Físicamente más débil, espiritualmente más fuerte
UNA testigo de Jehová de la Alemania Occidental cuenta lo siguiente: “Iba yo a hacer algunas revisitas, pero antes de avanzar mucho me había puesto tan débil que tuve que regresar. Había estado padeciendo por algún tiempo de una enfermedad semejante a la esclerosis múltiple. Regresé a casa, y desde entonces, el año 1958, solo pocas veces he estado fuera de mi apartamiento.
“Por la bondad inmerecida de Jehová, todavía podía conducir dos estudios bíblicos. Las personas con quienes estudiaba venían a mi casa. Así podía mantener un promedio de unas quince horas al mes. Creía que todo estaba bien, pero estaba equivocada.
“Desde entonces, mi salud empeoró constantemente. Me caí varias veces en mi apartamiento, llegando a estar más inválida. Ahora fue cuando comencé a apreciar más y más el amor que me mostraban mis hermanos cristianos. Una hermana, aunque tenía que cuidar una familia, empleó tiempo para llevarme en auto a varios doctores, que recomendaron varias formas de tratamiento, ninguna de las cuales ayudó mucho. Un día llamé a una hermana de mayor edad y le pregunté si conocía a una enfermera que estuviera disponible para ayudar a cuidarme, dado que ya no podía ir de una habitación a otra. El esposo de esta hermana había colocado pasamanos en las varias jambas de las puertas en mi apartamiento, y esto fue una gran ayuda para mí, puesto que podía usarlas como apoyos al ir de habitación en habitación. Pero ahora hasta estos apoyos ya no bastaban. Me dijo que llamara a cierto hermano que conocía a una enfermera que era testigo de Jehová. Lo llamé, y a la mañana siguiente vino esta hermana y me ha estado cuidando muy altruistamente.
“Mi salud empeoró constantemente, y casi llegué a estar totalmente paralizada. Me enfrenté a una nueva situación. Puesto que ya no podía escribir y solo podía hablar escasamente, deliberé cómo podría yo continuar testificando. Pensé en dictar cartas a personas a quienes recientemente se les hubiera muerto un pariente. Después de haber pensado en un buen testimonio, hice arreglos para que una hermana de nuestra congregación viniera para tomar el dictado. Ella ha estado efectuando esto con regularidad desde entonces.
“En 1961 de súbito empeoré y llegué al borde de la muerte. Pero Jehová me había dado mucho que hacer y tenía que hacerse. Tuve el privilegio de recibir una asignación especial de trabajo de parte de la oficina de sucursal—algo que podía hacer a pesar de mi situación. Luego, también, había cartas que escribir, así como mis dos estudios bíblicos de casa. Es patente que, mientras uno tal vez esté poniéndose más y más débil físicamente, puede al mismo tiempo ponerse más saludable espiritualmente.
“Me mantengo en comunicación con la congregación por medio de una grabadora de cinta. Un hermano graba la escuela del ministerio teocrático y también la reunión de servicio cada semana, de modo que oigo todo, incluyendo los comentarios de conclusión del siervo de congregación y las cartas de la Sociedad que se leen a la congregación. Cada cinco semanas uno de los siervos en la congregación me trae la hoja del repaso escrito y me permite contestar las preguntas oralmente, como mejor puedo.
“Ahora aprecio las publicaciones de la Sociedad mucho más de lo que anteriormente las apreciaba. Leo las revistas La Atalaya y ¡Despertad! de cubierta a cubierta y luego espero impacientemente las siguientes. ¡Siempre parece pasar tanto tiempo hasta que llegan los números más recientes!
Aunque a menudo estoy con dolor, trato de no permitir que mis dificultades me venzan. Tengo tanto de qué ocuparme que escasamente tengo tiempo para pensar en ellas. No debo olvidar el mencionar que una persona de buena voluntad con quien estudié en mi apartamiento se bautizó en la asamblea de 1961, en Hamburgo. También el hombre que solía viajar en auto una hora para venir hasta donde yo estaba para tener un estudio bíblico escribió que planea bautizarse. Por eso tengo muchísimo gozo, y éste proviene no solo de ser regular en la testificación sino también de la ayuda de hermanos y hermanas que han hecho posible que yo me haga más fuerte espiritualmente aunque he llegado a estar más débil físicamente.”