BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g75 22/3 págs. 11-12
  • Haciendo frente a la neumonía

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Haciendo frente a la neumonía
  • ¡Despertad! 1975
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Un asunto de susceptibilidad
  • Qué se puede hacer
  • Precaver es mejor
  • ¡Si nuestros pulmones hablaran!
    ¡Despertad! 1972
  • El resfriado común y cómo tratarlo
    ¡Despertad! 1974
  • ¿Sanará la ciencia a la humanidad?
    ¡Despertad! 2007
  • Los pulmones. Prodigio de diseño
    ¡Despertad! 1991
Ver más
¡Despertad! 1975
g75 22/3 págs. 11-12

Haciendo frente a la neumonía

ALLÁ en 1954 un obrero inglés demandó a su patrono debido a que había contraído neumonía y pleuresía. La causa, afirmaba él, había sido la habitación fría, con corrientes de aire en la cual tenía que trabajar. El juez que veía la causa halló que la habitación era fría y húmeda, con corrientes de aire, especialmente en las primeras horas de la mañana, así es que le concedió al trabajador daños por 410 libras esterlinas, que entonces tenían un valor de más de 1.100 dólares.

Pero, ¿fue la neumonía del trabajador, la cual en realidad es una inflamación de los pulmones, causada únicamente por las condiciones en las que él tuvo que trabajar? Estas ciertamente fueron un factor, pero también hubo organismos nocivos en acción. De hecho, hay varias clases de bacterias y virus que pueden producir la neumonía. El caso típico de neumonía es una infección causada por los pneumococcus bacillus. En esta forma más común de la neumonía, las minúsculas bolsas de aire de los pulmones se llenan primero de líquido y entonces con glóbulos blancos que tratan de combatir la infección. Los glóbulos rojos también se acumulan, dando al esputo una apariencia “rojiza.”

El pulmón derecho tiene tres lóbulos y el izquierdo tiene dos. A veces solo se inflama parte de un lóbulo, o, quizás, pueden ser afectados uno o más lóbulos. Uno puede contraer neumonía sin haber tenido otra enfermedad antes, pero frecuentemente ataca a una persona después de haber tenido influenza, cáncer o alguna enfermedad del riñón.

¿Cuáles son los síntomas de la neumonía típica? Entre los primeros que experimenta uno están los escalofríos acompañados de temblor, dolores de pecho, una fuerte tos seca, esputo sanguinolento y fiebre alta. También puede haber transpiración profusa, náuseas y diarrea. Debido al grave giro que puede adoptar la neumonía es prudente consultar con un médico de inmediato. Especialmente en vista de que un tratamiento rápido puede significar la diferencia entre una recuperación temprana o un empeoramiento... una enfermedad prolongada o aun la muerte.

Un asunto de susceptibilidad

Las estadísticas muestran que uno de los primeros factores para contraer neumonía es la susceptibilidad. ¿Cómo es eso? La edad es una consideración importante. Así es que las muertes por neumonía son mayores entre los niños de menos de un año de edad y le siguen en orden los niños de uno a cinco años. Después de eso la proporción de muerte por neumonía es mínima, pero gradualmente aumenta hasta que uno llega a los veinticinco años de edad, cuando aproximadamente es la misma que entre los infantes. Según un libro de texto médico actual, “solo una de cada 500 personas de todas las edades en los Estados Unidos tiene probabilidades de contraer la enfermedad en cualquier año.”—Textbook of Medicine, Cecil-Loeb (1971).

Hay hasta un cincuenta por ciento de probabilidad de que uno o cualquier otra persona sea un portador de los organismos de la neumonía sin estar consciente de ello. Pero solo una fracción pequeña de estos portadores contraen la enfermedad. Sin embargo, si uno se agota demasiado debido a mucho trabajo, o el exceso de placeres extenuantes, y también a las malas condiciones del tiempo, estas bacterias o virus podrían apoderarse de la persona, y entonces ésta llegaría a ser la próxima víctima de neumonía del mundo.

Un estado preexistente tal como una enfermedad o una lesión grave pueden hacerlo susceptible a la llamada neumonía “secundaria” o complicada. En cuanto a esto, se podría mencionar que en muchos casos de trasplantes de corazón o riñón los pacientes han muerto por inflamación de los pulmones. La lucha extenuativa del cuerpo para combatir el tejido extraño es demasiado fuerte, haciéndolo vulnerable a otros problemas. Esto está en armonía con la declaración que hizo el físico inglés John Caius en el siglo dieciséis: “Nuestros cuerpos no pueden . . . ser lastimados por causas corruptas e infecciosas, salvo que en éstos se halle cierta materia apta . . . para recibirlas, de otro modo si uno estuviera enfermo todos lo estarían.”

Qué se puede hacer

Hasta hace treinta y cinco años la neumonía era muy temida, y muy apropiadamente, porque de 30 a 50 por ciento de todos los que la contraían, morían. Esto se debía a que las medidas que se adoptaban para tratarla, aunque aliviaban los síntomas, nunca afectaban específicamente a las bacterias o virus causantes.

Los tratamientos en ese entonces incluían enemas, baños calientes, aplicaciones de fomentos húmedos y cataplasmas antiflogísticas al pecho. Además, se mantenía al paciente tranquilo y relajado, se le suministraban grandes cantidades de líquidos para beber y se le decía que evitara gastos de energía física y nerviosa innecesarios. Se desanimaban las visitas para no extenuar al paciente. Se le decía que siguiera una máxima antigua ‘Mantenga los pies calientes y la cabeza fría.’ Su habitación se mantenía ventilada y limpia.

Pero a pesar del tierno cuidado amoroso que se les daba a las víctimas de neumonía en ese entonces, solo tenían un cincuenta por ciento de probabilidad de recuperarse. Hoy en día, sin embargo, a pesar de los peligros asociados con la penicilina, el 95 por ciento de los atacados de neumonía se curan por medio de ésta, así es que ya no es la temida enfermedad del pasado. Por supuesto, además del tratamiento que mata el pneumococcus bacillus, siguen siendo muy importantes el descanso y la buena alimentación.

Precaver es mejor

Actualmente se muestra más y más interés en la medicina preventiva. Puesto que “más vale precaver que tener que remediar,” ¿qué se puede hacer por uno mismo? Uno puede aplicar este principio por medio de tratar de evitar las condiciones que lo debilitan al grado de llegar a ser susceptible al pneumococcus bacillus. Además, asegúrese de vestirse apropiadamente para permanecer abrigado y seco al tener que enfrentarse a un tiempo tormentoso o húmedo. Si sus pies se mojan y se enfrían, dése un baño de pies con agua caliente tan pronto como le sea posible. Además, es buena ‘medicina preventiva,’ el guardarse del exceso de peso, de la desnutrición, excesos con las bebidas alcohólicas, mantenerse levantado hasta muy tarde y las disipaciones de toda clase.

Sí, adquiera resistencia contra la neumonía por medio de edificar un cuerpo fuerte y saludable. Como lo señaló el científico investigador René J. Dubos del Instituto Rockefeller, el principio ecológico también aplica al cuerpo humano: el daño que las bacterias y los virus pueden hacer mayormente depende de la condición del ambiente de éste, su cuerpo. Así es que, hasta el grado que sea posible, edifique un ambiente resistente a las enfermedades dentro de su cuerpo por medio de darle la debida atención a su salud, aun estando sano. Eso significa comer alimentos saludables, nutritivos (en moderación), mantener sus músculos, corazón y pulmones sanos por medio del ejercicio necesario (especialmente si es un trabajador sedentario), y obtener suficiente descanso y sueño. Además, sea moderado en la búsqueda de los placeres y emociones.

Finalmente, tome a pechos el principio bíblico, ‘es un medio de gran ganancia la devoción piadosa junto con el bastarse con lo que uno tiene, porque nada hemos traído al mundo, y tampoco podemos llevarnos cosa alguna.’ La sabiduría de esto es obvia, ¿no es cierto?—1 Tim. 6:6, 7.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir