La cocaína... ¿droga peligrosa, o pasatiempo inocente?
‘SATISFACE a los hambrientos, da nuevo vigor a los cansados y agotados y hace que los infelices olviden sus penas.’ El escritor Garcilaso de la Vega, historiador español del siglo XVI, se estaba refiriendo a las hojas de un arbusto que crece en las laderas orientales de los Andes... Erythroxylon coca. Los efectos que él describió los causa uno de los alcaloides que se encuentran en las hojas de la coca... la cocaína.
Muchos de los que usan la cocaína hoy —aproximadamente 20.000.000 de personas tan solo en los Estados Unidos— comparten más o menos el mismo parecer al respecto. Scott, ex drogadicto de 23 años de edad, se expresó como sigue: “Pone a uno por encima de lo que uno realmente es. Le hace a uno creer que no es capaz de hacer nada malo. Ninguna otra cosa importa”.
Debido a que la mayor parte de los que la consumen la consideran una droga que no presenta ningún peligro, últimamente se ha convertido en la droga preferida para usarla por diversión. La cocaína, que se ofrece a los usuarios como el “caviar de las drogas”, “la ambrosía de los aristócratas” y “el estimulante del hombre rico”, ha llegado a ser aceptada en círculos sociales como medio de diversión. Millones de personas consideran el uso de la cocaína como un pasatiempo respetable e inocente.
Costosa y seductiva
La cocaína ha llegado a usarse tan extensamente que los cálculos de los ingresos de las ventas de ésta (más de $30.000 millones en los Estados Unidos) hacen del tráfico de la cocaína uno de los negocios más lucrativos del mundo. La cocaína, que a veces cuesta unos $90 el gramo, cuesta varias veces más que el oro.
“El uso de la cocaína entre los estadounidenses ha aumentado de manera explosiva durante los últimos años”, declara el Dr. William Pollin, director del Instituto Nacional contra el Abuso de las Drogas. Él agrega: “Aunque la cocaína no envicia desde el punto de vista fisiológico, hallo que este aumento es muy peligroso debido a que se trata de una droga que quizás sea la droga más seductiva, intensa y amenazadora que conozcamos”. (Las cursivas son nuestras.)
Cuáles son algunos de los argumentos que presentan los cocainómanos para justificar el uso de esta droga, aunque esté prohibido por ley? Afirman que dichas leyes se basan en información incorrecta y en prejuicios. Indican que la ley clasifica la cocaína entre los narcóticos, aunque en realidad es un estimulante. Dicen que no es más peligrosa que el alcohol o el tabaco, los cuales se usan legalmente. Además, opinan que no envicia en sentido físico, que es relativamente inofensiva y que es poco probable que alguien muera debido a usarla. Están convencidos de que tienen dominio de sí mismos y que pueden dejar de usar la cocaína cuando quieran.
¿Envicia?
Pero ¿pueden dejar el hábito cuando quieran? Un cocainómano escribió: “Solía fumar dos cajetillas de cigarrillos al día. Dejé aquel hábito la primera vez [que intenté dejarlo]. Intenté dejar la cocaína 32 veces”. Aunque en teoría tal vez no se considere que la cocaína envicie en sentido físico, cada vez hay mayor prueba de que sí envicia en sentido sicológico.
Dice el Dr. Robert L. DuPont, hijo, ex director del Instituto Nacional contra el Abuso de las Drogas: “De todas las drogas, es la más potente en lo que tiene que ver con producir un sentimiento de bienestar. Cada día el cocainómano quiere más de ella, y cuando deja de usarla se siente deprimido y agotado.
Por eso trata de seguir duplicando la dosis”. La depresión mental y física que resulta cuando se deja de sentir el efecto de la droga sirve de motivación poderosa para seguir usándola. La cocaína puede llegar a enviciar gravemente.
El escritor Tom Henderson, que en un tiempo fue cocainómano, explica: “La cocaína estimula los centros del placer como casi ninguna otra cosa puede hacerlo, y una vez que se los ha estimulado así, se apoderan de uno”. El Dr. David Smith, de San Francisco, declaró: “La adicción es obrar por un impulso irresistible [...] y seguir usando [algo] a pesar de las consecuencias. La cocaína envicia gravemente” (Time, 11 de abril de 1983). Son muchos los casos de personas que simplemente no pueden dejar el uso frecuente de la cocaína, aunque tal vez signifique para ellas la pérdida del empleo y la ruina económica. El Dr. Charles Schuster, director del Centro para la Investigación del Abuso de las Drogas, de la Universidad de Chicago, dice: “Ésta es una droga extremadamente seductiva. Es tan eficaz que uno no debería probarla ni siquiera una vez”. Pero ¿es peligrosa desde el punto de vista físico?
¿Es peligrosa?
“No se deje engañar, creyendo que la cocaína es una droga inofensiva”, advierte el Dr. Schuster. Hasta las personas que usan la droga y abogan por ella admiten que sienten ciertos síntomas perturbadores, como nerviosismo, temblores, nariz que les gotea, hemorragias y vómitos. Además, aunque el usar la cocaína quizás quite temporalmente el deseo de comer y dormir, no compensa la necesidad de alimento y sueño. Simplemente hace que deje de funcionar el sistema natural de advertencia y crea un falso sentimiento de bienestar. Con el tiempo el cuerpo se debilita o desmejora. El resultado es el agotamiento y el colapso físico.
“Muchas personas consideran que el usar la cocaína no produce efecto adverso alguno, que no se le tiene que pagar al diablo lo que se le debe”, dice el Dr. Everett Ellinwood, experto en el abuso de las drogas. Pasa a decir: “Se puede desarrollar paranoia, una desconfianza profunda y entonces llegar a tener alucinaciones, delirios de grandeza y manía depresiva. Una dosis suficientemente fuerte puede resultar en sicosis y una dosis excesiva puede causar la muerte”.
Don, paramédico de 36 años de edad, ex adicto a la cocaína, corrobora esta conclusión, diciendo: “Yo sufría de alucinaciones y veía apariciones. En aquel entonces también estaba ahondando en las ciencias ocultas. Bajo la influencia de la cocaína, me comuniqué con ciertos personajes y oí voces. Ahora puedo ver cuán fácilmente se pueden entrelazar las drogas y el demonismo”.
El comportamiento relativo a lo sexual puede cambiar también. “Resulta en comportamiento extraño”, dijo cierta persona que usaba la cocaína. “Tuve relaciones sexuales en grupos de tres y cuatro, lo cual normalmente nunca hubiera hecho. Una cree que está satisfaciendo fantasías, pero al final éstas no se satisfacen. Una se queda sin ánimo.”
Bajo el titular “Se asocia el uso excesivo de la cocaína con aumento en la cantidad de muertes y enfermedades”, el periódico The New York Times declaró: “La cocaína [...] está haciendo que cada vez más usuarios de la droga vayan a parar a las salas de emergencias o los depósitos de cadáveres”. En cierto estudio que se hizo de 68 muertes asociadas con el uso de la cocaína, se halló que 24 de ellas se debían directamente a los efectos tóxicos de la droga.
También se informa que el uso de la cocaína altera la personalidad y la sociabilidad de los que la usan y los lleva a comportamiento suicida. Además de volverse excesivamente desconfiados y paranoicos, algunos llegan a estar tan obsesionados con la droga que abandonan todo lo que anteriormente les importaba en la vida y depositan todo su interés en la droga.
Aunque es cierto que los efectos producidos por el uso de la cocaína varían según la dosis y la constitución química del cuerpo de cada persona, verdaderamente existen peligros. Y éstos aumentan a medida que aumenta la cantidad que se usa. Lo más común es el inhalar la cocaína por la nariz, donde la absorben las membranas mucosas. El que usa la cocaína de esta manera no solo tiene la nariz tapada y que le gotea, sino que también ésta le debilita y destruye el tejido nasal, lo cual resulta en hemorragias y, con el tiempo, en un séptum perforado... un hoyo en la membrana que divide las fosas nasales.
El inhalar la cocaína puede llevar a la persona a adoptar otras formas comunes de usarla, como el inyectarse y el fumar la cocaína, a fin de experimentar un estímulo mayor y mejor, que se realice más prontamente. Se considera que la cocaína es más peligrosa y envicia a mayor grado cuando se la usa de estas maneras, pues la droga llega rápidamente al cerebro. Aunque se produce una pronta sensación de estímulo, a ésta frecuentemente le sigue un decaimiento repentino, o un período de extrema incomodidad. Entonces, se tiene que tomar más de la droga para aliviar la incomodidad. O tal vez la persona comience a usar heroína para tranquilizarse y aliviar la irritabilidad. O puede que la persona mezcle la cocaína con la heroína para obtener el efecto deseado. Esto puede causar la muerte, puesto que hay gran peligro de que se use una dosis excesiva debido a que cada una de las drogas se divide y se mezcla desigualmente varias veces antes de llegar al usuario.
El uso de la cocaína y la Biblia
La Biblia advierte que “en los últimos días” del presente sistema de cosas de este mundo, los hombres llegarían a ser “amadores de sí mismos, amadores del dinero, [...] sin gobierno de sí mismos, [...] amadores de placeres más bien que amadores de Dios” (2 Timoteo 3:1-4). Hoy vivimos en un mundo inclinado hacia el placer. Una cantidad creciente de personas está procurando escapar de la realidad por medio de hallar placer mediante estimular sus sentidos. La cocaína les proporciona una intensa sensación de euforia. Pero respecto a los amadores de sí mismos y de los placeres, la Biblia aconseja: “De éstos apártate”. (2 Timoteo 3:5.)
¡Cuán apropiado es el siguiente consejo bíblico para los que viven en los últimos días: “Vigilen estrechamente que su manera de andar no sea como imprudentes, sino como sabios, comprándose todo el tiempo oportuno que queda” (Efesios 5:15, 16)! Por lo tanto, sería insensato dejarse adormecer los sentidos para convertirse en persona indiferente e irresponsable que simplemente se concentra en el placer egoísta. Pero éste es un peligro asociado con el uso de la cocaína. Dice el Dr. Schuster: “Uno de los mayores peligros de la cocaína es que desvía a las personas de actividades normales; puede entrampar a las personas y hacer que se dirijan a actividades que tengan que ver casi exclusivamente con su preocupación por la droga”.
Mientras aún estemos en este presente sistema de cosas, la Biblia nos dice que ‘repudiemos la impiedad y los deseos mundanos y vivamos con buen juicio y justicia y devoción piadosa’, y que a la misma vez ‘seamos obedientes a los gobiernos y a las autoridades como gobernantes’. (Tito 2:12; 3:1; vea también Romanos 12:2, 3.) En armonía con dicho consejo, uno ciertamente no querría envolverse en nada que fuera ilegal o que lo pusiera en contacto con el mundo de los delincuentes.
El uso de la cocaína no resulta en “buen juicio”. “Le hace sentir a uno como si uno pudiera habérselas con cualquier cosa que surja”, dijo un joven llamado Alvin, que anteriormente usaba la cocaína. Pero el pensar y sentir que la cocaína mejora las capacidades intelectuales y físicas es un engaño. Dice la revista Newsweek: “Como es el caso con la mayor parte de las drogas que afectan el cerebro, la cocaína tiene que ver con ilusiones, no con la realidad... no sirve en absoluto para producir en las personas cualidades que éstas no posean”.
Cómo dejar de usarla
Queda claro que el usar la cocaína no es un pasatiempo inocente. Pero ¿cómo puede una persona dejar de usarla? Para los que están enviciados con ella, éste es un problema muy difícil. Pero se puede romper el hábito.
Un paso vital es éste: Evite como a la plaga a los que usan la cocaína. Ni siquiera hable al respecto, pues esto puede despertar el deseo de usarla de nuevo. Joan, que anteriormente usaba la droga, se expresó como sigue: “El simplemente oler las drogas ahora es un peligro para mí... parece despertar el deseo de usarla”.
Lo más importante es esto: Reconozca los peligros de la cocaína, el poder cautivador que ella ejerce y los efectos que causa en usted, y resuélvase a dejar de usarla. Dado que el atractivo de la cocaína es tan fuerte, usted necesita tener una razón poderosa para no usarla. Tiene que ser lo suficientemente poderosa como para hacer que usted se aparte de la droga para siempre, pues es muy fácil volver a usarla. Don, a quien citamos anteriormente, halló una motivación poderosa: “Me di cuenta de que estaría muerto dentro de poco si no la iba dejando”. Con la ayuda de la Biblia abandonó el vicio.
Sí, el deseo de agradar y servir a Dios en conformidad con lo que dice la Biblia puede ser la fuerza disuasiva más poderosa que haya, pues la devoción piadosa “encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir” (1 Timoteo 4:8-10). Este deseo de vivir para siempre en el venidero justo nuevo sistema de cosas de Dios puede proporcionar la motivación necesaria.
Usted cosechará beneficios aun ahora. Tom Henderson, ex cocainómano, dice: “No puedo describir lo mucho que me emocionaba poder dormir de noche. ¡Qué agradable era despertar alerta! ¡Qué bueno era sentir hambre y comer! ¡Qué agradable era que la nariz no me goteara por primera vez en 18 meses! ¡Qué bueno era no tener miedo de la policía ni de redadas ni de la cárcel”! Sí, si usted usa esta droga peligrosa y seductiva, ahora es el tiempo de dejarla. El usar la cocaína, no es un pasatiempo inocente.
[Comentario en la página 13]
“Le hace a uno creer que no es capaz de hacer nada malo. Ninguna otra cosa importa”
[Comentario en la página 14]
‘Dejé de fumar cigarrillos la primera vez que intenté hacerlo. Intenté dejar la cocaína 32 veces’
[Comentario en la página 14]
“Ésta es una droga extremadamente seductiva. [...] Uno no debería probarla ni siquiera una vez”
[Comentario en la página 15]
Se tiene que tener una razón poderosa para no usarla. ¿Qué puede darle esa motivación a usted?