a pronosticadores profesionales de acontecimientos, para hacerse inmundos por medio de ellos. Yo soy Jehová el Dios de ustedes. . . . ciertamente fijaré mi rostro contra aquella alma y la cortaré de entre su pueblo. Y en cuanto a un hombre o una mujer en quien resulte haber espíritu de médium o espíritu de predicción, deben ser muertos sin falta.”—Lev. 19:31; 20:6, 27.

      Claro está que el Dios Todopoderoso estaba firmemente opuesto a todas las prácticas espiritistas. Y, como hemos notado, Dios también estaba disgustado con Saúl debido a su desobediencia, y rehusó comunicarse con él. Por eso, aunque una médium espiritista se comunicara con los muertos, ¿podría obligar a Dios a darle a Saúl un mensaje por medio del Samuel muerto? ¿Es una médium más poderosa que Dios?

      Considere esto también: Mientras vivía, Samuel, el profeta de Dios, estaba muy opuesto a los mediums espiritistas. Con lo adherente de la ley de Dios, se encargó de que se les diera muerte. Pues bien, entonces, estando muerto ¿permitiría él que una médium espiritista hiciera los arreglos para que él se encontrara con Saúl? Si Samuel rehusó hablar con Saúl mientras estaba vivo, ¿pudiera una médium obligarlo a hacerlo después que hubiese muerto?

      Además, ¿por qué clasificaría la ley de Dios a la práctica de consultar a los muertos como cosa ‘inmunda,’ “detestable” y merecedora de muerte? Si la comunicación realmente se efectuaba con personas amadas que habían muerto, ¿por qué debería un Dios de amor clasificar esto como un crimen terrible? ¿Por qué desearía impedir que los vivos recibieran mensajes consoladores de los muertos?

      No, obviamente no fue con Samuel que la médium espiritista de En-dor se comunicó. Samuel estaba muerto, y al morir, según la Biblia, la persona “vuelve a su suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos.” (Sal. 146:4) Más bien, la voz era la voz de una persona espíritu inicua, uno de los ángeles de Satanás, que estaba haciéndose pasar por Samuel. Estos agentes invisibles de Satanás, empleando métodos como éste, han estado promoviendo por miles de años la mentira de Satanás acerca de la inmortalidad humana.

      Fuente del conocimiento

      Por lo tanto, cuando ciertos pacientes, que han sido vivificados de situaciones en las que han estado al borde de la muerte, saben acerca de cosas que sucedieron mientras estaban “muertos,” esto se puede deber a sueños que experimentaron, ya sea cuando estaban perdiendo el conocimiento o cuando lo estaban recobrando. O, puesto que los pacientes no estaban vivos en ninguna forma espiritual para presenciar personalmente estas cosas, es posible que hayan recibido ese conocimiento de la misma fuente que lo recibió la médium espiritista de En-dor. En cuanto a esos pacientes en su situación crítica al borde de la muerte, a medida que su fuerza vital iba menguando, los demonios les transmitieron información que no podrían haber recibido por medios comunes.

      El hecho de que Satanás emplee medios tan sinuosos no debe sorprendernos. “Satanás mismo sigue transformándose en ángel de luz,” la Biblia advierte. De hecho, la Palabra de Dios dice: “El dios de este sistema de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos, para que la iluminación de las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo, que es la imagen de Dios, no resplandezca a través a ellos.”—2 Cor. 11:14; 4:4.

      “Los incrédulos” —individuos que, por ejemplo, rehúsan aceptar lo que la Biblia dice acerca de la muerte, que prefieren creer filosofías paganas— permanecerán cegados a “las gloriosas buenas nuevas.” Sin embargo, puede que usted todavía pregunte: ‘Si, como dice la Biblia, la muerte realmente es la extinción, ¿cómo se logrará la vida eterna? ¿Cómo podrá disfrutarse de vida más allá de la tumba?’

      [Comentario e ilustración de la página 10]

      “Sus visiones y sesiones espiritistas lo mantuvieron en comunicación con . . . Hitler y . . . Roosevelt, entre otros.”

      W. L. Mackenzie King

  • Vida después de la muerte... una esperanza segura
    ¡Despertad! 1979 | 22 de diciembre
    • Vida después de la muerte... una esperanza segura

      ALGUNAS personas cifran sus esperanzas en la ciencia médica pues creen que ésta podrá lograr que los muertos revivan. Puede que pregunten: Puesto que a personas que han sufrido un colapso en un banco de nieve, o se han ahogado en un río congelado, se les ha reanimado después de haber estado “muertas” por horas, ¿no sería posible hacer que una persona reviva aun muchos años después de haber sido congelada? Los hallazgos de un nuevo estudio, que se llama criobiología, han hecho que algunos se sientan optimistas.

      La criobiología es el estudio de los efectos que las temperaturas sumamente bajas tienen en las células u organismos. Por ejemplo, se informa que los sesos de un gato fueron congelados por seis meses a una temperatura de -19° C y que tres horas después de haberlos deshelado registraron actividad cerebral normal. Y actualmente es práctica común congelar piel, córneas, tejido nervioso y huesos humanos por si acaso se les puede usar en una fecha futura. Algunos, puesto que abrigan la esperanza de que en el futuro se descubran las curas para las enfermedades y el envejecimiento, están preparándose ahora para beneficiarse de ellas. ¿Cómo?

      Hacen los arreglos para que, cuando mueran, congelen su cuerpo con la esperanza de que se les pueda reanimar cuando se haya perfeccionado la cura de la enfermedad que causó su muerte. Han dado a la práctica el nombre en inglés de cryonics. Docenas de personas ya están en este estado de congelación. En California, tan solo en la zona de la bahía de San Francisco, por lo menos otras 45 personas han firmado una solicitud para que se les congele.

      Se conecta el cuerpo de la persona que ha de ser congelada a una máquina de resucitación cardiopulmonar antes del comienzo de la completa muerte biológica. Esto mantiene el oxígeno circulando en la sangre. Entonces se va enfriando el cuerpo gradualmente, y se reemplaza la sangre con una solución anticongelante. Luego se almacena el cuerpo en una cápsula cirogénica que se ha llenado de nitrógeno líquido, y la temperatura de esto se baja al frío extremado de -196° C. El procedimiento es costoso, y también lo es el precio de mantenimiento. Pero muchas personas están dispuestas a sostener este gasto con la esperanza de que, a medida que la ciencia médica aprenda la solución de las enfermedades y del envejecimiento, sea posible hacer que la persona vuelva a vivir y mantenerla viva indefinidamente.

      Pero, ¿cuán firme es esta esperanza de volver a vivir? Puesto que el hombre actualmente no puede hacer que los muertos congelados revivan, ¿qué razón sólida hay para creer que podrá hacerlo más tarde?

      En realidad, sea que estén congelados o no lo estén, los muertos pueden ser resucitados. Ha sucedido antes, y hubo centenares de testigos oculares.

      Razón para la confianza

      Según la Biblia, el hombre Jesucristo murió a manos de adversarios religiosos. Sin embargo, al tercer día resucitó. La Biblia revela que, el primer día en que fue levantado de entre los muertos, se presentó en cinco diferentes ocasiones a algunos de sus discípulos. (Mat. 28:1-15; Juan 20:11-25; Luc. 24:13-43) Entonces, durante los días siguientes, se manifestó a ellos varias veces más, ¡en una ocasión a más de 500 discípulos! (Juan 20:26-29; 21:1-19; 1 Cor. 15:3-7) ¿Con qué efecto?

      Cuando se le dio muerte a Jesús, sus discípulos estaban desalentados, de duelo. Pero, al recibir esta prueba absoluta de que había sido resucitado, fueron elevados a alturas de extremo gozo y se llenaron de denuedo para predicar estas maravillosas noticias. Las declararon intrépidamente a pesar de la persecución asesina que dirigían contra ellos los adversarios religiosos. (Hech. 4:1-3, 33; 17:18) Considere, pues: Si la resurrección de Jesús realmente no hubiese ocurrido, ¿habrían arriesgado su vida centenares de personas —algunas hasta dejándose martirizar— para proclamar ese mensaje?—Hech. 7:55-59.

      Sin embargo, aquellos discípulos de Cristo tenían aún más prueba de que se puede hacer que los muertos vuelvan a vivir.

      Otras resurrecciones

      En las Escrituras que estaban disponibles a los discípulos en aquel entonces, se registran tres casos de personas muertas a las que se hizo revivir. (1 Rey. 17:17-23; 2 Rey. 4:17-37; 13:20, 21) Los discípulos tenían toda razón para creer estos relatos porque Jesucristo repetidas veces enfatizó la veracidad de las Escrituras. Y Cristo mismo dijo a sus seguidores: “Viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán.” (Juan 5:28, 29) Algunos de sus seguidores verdaderamente habían sido testigos oculares de tres resurrecciones que Jesús ejecutó, y esto dio fuerza y crédito a su promesa ya citada.—Luc. 7:11-17; 8:49-56; Juan 11:1-44.

      La última de estas resurrecciones que Jesús ejecutó ocurrió poco antes de su propia muerte. Jesús había estado llevando a cabo su ministerio en Perea, al otro lado del río Jordán. Mientras estaba allí, se le informó que allá en Judea su amado amigo Lázaro, el hermano de María y Marta, estaba enfermo. Dos días después de haber recibido las noticias, dijo a sus discípulos: “Vamos otra vez a Judea.” El relato dice:

      “Al llegar, Jesús se encontró con que ya hacía cuatro días que Lázaro había sido sepultado. Betania [el pueblo natal de Lázaro] se hallaba cerca de Jerusalén, a unos tres kilómetros; y muchos de los judíos habían ido a visitar a Marta y a María, para consolarlas por la muerte de su hermano. . . .

      “Cuando María llegó a donde estaba Jesús, se puso de rodillas a sus pies, diciendo:

      “—Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.

      “Jesús, al ver llorar a María y a los judíos que habían llegado con ella, se sintió profundamente triste y conmovido, y les preguntó:

      “—¿Dónde lo sepultaron?”

      “Jesús, otra vez muy conmovido, se acercó a la tumba. Era una cueva, cuya entrada estaba tapada con una piedra. Jesús dijo:

      “—Quiten la piedra.

      “Marta, la hermana del muerto, le dijo:

      “—Señor, ya debe oler mal, porque hace cuatro días que murió.

      “Jesús le contestó:

      “—¿No te dije que, si crees, verás la gloria de Dios?

      “Quitaron la piedra, y Jesús, mirando al cielo, dijo:

      “—Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Yo sé que siempre me escuchas, pero lo digo por el bien de esta gente que está aquí, para que crean que tú me has enviado.

      “Después de decir esto, gritó:

      “—¡Lázaro, sal de ahí!

      “Y el muerto salió, con las manos y los pies atados con vendas y la cara envuelta en lienzo. Jesús les dijo:

      “—Desátenlo y déjenlo ir.”—Juan 11:7-44, “Versión Popular.”

      ¡Realmente tenemos toda razón para confiar en que los muertos pueden ser resucitados! Pues ciertamente Aquel que originalmente inició la vida humana —Aquel a quien Jesús dirigió su súplica al orar— también tiene suficiente sabiduría y poder como para resucitar a los muertos. Y no es necesario que los cuerpos se mantengan en un estado de preservación congelada. Dios puede hacer que vuelva a vivir una persona cuyo cuerpo esté pudriéndose, como hizo en el caso de Lázaro, o, si el cuerpo de alguien se ha desintegrado por completo, puede recrear un cuerpo completamente nuevo y hacer que la persona vuelva a vivir.

      Pero considere: ¿Cuál fue la condición de Lázaro durante los cuatro días que estuvo muerto y en la tumba? Otros de la humanidad que han muerto están en la misma condición. De modo que podemos aprender de la experiencia de Lázaro.

      ¿Una existencia consciente o no?

      La Biblia no dice nada acerca de que Lázaro haya experimentado una existencia consciente en alguna otra parte durante esos cuatro días. Si hubiese estado vivo en el cielo, ciertamente hubiera dicho algo respecto a las maravillosas cosas celestiales acerca de las cuales los seres humanos se interesan en saber. Sin embargo, no dijo nada en absoluto. Además, si realmente hubiese estado disfrutando de la vida celestial, ¿no hubiera sido un acto falto de amor el que su amigo Jesús de repente lo sacara de allá y lo hiciera volver a vivir en la Tierra?

      La razón por la cual Lázaro no informó nada acerca de sus actividades durante aquellos cuatro días es que no sabía nada. Estaba inconsciente. Ninguna parte de él había sobrevivido y estaba viviendo en otro lugar. Estaba en Seol, el sepulcro común de la humanidad, donde “no hay trabajo ni formación de proyectos ni conocimiento ni sabiduría.” Realmente estaba muerto, tal como la Biblia explica: “En cuanto a los muertos, ellos no están conscientes de nada en absoluto.”—Ecl. 9:5, 10.

      ¡Cuán sencilla y clara es la enseñanza de la Biblia! La persona misma es un alma, de modo que cuando muere es un “alma muerta.” (Núm. 6:6) Ya no está viva; está inconsciente. Pero el Dios Todopoderoso puede resucitar a esa persona, sí, puede hacer que vuelva a vivir. Las iglesias de la cristiandad han creado mucha confusión por medio de adoptar la enseñanza pagana de la inmortalidad del alma. Poniendo de relieve esta confusión, Theology Today, una publicación protestante, comenta:

      “Si el alma ya está disfrutando de felicidad en el cielo (o ya se está asando como merece en el infierno), ¿qué necesidad hay de otra cosa? ¿Qué motivo posiblemente pudiera haber para la vuelta de Cristo o la renovación del universo? La permanencia de esta contradicción interna ha afligido a los cristianos durante todos los siglos.”

      De modo parecido, el sacerdote católico Ray T. Bosler hizo este comentario:

      “¿Qué pasa inmediatamente después de la muerte antes de la resurrección final? . . . Nuestros teólogos están en desacuerdo entre ellos mismos respecto a precisamente lo que es la existencia de los santos hasta la resurrección final. . . .

      “Las oraciones litúrgicas de nuestros funerales reflejan algo de esta ambigüedad. Nos regocijamos porque nuestros difuntos ya disfrutan de parte de la vida de la resurrección y no obstante oramos pidiendo que sean resucitados en el último día. Lo único que podemos hacer es confesar humildemente que no sabemos lo que nos espera al momento de la muerte.”

      Sin embargo, se pueden obtener las respuestas en la Biblia. No es necesario que existan la confusión e incertidumbre que son tan comunes en las iglesias. Y considere el daño que esto hace. Millones de personas, por creer que la muerte es una puerta a otra vida, están expuestas a ser engañadas por espíritus inicuos que fingen ser personas que han muerto. Muchas personas en todas partes de la Tierra viven en temor de estos supuestos espíritus de los muertos.

      Por otra parte, la enseñanza bíblica de la resurrección puede ser una fuente de verdadera esperanza, consuelo y denuedo.

      Motivados por una esperanza viva

      Job, que estaba sufriendo cuando planteó la pregunta: “Si un hombre físicamente capacitado muere, ¿puede volver a vivir?”, demostró que sacaba consuelo de la esperanza de la resurrección, porque dijo a Dios: “Tú llamarás, y yo mismo te responderé.” (Job 14:14, 15) También los cristianos primitivos fueron fortalecidos por esta misma esperanza. Les daba tal denuedo que preferían enfrentarse a leones hambrientos en las arenas romanas a violar la ley de Dios por medio de ejecutar actos de adoración al emperador.

      Los cristianos en tiempos modernos también han sido motivados por la esperanza de la resurrección. Por ejemplo, los cristianos en la Alemania nazi prefirieron ser ejecutados a violar la ley de Dios por medio de apoyar los diabólicos proyectos de guerra de Hitler. Considere la última carta que una persona en esa situación le escribió a su esposa, y note cuánto le fortaleció la esperanza de la resurrección:

      “Mi querida Erna,

      “Esta es mi última noche. Me leyeron mi sentencia en voz alta y he tenido mi última comida. De modo que cuando recibas esta carta mi vida habrá terminado. Sabemos que el aguijón ha sido removido de la muerte y que la victoria ha sido ganada sobre el sepulcro. . . .

      “De modo que una vez más miro en tus ojos serenos y resplandecientes, y borro el último dolor de tu corazón; y, a pesar del dolor, levanta la cabeza y regocíjate, no debido a la muerte, sino debido a la vida que Dios dará a los que lo aman.

      “Sinceros saludos en amor y verdadera amistad, de tu esposo que te quiere.”

      De modo parecido una muchacha alemana de 13 años de edad que padecía de la temible leucemia, ilustró cuán poderosa era en su vida la esperanza de la resurrección. El médico principal comentó acerca de ella: “Jamás en todo el ejercicio de mi profesión he visto un caso como éste, en que una niña se mostrara tan feliz después de habérsele informado que tenía que morir.” ¿Por qué? En la carta que escribió y que se leyó en su funeral ella lo explicó de esta manera:

      “Mi gran esperanza no es flotar por allá en el cielo como espíritu. No, sino que estaré descansando en el sepulcro hasta después del Armagedón, y si Jehová, el gran Dador de Vida me considera digna de ello me dará una resurrección... en verdadera sangre y carne como criatura humana en una tierra limpia y hecha un paraíso de deleite y felicidad. De modo que fue por eso que no me fue difícil morir. ¿Pueden entender eso?”

      Cristianos con esta cualidad de fe se han reunido este año y todavía están reuniéndose en Asambleas de Distrito “Esperanza Viva” en muchos lugares alrededor del mundo. Tan solo en los Estados Unidos se celebraron más de 90 de estas asambleas de cuatro días de junio a agosto. Los concurrentes tuvieron la oportunidad de aprender más acerca de la “esperanza de la vida eterna que Dios, que no puede mentir, prometió.”—Tito 1:2.

      Con la mira de hacer más firme esta esperanza, se le invita a usted a comunicarse con los testigos de Jehová de su localidad. Para conseguir la dirección del lugar más cercano a usted donde se reúnen los Testigos, sírvase escribir a los publicadores de ¡Despertad! y gustosamente se la enviaremos. Estamos seguros de que disfrutará de considerar con ellos la esperanza de la resurrección que la Biblia ofrece.

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